París, Francia. AFP

Desde Francia a Japón, pasando por Estados Uni­dos, las audiencias televi­sivas del Mundial de fút­bol de Qatar siguen siendo considerables, a pesar de los llamados al boicot y de la programación otoñal (en el hemisferio norte) de la competición, con Alema­nia en el papel de excepción.

“El Mundial siempre es así de popular”, se felicitaba la FIFA, apoyándose espe­cialmente en las audien­cias del partido inaugural Qatar-Ecuador, al alza en algunos países respecto a las del Mundial-2018 en Rusia.

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La competición suscita, sin embargo, numerosas polé­micas desde diciembre de 2010 con su atribución a Qatar, y en relación con los derechos humanos o la pro­tección del medioambiente. Pero en unos tiempos en que la presencia delante de la pequeña pantalla desciende inexorablemente en benefi­cio de internet, “los grandes eventos deportivos perma­necen entre los últimos a nivel planetario” con carác­ter unificador, subraya para la AFP Christophe Lepe­tit, del Centro de derecho y economía del deporte de Limoges, en Francia.

Este hecho, comprobado en cada Mundial o Eurocopa, “no ha sido desmentido este año”, añade el economista.

En algunos países aumentó la cantidad de telespectadores en el Mundial.

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