Paraguay tiene un atractivo especial para los ciudadanos rusos. Solo basta con echar un vistazo en TikTok para darse cuenta de la notable cantidad de jóvenes rusas que han decidido instalarse en Asunción y en otras ciudades, desde donde reportan a través de sus redes sus vivencias en la tierra del vorivori y la guarania. ¿Qué hizo que optaran por nuestro país para residir? Tres de ellas responden esta y otras preguntas de La Nación del Finde.

Anastasiia Menshi­kova (25), Ekate­rina Mironova (25) y Kristina Meliukhina (35) no están emparentadas, vie­nen de diferentes ciudades de Rusia, tienen distintas ocupaciones e historias de vida disímiles, pero en lo que coinciden plenamente es que están encantadas de residir en Paraguay. La naturaleza, el clima, la gente, la gastrono­mía, la cultura y el razonable costo de vida fueron algunos de los factores que incidieron en su decisión de instalarse en el corazón de Sudamérica.

Aunque todas ellas hayan tenido la experiencia ante­rior de vivir en otros países, señalan que Paraguay ofrece las oportunidades ideales para desarrollarse en lo labo­ral y profesional, para llevar una vida tranquila, rodeada de gente cálida y solidaria, presta siempre a tender una mano al que necesita. Si bien existe una notable diferencia cultu­ral entre paraguayos y rusos, se van adaptando con gusto a la idiosincracia de los habitantes de este país, que las ha recibido con los brazos abiertos.

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Anastasiia, mercadóloga digi­tal, es de la ciudad de Tiumen; Ekaterina es profesora de inglés, originaria de Korkino, región de Cheliabinsk; en tanto que Kristina, de Tomsk, Sibe­ria, es pianista, economista y asesora en bienes raíces. En esta charla de La Nación del Finde con estas bellas y talen­tosas rusas, enamoradas fer­vientes de la gastronomía paraguaya y de todas las bon­dades de la tierra del tereré, la guarania y de la única sopa sólida del mundo.

–¿Hace cuánto que están por Paraguay?

–Anastasiia: Hace un año y medio, en Asunción.

–Ekaterina: Estoy viviendo en Asunción hace casi seis meses.

–Kristina: En 2015 vine tres veces y hace ocho años que me radiqué en Paraguay. Vivo en la ciudad de Fernando de la Mora.

Anastasiia Menshikova tiene un blog donde comparte cómo es la vida de una rusa en Paraguay

BÚSQUEDA

–¿Cómo nace la idea de venir a residir aquí?

–A: Mi esposo y yo vivíamos en Asia, específicamente en Vietnam y Tailandia. Sabía­mos que no queríamos que­darnos allí para siempre. Así es que empezamos a buscar un lugar para comenzar una nueva vida. Teníamos claro que sería en América Latina, pero no sabíamos en qué país. Primero pensamos en Argen­tina o Brasil. Luego descubri­mos algo de información sobre Paraguay, un país del que no sabíamos absolutamente nada. Al investigar su política migratoria, clima y cultura, nos nació un fuerte deseo de conocerlo y así nació nuestro objetivo: venir a Paraguay.

–E: Viajé mucho con mi esposo por Sudamérica. Viví en países como Brasil, Chile y Argentina, y siempre quise conocer Para­guay. Al final, me gustó más aquí y por eso nos quedamos.

–K: Vine en 2015 para conocer porque tenía amigos y conoci­dos que me invitaron.

–¿Qué tuvieron que dejar en Rusia?

–A: Dejamos a nuestros padres, amigos y toda nuestra antigua vida. Renunciamos a buenos trabajos, vendimos nuestro apartamento y auto, y nos fui­mos sin un plan claro, sin tra­bajo y sin mucho dinero.

–E: Mi familia en primer lugar. Ahora extraño mucho a mi familia, pero aun así nos comunicamos casi a diario por teléfono. No tuve que dejar mi trabajo porque trabajo online. Pero lo más importante que tuve que dejar atrás fue la idea del mundo que tenía. Cuando empecé a viajar, mis horizon­tes se ampliaron y mi com­prensión de las personas se volvió más clara y diversa.

–K: En realidad, no vine direc­tamente de Rusia. Viví desde 2013 hasta 2017 en Praga, República Checa.

Ekaterina Mironova se dedica a preparar postres típicos rusos y crea contenidos sobres sus vivencias en el país

FAMILIA

–¿Cómo están conformadas sus familias?

–A: Tengo esposo y un perrito, el único paraguayo de nuestra familia. En Rusia viven mis padres y mi hermana con su hijo están en Nueva Zelanda.

–E: Ahora vivo en Paraguay solo con mi marido.

–K: Llegué a Paraguay sola. Mis padres y mis hermanos viven en Rusia.

