Atrapar en el lienzo el ensoñador atardecer aregüeno mientras se contemplan las vistas más cautivantes del icónico enclave podría convertirse en una vivencia realmente única y mágica. Y si a ello le sumamos unas picadas y bebidas para degustar se asegura una experiencia sensorial completa e inolvidable.
La galería Cogliolo Arte y Tutú Agenda Cultural proponen vivir una tarde de picnic con pintura libre, una cita agendada para el próximo domingo 10 de marzo, a las 18:00, en la lomada de la iglesia La Candelaria de Areguá, en el casco histórico de la ciudad.
“Es una experiencia al aire libre en el mirador de Areguá donde se puede disfrutar de la vista del lago Ypacaraí, desde la altura mientras pintamos y dejamos volar nuestra imaginación en un escenario realmente idílico”, dice a La Nación del Finde Andrea González, una de las organizadoras, quien extiende la invitación a adultos, jóvenes, profesionales y aficionados a las artes plásticas.
La inscripción para sumarse a esta actividad cuesta G. 100.000 que incluirá el atril, materiales para pintar, manta, merienda y canasta. Para quienes deseen más informes sobre la actividad contactar al teléfono (0994) 703-533.
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Inaugurarán en Areguá “Cómo hacer de un territorio un refugio”
El Centro Cultural del Lago inaugurará la exposición de cerámica “Cómo hacer de un territorio un refugio”, de Trama colectiva, el domingo 7 de abril, a las 11:00 horas. Obras de Gisela Rainero, Leila Buffa, Virginia Barberis, Verónica Fernández Torales, Ayelén Van Humbeeck, Valentina Coscia y María Paz González Mendoza podrán apreciarse en el espacio ubicado en Fulgencio Yegros 855 y Mariscal López, en Areguá.
Siete alfareras integran el grupo Trama, que realiza su primera exposición. “Transitamos la práctica alfarera como un acto político, utilizando nuestro arte para comunicar, para reclamar, para resistir, para celebrar. Este oficio es nuestra forma de estar y transitar en este mundo, también es nuestro refugio”, refirieron en una nota de prensa.
Respecto al concepto de la muestra, expresaron: “Para empezar a reconocer nuestro territorio partimos desde nuestros cuerpos y luego miramos hacia afuera, a aquello que nos vincula con el entorno y la relación que tenemos con él. ¿Puede esta relación transformar y resignificar nuestro concepto de territorio? Habitamos el paisaje a través de nuestros sentidos, de nuestro cuerpo, y hacemos uso de la experiencia para reconocernos en lo individual y lo colectivo. El cuerpo como territorio, nos sostiene y nos identifica.
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Gisela Rainero
Nacida en Argentina, el 25 de junio de 1984. Obtuvo su título de Licenciada en Turismo en 2005. Inició sus estudios de cerámica en un taller particular donde durante 4 años aprendió diversas técnicas de baja y media temperatura. Años más tarde dictó clases en ese taller. En el 2013 inició sus estudios como Técnica Ceramista en la Escuela Municipal de Lomas de Zamora, donde durante 4 años profundizó en conocimientos de modelado manual y torno, hornos y horneadas, decoración, historia y tecnología de los materiales.
Realizó cursos de cerámica precolombina, “Aerófonos, Esmaltes cristalinos”. En el 2018 se mudó a Paraguay, donde se adentró en las técnicas ancestrales, modelado manual y quemas con fuego, de la mano de ceramistas locales. Actualmente trabaja en su taller en Melgarejo y dicta talleres de modelado manual de piezas utilitarias.
Leila Buffa
Nació en Asunción el 15 de mayo de 1986. Obtuvo su título de Marketing en el 2008 y se inició en la cerámica en el año 2013, mientras vivía y trabajaba en Nueva York, donde se concentró en técnicas de torno y alta temperatura. En el 2015 regresó a Paraguay con la intención de seguir su aprendizaje en el rubro. A finales del 2016 montó su propio taller y empezó a trabajar de manera independiente y autodidacta, enfocando su trabajo exclusivamente en el modelado a mano. En agosto del 2018 inició su aprendizaje con las técnicas ancestrales y quemas con fuego, traspasado por la maestra Azul Cian (Argentina) y desde entonces se dedica a la práctica, investigación y transmisión de estos saberes desde su taller en el centro de Asunción.
