Gloria Ocampos-Prieto gloria.ocampos@nacionmedia.com - Fotos: Roberto Zarza y gentileza de Raúl Rivarola y Gabriela Albertini
En los últimos años se ha dado un cambio de paradigma en los jardines en todo el mundo. Se apuesta por plantas autóctonas que permiten conservar la biodiversidad, fomentando el desarrollo natural del medioambiente sin dejar de lado la estética deseada. En nuestro medio también ya se empieza a mirar con otros ojos a esas especies subestimadas, consideradas popularmente como “yuyos”, que pueden ofrecer un bello espectáculo de paisajismo silvestre. La Nación del Finde habló sobre esta tendencia con el biólogo Raúl Rivarola, quien colaboró con importantes proyectos de este tipo.
Biólogo recibido en la Universidad Nacional de Asunción Raúl Rivarola vivió por más de una década en Europa donde realizó dos masterados; uno en bosques y medios de vida por la Universidad de Copenhague (Dinamarca), y otro, en silvicultura tropical y gestión por la Universidad Técnica de Dresde (Alemania). Es coautor de la Guía de Arborización Urbana para el Área Metropolitana de Asunción y estuvo a cargo del Capítulo Flora y Arbolado Urbano del Diagnóstico del Parque Caballero.
Raúl es un apasionado de las plantas nativas que se ha sumado a la corriente global de devolver a la naturaleza su espacio fomentando los jardines criteriosos y el paisajismo responsable con la biodiversidad local. Tuvo una trascendental colaboración como asesor en la creación de los maravillosos jardines silvestres de la Conmebol y de un condominio privado (Aquaterra) que son verdaderos edenes para las mariposas, colibríes y abejas.
-¿Cómo surgió esta inquietud de reivindicar las especies silvestres y nativas en los jardines paraguayos?
-Este movimiento de plantas nativas y regionales es un contagio por parte de la gente de Uruguay y Argentina. En particular para mí fue muy importante conocerle a Raúl Nin, un ingeniero agrónomo que vive en La Paloma, Uruguay, y que viene reivindicando el paisajismo con las especies autóctonas y nativas regionales desde hace muchísimo tiempo. Un vanguardista. Una inspiración realmente. Ese encuentro fue un volver a entender la razón por la cual yo había vuelto de Europa. Siempre tuve pasión por la jardinería, por las plantas nativas y ahí me encontré con un ejemplo de vida y dije “esto es lo que yo quiero hacer”. Fue un punto de inflexión total.
Ahora estoy ahora construyendo mi propio pequeño universo que se va a llamar Centro Jardín Silvestre Zárate Isla, en Luque, que es un espacio que está inspirado justamente en el lugar que tiene Nin en la Paloma. Desde el 2019 estoy metido en el tema del paisajismo, gracias a unas profesionales en el tema que me contactaron.
-¿Por qué es importante darle protagonismo a las especies nativas?
-Uno, es valorar lo nuestro. La parte de las cuestiones paisajísticas históricas que tienen que ver con nosotros, con nuestra naturaleza. Acá tengo, por ejemplo, un jaguarundi, un guaviju, un yvapurû, una kalaguala guasu… que son nuestros, de nuestra tierra, que tienen mucho que ver con nuestra idiosincrasia, que nos llevan a conversar sobre lo nuestro. Además, una de las cosas más lindas también es que la mayoría de las plantas nativas llevan nombres en guaraní. Mucha gente urbana como yo, por ejemplo, perdió el guaraní y mi encuentro con esta maravillosa lengua es a través de la naturaleza.
Y después, por supuesto, toda la cuestión que tiene que ver con la conservación de la naturaleza. Con un grupo de gente formamos el Club de Observadores de la Naturaleza. Organizamos salidas de campo gratuitas para concientizar a la gente, y ahí nos empezamos a preocuparnos también por la fauna, especialmente, las aves de la ciudad, mariposas y abejas. Nos preguntamos qué podíamos hacer por ellos. Nos dimos cuenta de que lo mejor es crear microecosistemas en nuestros hogares o entornos. Empezamos a animarle a la gente a formar cada uno, en el lugar en que estén, pequeños espacios de naturaleza.