–¿A qué se están dedicando laboralmente en Paraguay?

–A: Podría decir que estoy viviendo mi mejor vida. Aquí empecé a hacer muchas cosas que antes temía o posponía. Mi esposo y yo organizamos eventos para unir las cultu­ras rusa y paraguaya. Además, tengo un blog donde comparto cómo es ser rusa en Paraguay. También exploramos la cul­tura local y viajamos de vez en cuando por el país.

–E: En Paraguay trabajo online, visito diferentes cafés interesantes, exposiciones, clases magistrales y grabo videos sobre la vida de una chica rusa en Paraguay.Y en cuanto llegué a Paraguay, tuve la maravillosa idea de cocinar postres rusos para mis compa­triotas. Con el tiempo, mi afi­ción se convirtió en un verda­dero trabajo y ahora los rusos me compran postres y también les doy a conocer nuestros pos­tres tradicionales a los residen­tes de Paraguay.

–K: Soy pianista. Estuve como pianista acompañante de la ópera de UniNorte. Actual­mente doy clases de piano en la Escuela de Música Clara Schuman. En algún tiempo di clases de Micro y Macroecono­mía en UniNorte y también en conjunto con mi esposo funda­mos una agencia de bienes raí­ces llamada RK Inmobiliaria.

–¿Qué fue lo que más les llamó la atención de este país?

–A: La gente. Nunca vi per­sonas tan alegres, relajadas y dispuestas a ayudarte, incluso siendo extranjera.

–E: Lo que más me sorprendió fue la tranquilidad de la gente. En Rusia estamos acostum­brados a vivir muy rápido y me costó adaptarme a que nadie tenga prisa. Además, me sor­prendió lo guapas que son las chicas de aquí, lo mucho que cuidan su apariencia; esto es comparable a Rusia. Por eso encontré mejores servicios para mis uñas, piel y maquillaje.

–K: A mí, el frío. Nunca tuve tanto frío dentro de mi casa (risas).

–¿Cómo les han tratado los paraguayos?

–A: Muy bien. Tengo muchos amigos paraguayos. Si no fuera por las personas que conoci­mos desde el principio, proba­blemente no nos habríamos enamorado tanto de este país.

–E: Gente muy sociable y cálida. Me parece que cada vez que me subo a un taxi hablo con el conductor sobre la vida de los locales y comparto mi cultura. Me gusta mucho la curiosidad de los paraguayos y su amabi­lidad.

–K: ¡Superbién! Siempre me han querido ayudar en todo.

Kristina Meliukhina es la que lleva más tiempo residiendo en Paraguay y es una reconocida pianista

LO EXTRAÑO

–¿La experiencia más extraña que han tenido hasta ahora?

–A: Aceptar que los domingos todo está cerrado, nadie res­ponde Whatsapp (excepto los amigos) y que los paraguayos nunca dicen “no”. Es total­mente distinto a lo que vivía­mos en Rusia.

–E: De hecho, he viajado mucho, sobre todo por Sud­américa, y por eso práctica­mente no he tenido experien­cias extrañas en Paraguay en comparación con otros países. Pero a lo que no me acostum­bro es a la tranquilidad y la len­titud de la gente, aunque en el buen sentido.

–K: En 2016 fui por primera vez a Lido Bar y pedí una sopa paraguaya porque tenía muchas ganas de tomar caldo y mi sorpresa fue que no era caldo, sino una sopa sólida. Le dije al mozo “gracias por el pan, pero quiero sopa” y me explicó que esa era la sopa paraguaya.

GASTRONOMÍA

–Y, hablando de comida, ¿qué les parece la gastro­nomía paraguaya?

–A: ¡Paraguay es el país más sabroso! Si hubiera sabido antes cómo es la carne aquí y qué es un buen asado, habría venido antes. Para mi esposo y para mí, la gastronomía es muy importante y Paraguay ha puesto el listón muy alto.

–E: Estoy simplemente encan­tada con los cafés y restau­rantes que encontré y visité en Paraguay. Me sorprende mucho la variedad gastronó­mica que hay aquí. Y estoy ena­morada de la chipa. La calidad de los productos paraguayos me sorprendió gratamente. Sinceramente, no pensé que encontraría aquí todos los pro­ductos necesarios para la vida, pero encontré exactamente todo lo que compro en Rusia.

–K: Me encanta la chipa guasu y el caldo de surubí.

–El calor de Paraguay es bastante especial. ¿Cómo hace una rusa para sobre­llevarlo?

–A: Perfectamente. Amo el calor. De hecho, el invierno me cuesta mucho. Aunque en Sibe­ria hace más frío, no me gusta. Me encanta el clima cálido de Paraguay.