Virginia Barberis
Nacida en Johannesburgo (Sudáfrica), el 11 de abril de 1990 y nacionalizada argentina en 1997, donde residió hasta el 2017, año en el que vino a Asunción. En el 2015 recibió el título de arquitecta en la Universidad Nacional de Córdoba. En el 2017 llegó a Paraguay para una pasantía en el Gabinete de Arquitectura. A principios del 2019 participó de su primer taller de cerámica de técnicas tradicionales y despertó interés y la posibilidad de un camino alternativo a su profesión.
Desde entonces decidió dejar en pausa la arquitectura y dedicarse a la práctica del oficio de la alfarería con las técnicas de modelado manual, moldeado con el cuerpo y quemas a fuego de baja temperatura. En el 2022 fue la ganadora del Premio Jajapo para jóvenes artesanos emergentes, impulsado por el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA). Actualmente trabaja y da clases particulares en su pequeño taller montado en su casa en el barrio Trinidad de Asunción.
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Verónica Fernández Torales
Nacida en Asunción el 20 de junio de 1990. Estudió ingeniería ambiental en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), concluyendo sus estudios en el 2016. En el 2021 participó en el Taller Intensivo de Cerámica Saberes Ancestrales, dictado por la maestra ceramista Leila Buffa. Además, ha participado de otros talleres de cerámica con las maestras Ediltrudis y Carolina Noguera, con Maestras del Colectivo de Kambuchi Apo, aprendiendo el modelado manual, a través de técnicas ancestrales y quemas con fuego. Así también, en el 2023 participó del taller de cerámica creativa, impartido por la ceramista/escultora y grabadora Marithé Zaldívar.
En el 2022 ganó el Premio Jajapo para jóvenes artesanos emergentes, impulsado por el Instituto Paraguayo de Artesanía. Actualmente, colabora con el espacio/taller Jardín Mainumby, del ceramista Marcelo Constantino, como asistente de taller y ofreciendo clases para principiantes. En el 2024 empezó como aprendiz en el taller Anagama del ceramista Rufino Godoy, especializándose con la técnica del torno alfarero.
Ayelén Van Humbeeck
Nacida en Asunción, el 28 de octubre de 1993. Cuenta con una década trabajando en comunicación y gestión cultural. En el 2019 se acercó por primera vez a la cerámica modelada a mano con técnicas originarias. En un viaje de ida, continúa su práctica y exploración a través del seudónimo Lumbre. Con objetos desde lo utilitario, hasta lo ornamental, con técnicas ancestrales y quemas con fuego.
Valentina Coscia
Nació en Asunción, el 12 de febrero de 1997. En el 2017 tomó su primera clase de cerámica, y desde entonces continúa su formación con talleres y cursos sobre saberes alfareros de la mano de artistas y maestras locales. Con intenciones de profundizar en el oficio, tomó clases de escultura en 2019 en Florencia (Italia), y en 2021 en Bilbao (España), donde aprendió nuevas técnicas para trabajar arcillas de alta temperatura. Actualmente, de vuelta en Paraguay desde el 2022, trabaja con técnicas precolombinas, modela a mano piezas utilitarias y escultóricas, y lleva a cabo quemas con fuego usando diversos métodos.
María Paz González Mendoza
Nacida en Coronel Oviedo, el 11 de junio de 1999. Estudiante de Trabajo Social en la Universidad Nacional de Asunción. A finales del 2022 participó de un taller gratuito de cerámica precolombina con Leila Buffa y Virginia Barberis, en el marco de las actividades en un centro cultural. Desde ahí viene aprendiendo de forma autodidacta y también en el taller de Leila.
