Dos especies típicas de los cli­mas tropicales que despliegan toda su belleza y colorido en sus flores y el verde de sus hojas son la bromelia y el anturio.

BROMELIAS

Es casi imposible saber cuántos tipos existen de este enorme grupo de atractivas y únicas plantas llamadas bromelias. En ellas, el atrac­tivo principal no es precisa­mente la flor en el sentido clá­sico del término, sino en las hojas modificadas que rodean la flor, llamadas brácteas, que adquieren colores muy llama­tivos: rojos, rosas, amarillos, naranjas... Son el reclamo que la planta utiliza para atraer a los insectos a sus flores mos­trando su útil belleza.

Las bromelias precisan som­bra, cuidar el riego y la hume­dad permanente como en su estado natural en las selvas. Hay en el mercado abonos específicos para potenciar la floración de estas plantas pero en nuestro país, debido al clima reinante y si están adecuadamente ubicadas nos mostrarán toda su magnífica belleza. Duran mucho.

ANTURIO

Es una planta de interior fácil de cultivar. Lo único que sí que hay que tener en cuenta es que es exigente en cuanto a humedad ambiental ya que procede de la selva tropical colombiana. A pesar de ser muy florífera puede ocurrir que deje de hacerlo.

¿Por qué no vuelve a florecer un anturio? El motivo más habitual suele ser una escasez de hume­dad en el entorno. La humedad en el entorno es determinante para la floración del anturio. Si hay aire acondicionado y está ella adentro, mejor sacarla a un espacio cálido y húmedo. Si está en el interior, pulverizar con fre­cuencia las hojas que son muy bellas de un verde profundo, así mantienen la necesaria hume­dad. Cuidar que el agua utilizada no contenga demasiada cal (usar si se puede agua de lluvia).

Además de un ambiente húmedo, el anturio también necesita estar en una zona luminosa pero no al sol. Se reco­mienda que esté cerca de una ventana donde el sol se filtre a través de una cortina para así evitar las quemaduras de las hojas. El sustrato siempre debe mantenerse húmedo pero sin encharcamientos.

Las bromelias precisan sombra, cuidar el riego y la humedad permanente como en su estado natural en las selvas.

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