No hace falta que sea una gran obra de paisajismo público, ni montajes grandilocuentes, sino que cada uno, dentro de sus posibilidades, cree esos ambientes con especies nativas que atraigan y alimenten a los colibríes, a las mariposas y a las abejas. Animamos a los ciudadanos a que formen pequeños rincones, como el que tengo acá, en mi balcón, con algo así ya está contribuyendo con el urbanismo ecológico. Tenemos que apostar por ciudades renaturalizadas.
-¿Se prende la gente a esta tendencia?
-Las paisajistas con las que trabajé en los jardines silvestres son supervalientes. Ellas estudiaron en Argentina con el uruguayo Gabriel Burgueño que es una referencia en materia de paisajismo regional y con especies nativas. Con esa referencia volvieron y tenían esa inquietud. Sé que al principio fue difícil convencer sobre la idea al tipo de gente que está acostumbrada al paisajismo comercial de Paraguay, que es una clientela de alto nivel. Primero, porque en los viveros no se estaban produciendo especies nativas, entonces teníamos que convencerles de hacer un paisajismo lento, lo que se llama un “slow landscaping”, poco a poco. Es decir, que hay que pedir a los viveros con meses de antelación las plantas que precisamos, y solo así se puede producir de una forma ética y evitar la extracción de las especies de sus ecosistemas naturales. Tiene que haber un compromiso por parte de la gente que se mete de manera comercial en esto. No es para cualquiera, tiene que haber respeto genuino hacia la biodiversidad local.
- Contame sobre el trabajo que hicieron en la Conmebol
-En la Conmebol lo que se hizo fue un jardín silvestre a cargo de las paisajistas Gabriela y Fiorenza Albertini de Proverde, que se formaron en Argentina con Burgueño, convencieron a esa elite de llevar a la práctica un proyecto importante, no solo desde el punto de vista estético, sino un jardín donde hay un compromiso con la naturaleza, un jardín para las mariposas, para las abejas, para los pajaritos, un jardín para las plantas nativas de esa zona.
A mí me tocó asesorarlas sobre las plantas nativas, y me inspiré principalmente en el Parque Guasu Metropolitano que es un neoecosistema, es un lugar que fue muy modificado por el hombre, en donde se dejó crecer espontáneamente todo lo que creció nomás. Es realmente un laboratorio en vivo y en directo, donde uno puede encontrarse con plantas nativas que pueden crecer en lugares periurbanos, muy agrestes, muy neoecosistema, todo nuevo. No son los típicos ecosistemas naturales donde normalmente se encuentran, porque están hechos por el hombre.
Entonces de ahí saqué casi todas de las especies que les recomendé a las paisajistas, menos el karanda’y, que esa fue la reivindicación chaqueña por sobre todo, que tenía además que ver con la cuenca baja del arroyo Itay que se caracteriza por tener esa palmera maravillosa.
En el jardín de la Conmebol se destacan las flores que son irresistibles para las mariposas como el yvoty la novia, lantana montevidensis y la achira silvestre roja. También hay yvapurû, kalaguala guasu, el ceibo que para mí es un árbol maravilloso. También logramos poner el labón, que para mí fue un golazo, porque es un arbolito que crece normalmente en los palmares chaqueños y que para la ganadería es como una plaga y suelen tirar todo. Es un hermoso pariente del lapacho que florece todo amarillo en noviembre y que durante el año va florenciendo poco a poco cada vez que va a llover. Y el arriero chaqueño te dice “okýta hína” porque tres días antes de llover florece el labón. Entonces, en la Conmebol tienen ahí su propio pronosticador de lluvia (risas). Después pusimos aromita, otro gran triunfo, porque siempre fue considerada como una plaga para los establecimientos ganaderos, entonces en julio se llena de flores amarillas y es alimento para las abejas, en una época en que no hay casi alimento. Entonces es una especie muy estratégica para el cuidado de esos insectos. Y todo el pasto que se ve en la Conmebol es nativo también, el kapi’i kavaju, y lo bien que se encuentra es mérito de la ingeniera agrónoma María Fe Samaniego, de MF Paisajismo & Cía. que se encarga de mantenerlo en la actualidad.