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Un picnic de ensueño en la explanada de Areguá
Atrapar en el lienzo el ensoñador atardecer aregüeno mientras se contemplan las vistas más cautivantes del icónico enclave podría convertirse en una vivencia realmente única y mágica. Y si a ello le sumamos unas picadas y bebidas para degustar se asegura una experiencia sensorial completa e inolvidable.
La galería Cogliolo Arte y Tutú Agenda Cultural proponen vivir una tarde de picnic con pintura libre, una cita agendada para mañana domingo 10 de marzo, a las 18:00, en la lomada de la Iglesia La Candelaria de Areguá, en el casco histórico de la ciudad.
“Es una experiencia al aire libre en el mirador de Areguá donde se puede disfrutar de la vista del lago Ypacaraí desde la altura mientras pintamos y dejamos volar nuestra imaginación en un escenario realmente idílico”, dice a La Nación del Finde Andrea González, una de las organizadoras, quien extiende la invitación a adultos, jóvenes, profesionales y aficionados a las artes plásticas.
La inscripción para sumarse a esta actividad cuesta G. 100.000 que incluirá el atril, materiales para pintar, manta, merienda y canasta. Para quienes deseen más informes sobre la actividad contactar al teléfono (0994) 703-533.
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La tradición de los Ishir, con pinturas de Ogwa y familia, se exhibe en Areguá
Jorge Zárate, jorge.zarate@nacionmedia.com - Fotos: Gentileza Centro Cultural del Lago
“Yo soy indígena porque mi mamá es indígena”, solía decir el ya fallecido Ogwa. Desde esa identidad, el gran plástico consiguió mostrar el imaginario, la cosmovisión de los Ishir al mundo en una tarea que hoy es seguida por su hijo Rubén y su sobrina nieta Salmi.
Un homenaje a esa tradición motivó a Ysanne Gayet, directora del Centro Cultural del Lago, a organizar la muestra “El legado de Ogwa”, que abrirá este domingo, 18 de febrero, desde las 11:00 en su local de Fulgencio Yegros 855 casi Mariscal López de la ciudad de Areguá, marcando el inicio de las actividades del presente año. También será una oportunidad de acceder al Calendario 2024 “Pueblos Originarios del Paraguay-Retratos”.
Cuenta Gayet: “Quise hacer un pequeño homenaje a Ogwa (nombre que significa “Riacho de bosque” en Ishir), explicando que “me siento en deuda con él. Cuando me mudé a Areguá no tenía centro cultural ni galería y él llegaba a cada rato con obra y yo ya tenía como 50 obras de él y a veces no tenía para comprarle, situación que lamento porque él necesitaba en ese momento porque estaba con problemas de salud. Tenía glaucoma y estaba perdiendo la vista. No terminó como tendría que haberlo hecho, siento que no le dimos la importancia que se merecía”, dice la destacada galerista.
Por ello nace esta muestra homenajeando a “una familia que continúa enseñando todas las tradiciones de los Ishir a través de sus pinturas”, agrega.
CONTINUIDAD
Rubén Balbuena es el hijo de Ogwa y asume estar “siguiendo la riqueza de la cultura que papá dejó y tratando de sembrar la semilla en su nietito que le estoy enseñando porque soy abuelo también y ellos tienen que ir siguiendo el trabajo”, dice en diálogo con La Nación del Finde/Nación Media.
“Sigo pintando las historias del pueblo, siguiendo la cultura que representa, contando qué árbol es el que se usa para medicina de los Chamacoco (Ishir). Estoy actuando con ellos, los abuelos, me intereso para pintar y saber qué es lo que representan los vestidos, por qué unos van de blanco y otros de negro, por qué algunos se atan la cabeza y así”, dice de los rituales de danza que representa en sus pinturas.
“Ahora no pensé todavía un libro, pero algún día vamos a hacerlo. Me interesa porque tenemos que aprovechar que estoy fuerte todavía para hacer algo en lo que podamos dejar nuestra historia”, señala.
