Es de esos lugares que no te imaginás encontrar en lo más recóndito de la ciudad, de allí el nombre La Escondida, que actualmente tiene tres locales basados en la idea de garden bar, donde estos espacios son una escapada de la rutina; al aire libre, alejado del ruido, con una gastronomía hogareña insuperable y buena música. Su nuevo establecimiento en Areguá, en una centenaria casona, invita a empaparse de historia y sabores.

“Con razón su nombre” y “ahora entiendo por qué es La Escon­dida”, son algunas de las expresiones de los comen­sales al llegar al garden bar, comenta entre risas Livia Mel­garejo, una de las propietarias. Y es que su nombre nace jus­tamente por la ubicación del primer local en Fernando de la Mora, inaugurado en noviem­bre del 2016. “Está en medio de un barrio ‘escondido’ en zona norte de la ciudad, sobre una calle empedrada y con poca circulación vehicular. Es ideal para pasar un momento distendido al aire libre”, des­taca. “En agosto del 2019 abri­mos el segundo local sobre la avenida Boggiani en una gran casona con un patio precioso” , cuenta.

En Areguá, La Escondida propone “Historias a la carta” donde la gastronomía y objetos del pasado se conjugan y crean un ambiente único.

El 21 de abril de este año inau­guraron tercer local y el lugar elegido fue Areguá, una ciudad que combina arte, cultura e his­toria. “Es para nuestra familia un orgullo porque nos suma­mos a la oferta gastronómica y turística de la pintoresca ciu­dad de Areguá, y así aportamos al desarrollo de la zona y gene­ramos fuentes de trabajo; tam­bién por ser parte de la Avenida del Lago. Esta doble avenida es considerada el casco histórico de la ciudad y fue declarada patrimonio nacional; y final­mente porque nuestro local se encuentra en la Casona Villa Aurelia, declarada patrimonio cultural”, expresa.

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Menciona además que este tercer local representa un sueño hecho realidad porque siempre aspiraron a un lugar que pro­mocione a artistas, historias y talentos. La Escondida Are­guá apunta a convertirse en un referente para todo tipo de encuentro, también funcionar como un punto informativo y de vínculo entre los visitantes y la ciudad, de manera que todo aquel que la visita se entere de todos los atractivos de la zona.

El local abre sus puertas bajo el concepto que promueven los propietarios de este garden bar: la comida nos reúne, la mesa es el lugar y la historia nos va a conectar.

“Incluimos en el hall principal de la casa un mapa sobre los principales lugares a visitar y también los clientes pueden dejar sus recomendaciones en unos papelitos que están a dis­posición. Invitamos a la ciuda­danía local a apropiarse de La Escondida para las actividades que deseen realizar a los efectos de promover el arte y la cultura de esta ciudad”, puntualiza.

Casona Villa Aurelia fue decla­rada patrimonio cultural y tiene justo lo que buscaban para expandir La Escondida. La casona Villa Aurelia tiene más de 120 años de vida y hoy propone a sus visitantes “His­torias a la carta”, bajo el con­cepto que promueven los pro­pietarios de este garden bar: la comida nos reúne, la mesa es el lugar y la historia nos va a conectar. “Siempre hay una historia que contar y la mesa de La Escondida es el lugar”, subraya Melgarejo.

Está ambientada con varios elementos antiguos, entre ellos una valija de cuero que representa a los inmigran­tes, ya que Areguá alberga a muchos extranjeros. Perte­nece hace más de 100 años a la familia Codas, que inicia con un inmigrante europeo, Santiago Coda (sin s original­mente) y sus descendientes don Lorenzo y doña Aurelia. Ellos fueron los primeros propie­tarios de la casa, por eso uno de los salones principales se llama “Codas” en homenaje a esta familia y cuenta con fotos de sus primeros integrantes y un árbol genealógico desde la llegada de Santiago hasta los descendientes nacidos en 1950.

Otro de los salones se deno­mina “Casaccia”, quien en vida fuera vecino de la casona Villa Aurelia. En medio de la naturaleza y de las historias de la gente de Areguá, encontró la inspiración para crear sus obras, entre ellas su novela “La babosa”, analizada y valorada mundialmente. Cinco libros de este autor se encuentran dis­ponibles para leer en nuestro local y las paredes cuentan con extractos de sus obras.

La Escondida destaca en sus ambientes valiosos recuerdos de la familia Codas, propietaria desde hace más de un siglo de este patrimonio cultural.

La Escondida Areguá apunta a convertirse en un referente para todo tipo de encuentro, al tiempo de funcionar como un punto informativo y de vínculo entre los visitantes y esta ciudad que está llena de historia, cultura y arte.

LAS SUGERENCIAS DE LA CASA

Livia recomienda pasar por el garden bar a disfrutar de su chivito La Escondida al estilo uruguayo, acompañado de papas rústicas, que puede ser compartido entre dos a tres personas. Otro de los platos estrellas es la parrillita tradicional para dos a cuatro personas, que está compuesta de cortes enteros de picaña, chorizos, presas de pollo, sopa paraguaya, matambrito de cerdo a la pizza y mandioca frita.

Y un infaltable de la casa son los platos mexicanos, con tacos con tortillas de maíz, solomillo, entre otros ingredientes. El taco “Tex Mex” es una novedosa opción, ya que el propio cliente puede armar su taco y disfrutar de su toque especial. Además, en Areguá ofrecen buffet con parrilla libre y postre incluido. El costo es de G. 90.000 para adultos y 50% niños de 6 a 9 años, con variedades de carnes a la parrilla, sushi, pastas, ensaladas y mucho más.

También ofrecen un menú de comida rápida como pizzas, hamburguesas, lomitos, wraps, quesadillas, picaña, picadas de carnes y choricitos con verduras salteadas, parrillitas con carnes variadas; así como recetas más saludables como ensalada césar y pollo grillé con ensalada verde, por citar algunos. Todos los productos son caseros, elaborados en el día y en cada local.

En Areguá disponen de un menú al mediodía que incluye pastas, también algunos platos de pescados y buffet con parrilla libre los fines de semana. Asimismo cuentan con servicio a la hora de la merienda y a la noche, ya la misma carta que en los demás locales.

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