Cuando la falta de entusiasmo e incapacidad para dar lo mejor de sí en el trabajo se convierten en una constante, es momento de tomar medidas y tratar de recuperar nuestro bienestar.

Se trata de un tipo de estrés relacionado con el trabajo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) describe como un “fenómeno ocupacional” porque, a pesar de no ser una afección médica, influye tanto en la salud física como en lo emocional e implica una ausencia de la satisfac­ción personal.

Algunos signos de agota­miento incluyen dificul­tad para concentrarse, des­motivación, irritabilidad y pérdida de confianza en sí mismo. Muchos se sien­ten improductivos y sobre­cargados, también pueden ser indiferentes a cosas que anteriormente los emocio­naba y prefieren evitar el contacto social.

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Desde el punto de vista emo­cional, el agotamiento des­cribe los pensamientos y sentimientos asociados con sentirse abrumado y fati­gado por las circunstancias de la vida, mientras que los síntomas físicos son dolor de cabeza o de espalda, trastor­nos del sueño, náuseas, ten­sión muscular y cansancio.

Si bien el agotamiento incluye muchos de los mismos sín­tomas que el estrés, existen tres sentimientos específicos que lo diferencian: sentirse cansado o agotado, falta de entusiasmo y aumento de la negatividad hacia el trabajo, y disminución de la capacidad para realizar las actividades laborales.

CAUSAS

Las principales razones del agotamiento se deben por la imposibilidad de influir en las decisiones de hora­rio, tareas o cargas labora­les, también ante la falta de recursos para cumplir con las responsabilidades asignadas.

La dinámica disfuncional en el lugar de trabajo puede ser otra causa, más aún si alguien de la oficina te manifiesta actitudes nega­tivas o si te sientes desauto­rizado por tus colegas o jefe. Cuando un trabajo es monó­tono o caótico, se necesita energía constante para mantener la concentración, lo que puede provocar fatiga y cansancio laboral.

Otro de los motivos es el des­equilibrio entre el trabajo y la vida privada. Si tu tra­bajo requiere tanto tiempo y esfuerzo que no tienes la ener­gía para pasar tiempo con tu familia y amigos, es posible que te agotes rápidamente.

Las principales razones del agotamiento se deben por la imposibilidad de influir en las decisiones de horario, tareas o cargas laborales, también ante la falta de recursos para cumplir con las responsabilidades asignadas.

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