Ysanne cuenta que “Rubén es mucho más conservador en su forma de interpretar que Ogwa. Él inició de una manera que le hacía sentir más seguro, veía los rituales entre los árboles, en el monte, y trataba de plasmar esa imagen en la que los hombres se pintan y se visten de caraguatá y de plumas. Ahora se está atreviendo a hacer cosas más explosivas, llevará un proceso para que llegue a lo que persigue su arte”, apunta.
Salmi López Balbuena es la sobrina nieta de Ogwa y sus dibujos también serán parte del evento. “Me pone feliz, muy contenta, porque son cosas que el abuelo me enseñaba de pequeña. Él me contaba la historia y yo hasta ahora sigo pintando, ahora mismo estoy pintando porque me gusta que la gente valore, me dan ganas de seguir”, dice entusiasmada con la muestra y con una próxima que se realizará en San Pablo, Brasil, de sus obras. La necesidad de rescate cultural es esencial para ellos porque “ya no tenemos muchos chamanes que vayan siguiendo la cultura”.
Como la define Ysanne: “Salmi sigue más el estilo de su abuelo, siempre escribe cosas sobre los mitos; su obra tiene texto como la de él y tiene ese movimiento que la hace tan llamativa. Los colores de Salmi son más coloridos que los de la primera época de Ogwa que posteriormente tomaron una gama más eléctrica”.
LOS INICIOS DE UN DIBUJO ÚNICO
“La doctora (antropóloga Branislava) Susnik me daba pintura, lápices de colores y cuando mira en mis cuadernos me dice: ‘Qué bien, Ogwa. Sale muy lindo. Eso es para tu futuro. Yo no sabía lo que era futuro”, cuenta el artista en el muy buen documental que lleva su nombre, dirigido por Ricardo Álvarez y que puede verse en YouTube.
Las pinturas corporales, el arte plumario; la cestería; los tejidos; las tallas zoomorfas construyen el arte Ishir, pero no existían dibujos. Los creó Ogwa en su labor de traductor, recuerda Ticio Escobar, “cuando comienza a dibujar para explicar la cultura y los mitos comenzando a producir una obra autónoma”.
Ysanne Gayet entiende que es el artista originario más famoso del país en el extranjero, con exhibiciones como la del año pasado en Madrid donde fue parte de la muestra “El cielo Ishir” en el Museo de América.
Lo explica: “Tiene mucha imaginación, mucho movimiento, es muy original en su concepto, cómo plasma los mitos de los Ishir, son cuestiones que él imagina de acuerdo a los relatos; de los rituales que el mismo vio y su interpretación es extraordinaria”, dice la también pintora y galerista.
EL ARTE ORIGINARIO
Así explica Ysanne Gayet su interactuar con el devenir del arte originario en las últimas décadas: “Desde la década de los años 70, una de mis metas principales ha sido de hacer conocer, valorar y promocionar el maravilloso arte indígena del Paraguay. Esto siguió más que firme al abrir el Centro Cultural del Lago (CCDL) en 2010. Desde ese entonces, hemos organizado exposiciones de arte originario casi anualmente. Además, compramos gran parte de su producción cada vez que los visitamos o nos visitan desde sus comunidades. Si bien a veces nos cuesta realizar compras importantes, somos conscientes de que comercializar sus productos es nuestra única manera de obtener fondos para seguir invirtiendo en ellos”.
La artesanía de los pueblos originarios es realizada con mucho esfuerzo y sacrificio, señala. Hoy en día, hasta buscar su materia prima es un desafío, pues los montes se encuentran cada más alejados de sus comunidades. Ahí deben adentrarse, por ejemplo, para recoger la espinosa planta del caraguatá utilizada en la elaboración de algunos de sus productos.
“El contacto y la desaparición de su hábitat ha significado un cambio drástico en su forma de vida. Esto se tradujo en la transformación de la función de su producción en la actualidad: ya no es únicamente utilitaria, sino también apunta a la venta. Por lo tanto, es crucial poder seguir invirtiendo en la compra de sus productos, generando un mercado que les permita continuar con su producción. Así tenemos la esperanza de lograr que no se pierdan estas obras, algunas de ellas de singular belleza y realizadas mayormente con técnicas ancestrales”, expresa la artista visual y promotora cultural.