–E: Llevo tres años viviendo en países calientes, así es que el calor no me asusta. El truco más importante es beber mucha agua e inten­tar moverme, por ejemplo, en el gimnasio, para ahorrar energía durante el día. Y, por supuesto, encendemos el aire acondicionado o vamos a la piscina.

–K: Al principio fue un poco difícil, pero con el tiempo me fui acostumbrando.

TURISMO

–¿Qué lugares turísticos ya visitaron?

–A: Conozco los principales lugares de Asunción, San Ber­nardino, Areguá y la costanera de Encarnación, pero aún no hemos visitado las cataratas. Eso tenemos que corregirlo.

–E: Visité el centro histórico de Asunción y también pude visitar la costanera de Encar­nación. Por cierto, me encanta­ría un malecón más equipado en Asunción. Además, mis ami­gos y yo paramos en Hohenau y visitamos un restaurante de cocina rusa. Fue maravilloso.

–K: Ya conozco las Misiones Jesuíticas, Salto del Monday, Salto Cristal y muchas ciuda­des como Pedro Juan Caba­llero, Villarrica, Concepción, Loma Plata, Ciudad del Este, Encarnación y Caacupé.

–Desde su mirada de extran­jeras, ¿qué potenciales tiene Paraguay para ser un des­tino de viaje ideal?

–A: Su mayor desventaja es no tener mar y eso aleja a algunos turistas. Pero tiene gran poten­cial: una cultura rica, mucha historia y una excelente oferta gastronómica. Sin contar las bellezas naturales.

–E: Me parece que en Paraguay el turismo gastronómico o de compras es muy popular. En Asunción hay muchos cafés maravillosos y en Ciudad del Este hay una magnífica opor­tunidad para comprar produc­tos para todos los gustos.

–K: Actualmente, veo que hay muchos extranjeros que vienen a Paraguay porque en realidad hay mucho verde que no se ve en otros países. Tiene mucha naturaleza, la economía es estable, es mucho más tran­quilo que otros países. Para­guay tiene una ubicación ideal porque está en el corazón de Sudamérica.

–Si pudieran cambiar algo en Paraguay para mejorar, ¿qué sería?

–A: Desde un punto de vista social, me gustaría ver más apoyo a las zonas vulnerables y a los niños de familias con pocos recursos. En lo perso­nal, echo de menos el desa­rrollo del comercio online. En Rusia o Asia puedes comprar cualquier cosa por internet y recibirla al día siguiente. Aquí ese mercado aún está poco desarrollado. Pero claro, lo digo también como profesional del marketing digital.

–E: Me encantaría ver más par­ques y aceras para caminar en Paraguay. Y, por supuesto, como cualquier chica rusa, echo de menos el envío directo de AliExpress (risas).

–K: Aunque hace falta mejorar muchos aspectos, desde hace ocho años el país ha mejorado mucho y creo que seguirá cre­ciendo.

AMOR

–¿Encontraron el amor en estas tierras?

–A: El amor de mi vida, mi esposo, lo encontré antes. Pero en Paraguay encontré amor por este país y por mis amigos.

–E: Los paraguayos son muy simpáticos, pero conocí a mi amor hace tres años en Rusia.

–K: Sí, hace 4 años me casé con un músico venezolano, en Asunción. Y adoptamos un perrito, Rocky, el único para­guayo en nuestra familia por ahora.

–¿Paraguay está en sus pla­nes futuros?

–A: No quiero irme de Paraguay. Me gustaría quedarme, tener una casa propia y trasladar mis ingresos aquí. Quiero ser parte de la sociedad en todos los sen­tidos. En lo personal, aprendí que no tiene sentido hacer pla­nes a largo plazo: todo cambia. Así que por ahora quiero seguir disfrutando la vida y hacer feliz a mi familia. Eso es lo más impor­tante para mí.

–E: De hecho, es muy difícil pla­nificar algo en estos tiempos tan cambiantes. Aun así, me gusta­ría visitar algunos países más, profundizar en el desarrollo del negocio de los postres rusos y también quiero dominar una nueva profesión que, por ahora, mantengo en secreto. De hecho, empecé a aprender español en mayo de 2023 para prepararme para la vida en Argentina. Tam­bién asistí a cursos grupales de idiomas allí. Pero la mejor manera de aprender un idioma es comunicarse con la gente local en diferentes situaciones. Esto es lo que hago en Paraguay o habi­tualmente, lo que me ayuda a hablar con más confianza cada día. También abrí un blog en Tik­tok donde practico español acti­vamente y me comunico con mis suscriptores; es una excelente fuente de aprendizaje

–K: Estoy muy agradecida con Paraguay y por ello en mis planes está seguir creciendo como familia y también como empresa.

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