El ganador del Premio Matisse 2023 se encuentra actualmente realizando su residencia de tres meses en París.

El artista paraguayo Daniel Gómez se encuentra actual­mente desarrollando su resi­dencia artística en la Cité Internationale Des Arts, en París, Francia, como parte del reconocimiento que obtuvo en 2023 al quedarse con el Pre­mio Henri Matisse, otorgado en Paraguay por la Embajada de Francia, la Alianza Fran­cesa y Gente de Arte.

Gómez se suma a la experien­cia que en las últimas décadas convocó a figuras emergentes de la escena local de las artes visuales. La propuesta de la residencia es el intercambio de experiencias y conocimien­tos en una de las capitales de la cultura y el arte a nivel global.

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Daniel es una artista que tra­bajó en 2023 en una propuesta innovadora. En el contexto del auge de las experiencias inmer­sivas, propuso la temática social como convocante en su obra. La Nación del Finde habló con el artista paraguayo, quien comentó respecto a la actual experiencia, su mirada sobre la tecnología en la vida humana contemporánea y sus temáticas actuales de investigación.

-¿Con qué línea de inves­tigación arribás para este tiempo de residencia en París?

-Llego a la Cité Internationale Des Arts con una línea de tra­bajo que viene creciendo en los últimos años: la investigación sobre formas de creación inter­disciplinaria que requieren del cruce y colaboración entre distintas lenguas artísticas –la palabra, la imagen, el cuerpo, el espacio, la tecnología–. Me interesa especialmente cómo ciertas experiencias sensibles, individuales y colectivas pue­den transformarse en disposi­tivos escénicos y visuales que interpelen desde una sensi­bilidad contemporánea. Esta residencia en París representa una oportunidad para expan­dir esa búsqueda, contrastarla con otras miradas y reformular preguntas desde un territorio distinto al mío

En la Cité Internationale Des Arts, el punto de partida de su actual experiencia

-¿Cómo sería tu agenda a desarrollar allá?

-Durante la residencia llevaré adelante un proceso de inves­tigación artística que abarca escritura, trabajo de estudio y exploración visual. Mi inten­ción es desarrollar nuevas ideas escénicas y materiales que dia­loguen con el contexto social y la memoria sensible del terri­torio. La agenda contempla el intercambio activo con artis­tas residentes, la asistencia a muestras, exposiciones, estu­dios abiertos y espacios de pen­samiento que ofrece la Cité y la ciudad de París. Este recorrido me permitirá incorporar pers­pectivas diversas al proceso creativo, ampliar mis lengua­jes de trabajo y explorar otras formas de producción interdis­ciplinaria en un entorno inter­nacional.

TEMÁTICAS

-¿Con qué trabajos, temas o inquietudes venís convi­viendo o abordando en este último año y medio?

-En el último tiempo he estado inmerso en varios proyectos que abordan la fragilidad del cuerpo, la construcción de la memoria y los vínculos afecti­vos, desde una poética íntima y simbólica. Al mismo tiempo, he profundizado una línea de investigación sobre las tensio­nes entre lo orgánico y lo vir­tual, lo visible y lo residual. Mi trabajo se ha centrado en esa zona intermedia donde lo sen­sible, lo político y lo estético se tocan, creando dispositivos escénicos y audiovisuales que desafían los formatos tradicio­nales y abren nuevas formas de pensar el presente.

-¿En qué sentido la tec­nología sigue marcando tu forma de expresión y qué reflexiones te parecen urgentes en ese marco de la vida y producción contem­poránea muy entrelazada con la tecnología?

-La tecnología no es solo una herramienta, sino un lenguaje y un ecosistema que atraviesa nuestra experiencia contempo­ránea. En mi práctica, se integra como parte de una gramática sensible que interroga cómo lo digital redefine los vínculos, la memoria y el cuerpo. Me inte­resa explorar tanto su poten­cia expresiva como sus conse­cuencias ecológicas, afectivas y sociales. ¿Qué permanece cuando la imagen se apaga? ¿Qué estamos dispuestos a ver cuando el arte nos devuelve el reflejo de nuestro tiempo?

-¿Esta residencia te ofrece una plataforma desde donde mirar la escena y/o el mer­cado local? ¿Qué aporta a tu mirada esta experiencia?

-Sí, completamente. Estar en París, residiendo en un cen­tro histórico y multicultural como es la Cité Internationale Des Arts, me permite observar el contexto artístico local con mayor perspectiva. La distan­cia no solo relativiza lo cono­cido, también lo resignifica. Esta experiencia me invita a repensar los modos de producción, las redes de colabora­ción y las políticas culturales de mi entorno. Qué se valora, qué se margina, qué se sostiene. La residencia me aporta herra­mientas, referentes y contrastes que me permiten volver a mirar lo propio desde otro lugar.

LA OBRA GANADORA

“El camino del sembrador o el paradigma del paquete tecnológico” le valió el primer puesto en el Matisse 2023

Daniel Gómez obtuvo el Premio Henri Matisse 2023 con una pro­puesta que se titula “El camino del sembrador o el paradigma del paquete tecnológico”.

Se trató de una instalación inmersiva de rea­lidad virtual, donde el espectador es protagonista de un recorrido guiado en el que participa activamente en un entorno tridimensional, simulado y diseñado en 3D, mediante realidad virtual y aumentada.

“La pieza parte intencionalmente de la parábola del sembrador, refe­rencia bíblica para plantear un paradigma de apertura sensorial sobre la liberación comercial del trigo transgénico HB4 en Paraguay y la amenaza que implican los agrotóxicos y la ampliación de la frontera agrícola”, explica el autor. La obra habla también sobre el rol del arte como espacio de resonancia frente a las urgencias de este tiempo.

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