El Centro Cultural del Lago (CCDL) también lanza mañana domingo su calendario “Pueblos originarios del Paraguay-Retratos 2024″, con imágenes de algunos de los grupos étnicos del país. “Con su compra estará también ayudándonos a contar con recursos para seguir contribuyendo en la promoción y en el incentivo de la producción de los artesanos artistas de pueblos originarios de nuestro país”, señalan desde la institución.
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Presentan la exposición “El legado de Ogwa”
El Centro Cultural del Lago invita a la inauguración de la exposición de pintura “El legado de Ogwa” con obras de Flores Balbuena (Ogwa), Rubén Balbuena y Salmi López Balbuena, y al lanzamiento del Calendario 2024 “Pueblos Originarios del Paraguay – Retratos”, a llevarse a cabo el domingo 18 de febrero, a las 11:00, en Yegros 855 casi Mariscal López de Areguá, en el kilómetro 31 de la ruta PY02.
Ysanne Gayet, directora del espacio aregüeño, explica: “En la obra de Ogwa, está casi siempre presente una línea que representa al río Paraguay (el Onhota en el idioma ishir). Arriba de esa simple línea, el artista deja volar su imaginación y allí pasan cosas extraordinarias: la explosión de un árbol samu´u del cual salen expulsados hacia el cielo los mitos, los peces, los yacarés y las víboras. Las pinturas de Ogwa presentadas en esta exposición son de la década de los años 1990″.
La palabra Ogwa se traduce como “riacho de bosque”. Así lo llamó su abuelo Guejeje, el que escuchaba a los pájaros y seguía sus indicaciones para encontrar agua durante la Guerra del Chaco, explicaba la curadora de arte Adriana Almada, en el 2002. En 2008, después de una enfermedad, tristemente falleció Ogwa, dejando un enorme vacío, no solo para su familia, sino para todos los que le apreciamos a él y a sus fantásticas pinturas. Felizmente, algunos miembros de su familia siguen sus pasos.
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Realismo y colorido
Rubén Balbuena nació el 8 de junio de 1962 en Puerto Diana, una comunidad sobre el río Paraguay en el norte del Chaco paraguayo. Es el mayor de los 11 hijos del gran artista ishir Owga Flores Balbuena y Rufina Balbuena. Aprendió a pintar mirando a su papá y comenzó vendiendo sus pinturas en la calle y luego en las galerías. Cada vez que puede, regresa al Chaco para buscar nuevas ideas para su obra.
Gayet describe: “Rubén realiza una composición más bien convencional, que contrasta llamativamente con las fantásticas figuras mitológicas, protagonistas de sus paisajes ribereños. Por lo general, su obra reproduce escenas reales donde él ha sido testigo de los rituales, en los cuales los hombres se pintan y se visten de caraguatá y de plumas, así manteniendo vivas las creencias ishir y haciendo honor a sus seres míticos. Los mitos están siempre presentes en su obra. Por lo general pinta con acrílico u óleo”.
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Salmia “Salmi”) López Balbuena nació el 28 de marzo de 1982 en la comunidad Puerto Diana, distrito de Bahía Negra, en el norte del Chaco paraguayo. Es hija de Leonarda Balbuena y nieta de Ogwa. Tiene 3 hijos. Aprendió a pintar mirando a su abuelo Owga, quien fue como un padre para ella. Pinta desde hace muchos años, siempre sobre temas relacionados a la cultura ishir. Ha participado en exposiciones en el Museo Andrés Barbero, en el Centro Cultural del Lago y otras galerías.
“Las obras de Salmi recuerdan mucho a las de su abuelo; al igual que él, plasma en las hojas de papel los mitos, los árboles y la naturaleza con mucho movimiento y ritmo. Los colores de Salmi son más coloridos que los de la primera época de Ogwa, que posteriormente tomaron una gama más eléctrica”, comentó Gayet.