-¿Y la experiencia Aquaterra?
-La experiencia en Aquaterra es superesperanzadora. La idea fue reivindicar lo que había en ese lugar que se caracteriza por sus humedales. Tratamos de potenciar la estética propia de ese tipo de suelo y empleamos palmas chaqueñas, ceibos, nuestro sauce criollo o yvyra puku. También yvoty la novia de color lila, que es más adecuado para zonas bajas. La de flor roja es más propicia para zonas altas no anegadizas; hay achira que es también de lugares inundables.
-¿Cómo acercarse a las especies nativas?
-Yo les recomiendo que nos sigan en el Club de Observadores de la Naturaleza en el Facebook donde se generan unas conversaciones sobre las plantas muy interesantes. También está la gente de la Asociación Etnobotánica Paraguaya (AEPY) que tiene su jardín etnobotánico de Patiño en donde venden plantas nativas y medicinales, también exóticas, por supuesto. Pero si uno quiere las nativas siempre hay que pedir que te van a preparar. Además me pueden seguir en el IG, donde comparto información al respecto: @homo_paraguayensis.
Las especies nativas que reivindicamos para su uso son las más comunes, esas que solemos considerar “yuyos”, no aquellas que si ponemos de moda, van a terminar siendo extraídas de sus entornos naturales. Tenemos mucho cuidado en no poner de moda las especies nativas de orquídeas, bromelias epífitas, helechos arborescentes (chachi) y cactus globosos enanos. Si hacemos apología del uso de ese tipo de plantas, las consecuencias podrían ser catastróficas, porque serán extraídas de manera masiva de sus ecosistemas y estaremos contribuyendo a su extinción. Todo lo contrario a lo que queremos hacer en el paisajismo responsable con la biodiversidad local.
¿Cuál es tu planta nativa preferida?
-El guapo’y, (Ficus citrifolia), es mi planta nativa favorita .Tenemos siete especies nativas de guapo’y, todas del género Ficus, y todas son muy beneficiosos para la naturaleza, porque sus higos, que se encuentran presentes casi todo el año, son un alimento importante para las aves y otros animales silvestres.
-¿Qué hay que tener en el jardín o en el balcón para atraer pajarillos, mariposas y abejas?
-Para atraer a los picaflores: achiras, mainumby yvoty, mainumby sapatu y salvi azul (Salvia guaranítica). Para atraer a las mariposas: lantana rastrera (Lantana montevidensis), yvoty la novia. Para atraer a los pajaritos frugívoros como el saihovy: arachichu y kurundi’y, este último, que es un arbolito que se puede tener enano en maceta.
RESPETAR EL ENTORNO
Gabriela Albertini y su hermana, Fiorenza, llevan adelante la empresa de paisajimos Proverde que se ha encargado del diseño y la ejecución de los jardines silvestres de la Conmebol y del condominio Aquaterra. “Como paisajistas sentimos una inmensa responsabilidad de empezar a respetar el entorno, y de devolver a la naturaleza su espacio. En estos jardines utilizamos en su mayoría, plantas nativas, especies que fueron recomendadas por el biólogo Raúl Rivarola, y seleccionadas por nosotras, no solo por su aporte estético al diseño, sino sobre todo por su aporte ecosistémico a la fauna y a la flora de nuestra región”, comentó Gabriela.
Señaló que hay un cambio de paradigma con respecto a los jardines en todo el mundo. “Hoy pensamos en generar espacios biodiversos, y ayudamos a que la naturaleza haga lo suyo, los beneficios serán múltiples y garantizados para todos los seres vivos”, apuntó.