Por Martín Villagra, martin.villagra@nacionmedia.com - Fotos: gentileza Rosa Miño

Es integrante de la selección paraguaya absoluta y antes pasó por clubes de Brasil, Portugal y Turquía.

Rosa Miño juega de volante central y es integrante de la selección mayor paraguaya. Recientemente participó con la Albirroja en la Copa de Oro de los Estados Unidos. Tras dejar el Palmeiras de Brasil, recientemente fue anunciada como refuerzo de la Liga Deportiva Universitaria de Quito, Ecuador.

A sus 24 años, tiene un recorrido importante en el fútbol profesional, ya que antes estuvo en clubes de Brasil, Portugal, Turquía y ahora dio otro paso en Ecuador. Sus inicios fueron en el 9 de Junio de Mariano Roque Alonso y la Universidad Autónoma de Asunción (UAA).

¿Cómo se dio su fichaje a la Liga de Quito? “La gente de Liga de Quito se puso en contacto conmigo, me convenció el proyecto que tienen para este 2024 y acepté”, respondió Rosa desde Quito con La Nación del Finde.

Se trazó metas altas y sabe dónde quiere llegar. “Mi objetivo, primeramente es hacer un buen campeonato, destacarme, alzarme con el primer campeonato para el club en femenino y quedar en la historia. Ganar la Superliga, que todavía no se pudo lograr”, aseguró.

Firmó contrato hasta octubre de este año. Vive al sur de Quito, en la Provincia Pichincha, frente mismo al complejo del club. Comparte casa con tres compañeras, dos ecuatorianas y una venezolana.

“Estoy a 2.800 metros de altura, por el momento me está costando bastante la adaptación. El fútbol femenino ecuatoriano está creciendo. Liga Deportiva Universitaria de Quito es un club que apoya bastante, incluso todos los partidos oficiales los jugamos en el estadio Rodrigo Paz Delgado”, destacó.

CON LOS VARONES

Su inicio en el fútbol fue incierto. Desde niña sintió una fuerte conexión por su deporte, que la llevó a recorrer varios países para cumplir sus sueños.

“Empecé a los 8 años en una escuela de fútbol. Entrenaba con los nenes, practiqué futsal en mi escuelita Hogar de Jesús de Fe y Alegría de Mariano Roque Alonso. A los 13 años fui a unas pruebas de la UAA, de donde salí porque me quedaba muy lejos de casa, dos horas ida y otras dos vuelta”, recordó.

Estuvo un año y luego fue unos meses al club 9 de Junio de Mariano Roque Alonso. “Me presenté a las pruebas del club Fernando de la Mora con la selección femenina Sub-17 y Sub-20. Fui seleccionada y después Cerro Porteño me llevó, estuve cuatro años ahí. En el 2019 se dio mi primera experiencia internacional en Foz Cataratas de Brasil y hasta hoy me encuentro jugando en el exterior”, apuntó.

Sostiene que lo más difícil en el fútbol femenino tiene que ver con la falta de apoyo. “Piden primero resultados, luego te dan condiciones, sin embargo en el fútbol masculino no es así”, comparó.

No obstante, sostiene que la selección paraguaya, que la tiene como asidua integrante ha evolucionado considerablemente. Y ella lo sabe desde adentro, ya que estuvo en la última Copa de Oro, que se jugó este mes en los Estados Unidos.

“Nuestra selección ha crecido bastante desde la última Copa América y en la Copa Oro demostramos que estamos para grandes cosas. Para dar pelea a cualquier selección, todo eso gracias al apoyo que la APF nos brinda”, indicó.

BUSQUETS Y CASEMIRO, REFERENTES

En su puesto, Rosa Miño mira cómo se paran en la cancha y el español Sergio Busquets, actualmente en el Inter Miami, quien es compañero del paraguayo Diego Gómez. También llama su atención los movimientos del portugués Casemiro, hoy en el Manchester United de Inglaterra.

“Juego de volante central, sigo mucho a Busquets y Casemiro por la posición similar en la que juego”, reconoció.

SEGUIR CRECIENDO

Sabe que en Paraguay el fútbol femenino tendrá más torneos desde este año y por primera vez se pagarán premios en efectivo a los mejores.

“Es algo muy lindo que el fútbol femenino siga creciendo. Da gusto que poco a poco ganemos nuestro espacio”, añadió.

EXPERIMENTADA

Pese a su juventud, Rosa Miño recogió mucho de cada club y país en los que estuvo. En pocas palabras, afirma que “bastante he aprendido, muchas cosas a lo largo de estos seis años jugando en el exterior. Me ayudó a madurar como jugadora, seguir creciendo y aprendiendo siempre, que es lo importante”, agradeció.

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