La temática del museo es la oceanográfica, ofrece más de 200.000 especies del océano y sus costas, y se constituye en uno de los cuatro más importantes del Brasil. Recorrerlo es un deleite para los ojos y los visitantes terminan impactados por todo lo que ven y los conocimientos que acumulan.

A la hora de planear unas vacaciones, Brasil es una de las primeras opciones debido a la cercanía y las facilidades de llegar. Si bien cuando habla­mos del estado de Santa Cata­lina siempre pensamos en las playas, esta vasta región de Brasil tiene otros atractivos que bien pueden ser incluidos en la hoja de ruta.

Una parada interesante es el Balneário Piçarras. Se trata de un pequeño poblado ubi­cado en la costa del estado, perteneciente a la Región Metropolitana de Foz do Río Itajaí. Además de desta­car por sus playas, posee uno de los museos más importan­tes de Sudamérica, el Museo Oceanográfico Univali.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Garsón Mota, represen­tante del Museo Oceanográ­fico Univali en la 30.ª Feria de Turismo BNT Mercosul, celebrada en mayo en el Bal­neário Camboriú, explicó a La Nación/Nación Media que se trata del tercer museo oceanográfico más grande del mundo. Agregó que los 200.000 bichos que son expuestos en el sitio repre­sentan solo el 1 % de todo lo que habita el lecho marino.

Algas y corales también adornan el gran museo brasileño

Cuentan con un laboratorio donde se realiza el manejo de los animales que llegan hasta el lugar. En muchos casos, son encontrados por la gente y los llevan hasta allí. Entre los ejemplares que comúnmente son llevados están los pingüi­nos, tiburones, tortugas, ade­más de conchas y crustáceos, dijo Mota a La Nación/Nación Media.

Esto permite al público que visita el lugar ver cómo se están manipulando las espe­cies, sean para el cuidado como para la conservación tras su muerte.

El museo está abierto de miércoles a domingo y es ideal para visitarlo por grupos de colegios o escuelas, además de hacerlo en familia o con ami­gos. Además, es totalmente accesible para las personas con problemas de movilidad0 o con movilidad reducida.

Restos óseos de los grandes habitantes de las profundidades

Este espacio está entre los cuatro principales del Bra­sil en cuanto a historia natu­ral. Su temática oceanográ­fica ofrece más de 200.000 especies del océano y sus cos­tas. Si bien se trata de una importante cifra en cuanto al acervo, es solo porcentaje ínfimo con relación a todo lo que tiene el océano. El museo se caracteriza por mostrar especies marinas que corres­ponden a la biodiversidad de la costa y mar adentro de la zona de Brasil.

La mayoría se trata de piezas que fueron embalsamadas y están en exposición en el museo, mientras que en otros casos son esqueletos o restos óseos que fueron encontra­dos y llevados hasta el sitio para su conservación y pos­terior exposición al público. También hay especies vivas.

En el museo también existen seres vivos que son apreciados por los visitantes

Si bien el acceso al museo es pagado, se trata de un espacio amplio que ofrece la posibi­lidad no solo de distraerse y conocer, sino que además es un lugar de aprendizaje, por lo que resulta muy recomen­dado para paseos con niños y adolescentes, por lo que vale la pena realizar la inversión.

Para que el visitante pueda tener una mejor compren­sión de lo que va a ver, el museo está dividido en siete lugares diferentes. Uno de ellos habla del surgimiento de la vida y la historia, de la relación entre el hombre y el mar. En otro espacio, se ofrecen las especies inverte­bradas que están en el lecho marino, entre los que se pue­den encontrar esqueletos cal­cáreos, corazones, y donde se presentan especies vivas.

Pulpos de todos los tamaños también son exhibidos en el museo

Asimismo, uno de los secto­res está dedicado exclusiva­mente a los peces con cartí­lagos, mientras que en otro espacio se puede encontrar los peces con huesos. Los rep­tiles marinos, las aves mari­nas, también están exhibidos en un apartado, mientras que los mamíferos marinos están en otro espacio.

En el área donde se exhi­ben los mamíferos marinos, se puede encontrar todo lo relacionado con la historia de caza de ballenas, su explota­ción comercial, actividad que fue muy practicada en Santa Catarina. En esta área tam­bién se pueden ver los delfi­nes y ballenas de la zona de Brasil, presentando aspectos de su biología.

Dientes afilados y una mirada amenazante


Peces de todos los tamaños y de aspectos que no suelen verse son puestos a la vista de los visitantes

Si bien el acceso al museo es pagado, se trata de un espacio amplio que ofrece la posibilidad no solo de distraerse y conocer, sino que además es un lugar de aprendizaje.


El museo está abierto de miércoles a domingo y es ideal para visitarlo por grupos de colegios o escuelas, además de hacerlo en familia o con amigos. Además, es totalmente accesible para las personas con problemas de movilidad o con movilidad reducida.

Especies en peligro

El pingüino emperador es una especie que corre peligro de extinción.

A fin de concienciar sobre la importancia de la conserva­ción de la biodiversidad, y aler­tando de una especie en peligro de extinción, desde el Museo Oceanográfico Univali lleva­ron dos ejemplares de pingüino emperador para la exposición del stand durante la Feria BNT Mercosul.

Garsón Mota explicó que, si bien se pensaba que esta ave marina habitaba solo en la zona más fría del hemisferio sur, en época de migración los pingüi­nos llegan hasta Río de Janeiro. El pingüino imperial también habita en las islas Galápagos.

“Se han tenido avistamientos de pingüino imperial en el lito­ral del Río Grande do Sul, en el litoral de Santa Catarina, lle­gando hasta el Río de Janeiro. Ellos salen de la Patagonia, en Argentina, durante el invierno, generalmente para nosotros aquí en los meses de junio, julio y agosto, normalmente los solemos ver”, explicó a La Nación/Nación Media.

Aseguró que los pingüinos pue­den andar más allá de la Pata­gonia, y que cuando llega el invierno, ellos van migrando en busca de comida principal­mente detrás de las sardinas. “En invierno aquí hay mucho alimento. Ellas existen aquí (las sardinas) y no allá en esa época. Ellos vienen en busca de eso”, explicó el colaborador del Museo Univali.

Déjanos tus comentarios en Voiz