El estudiante de Economía tuvo su pasantía por Libertad, Nacional y Cerro Porteño, pero todo abandonó para trabajar y ayudar a su madre en el sustento de la casa; no obstante, la espinita de volver estaba siempre latente.
La determinación de luchar para alcanzar la formación educativa soñada en el exterior, distingue a muchos jóvenes paraguayos en todo el mundo, en donde se destacan en las aulas y en otras disciplinas como el deporte.
Es el caso inspirador de Juan José Valdez López, un asunceno que no se rinde hasta lograr su meta en los Estados Unidos, aprovechando su habilidad para jugar al fútbol.
“Es una historia un poco emocionante. Jugué en las inferiores del club Libertad, Nacional y Cerro Porteño. El fútbol me regaló muchas alegrías, muchas amistades y momentos hermosos, donde me tocó festejar campeonatos con Libertad. Luego de un hermoso período jugando por el Ciclón, las lesiones y el problema económico empezaron a ser un obstáculo para mí.
Entonces decidí dejar el fútbol, lo que toda mi vida me ha dado tanta felicidad. Lo dejé de lado para empezar a trabajar y ayudar a mi mamá con los gastos de la casa, ya que mis padres son separados”.
LA MEJOR APUESTA
“Después de haber escuchado noticias sobre una empresa que hacía pruebas con entrenadores de equipos universitarios de Estados Unidos, me interesé por ello y contacté con el dueño de la empresa Captiva Sports para ver si había oportunidades para participar. Reuní dinero por un año con mi trabajo para poder pagar lo necesario para participar de este evento. Tenía un amigo que vino a los Estados Unidos, que jugaba conmigo en Libertad y me mencionó que es una de las mejores apuestas para estudiar. Ya siendo participante, jugué para el equipo de Captiva Sports en 3 partidos amistosos, en donde los entrenadores de equipos universitarios de EEUU fueron a Paraguay para reclutar jugadores”.
BECA COMPLETA
“Así, el entrenador P. Gilbert me vio, me ofreció un contrato de beca completa para jugar por la Universidad de Lubbock Christian University. Me ofreció el pago total de la escuela por 4 años, lo único que yo tenía que pagar era mi departamento y comida por mí mismo. Mi madre y padre no podían creer de que me había ganado una oportunidad de estudiar gratis en una universidad en los Estados Unidos. Se quedaron asombrados y a la vez orgullosos”.
SIN DINERO PARA EL AVIÓN
“En el año 2020, con la dura época del covid-19, la empresa Pampeiro SA, en donde trabajaba en ese momento, me brindó su apoyo para poder venir a los Estados Unidos. Sin embargo, había un problema, el dinero para el boleto del avión. Yo solo quería demostrarles a mis padres que si uno se propone a hacer lo que quiere, lo puede conseguir y no les pedí dinero, traté de solucionar ese problema solo. Así, trabajé duro, realizando horas extras y haciendo algunas que otras actividades de comida para reunir el dinero con mis amigos. No pude juntar el monto requerido para el boleto de avión. La universidad me esperaba solo hasta el 3 de agosto para presentarme en sus instalaciones y ya era el 19 de julio. Pero por coincidencia, gracias a Dios, el entrenador de la universidad me hace una llamada por la mañana del 20 de julio, me dijo que no me preocupe por el pago del boleto, que la escuela pagaría, ya que era una forma de apoyo por lo que estaba pasando por el covid-19. Con esa alegría, comuniqué a mis padres, hice mis maletas y en 5 días ya viajé para presentarme en el equipo”.
UNA ESPINITA CLAVADA
“Lastimosamente no pude ver a mi padre antes de venir por el covid en ese momento, no se podía hacer viajes. Así, compré el boleto para Lubbock, Texas, lugar en donde aprendería muchas cosas nuevas. Un idioma nuevo, otra cultura, nuevas amistades y punto diferente de vista en base a lo educativo”.
“Contento por las oportunidades que me regaló la vida, y agradecido con las personas que me apoyaron para seguir hoy estudiando para ayudar a mi familia en un futuro, esperemos cercano”.
“Quiero agradecer a mis padres, que me siguen apoyando desde lejos, a mis familiares y en especial al señor Julio Beachy, Peter Beachy y a Nelson Diarte. Personas que desde Paraguay y San Antonio me dieron una mano para seguir creciendo como persona y profesional”.
“Yo solo quería demostrarles a mis padres que si uno se propone a hacer lo que quiere, lo puede conseguir y no les pedí dinero, traté de solucionar ese problema solo”
“Contento por las oportunidades que me regaló la vida, y agradecido con las personas que me apoyaron para seguir hoy estudiando para ayudar a mi familia en un futuro, esperemos cercano”.
BUENAS CALIFICACIONES
“Aquí, ya hace 2 años de mi llegada a Estados Unidos. Puedo decir que con mucho trabajo, esfuerzo, he conseguido pagar mis facturas todos los meses, he trabajado mucho para tener buenas notas en la Universidad y he entrenado mucho para jugar de la mejor manera posible en los equipos de universidades que me tocó defender”.
“Fui finalista en mi primer año de torneo con Lubbock Christian University, en la ciudad de Lubbock, Texas, con la camiseta número 10. Hoy, tengo la oportunidad de jugar por la Universidad de Saint Marys en San Antonio, Texas; en donde fui campeón invicto del torneo nacional del NCAA D 2, con la camiseta 11. Contento por haber ganado un premio personal en donde estuve en la nominación de uno de los mejores jugadores del campeonato”.
“Yo solo quería demostrarles a mis padres que si uno se propone a hacer lo que quiere, lo puede conseguir y no les pedí dinero, traté de solucionar ese problema solo”
“Contento por las oportunidades que me regaló la vida, y agradecido con las personas que me apoyaron para seguir hoy estudiando para ayudar a mi familia en un futuro, esperemos cercano