Bar Leo: Un legado gastronómico de casi seis décadas
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De vender empanadas a través de un humilde mostrador sobre la calle Colón, Bar Leo pasó a convertirse en una de las paradas obligatorias del centro capitalino gracias a sus recetas secretas que datan de 1965.
En el corazón de Asunción, hace ya casi 60 años, una pareja de inmigrantes europeos encontró el sabor casero que formaría parte de la historia del centro histórico de la capital.
Sobre la calle Colón entre Estrella y Oliva, don Leopoldo y doña Guillermina empezaron a ofrecer sus deliciosas empanadas, nos detalla Wilson Alfonso, responsable de Bar Leo.
La voz no tardó en correr y lo que empezaba como un pequeño emprendimiento, pronto se convirtió en el favorito de la ciudad. “En aquellos tiempos, las actividades comerciales y financieras se concentraban en el centro histórico y largas filas alrededor de la cuadra esperaban las empanadas calentitas, doradas y rellenas de doña Guillermina”, relata.
Y agrega: “Las empanadas de Leo ya empezaban a ser una sensación tanto para los lugareños como para visitantes extranjeros que llegaban en barcos hasta la capital y quedaban en Bar Leo como una parada obligatoria”.
RECETAS QUE TRASCIENDEN GENERACIONES
Actualmente, los hermanos Leopoldo y Emilce Cataldi son los que mantienen el legado gastronómico de sus padres y lo van expandiendo para ofrecer cada vez más opciones a los comensales, fieles a los valores originales de servir comida de calidad a un precio justo.
Fue doña Guillermina quien a base de su receta secreta empezó a preparar las empanadas de carne vacuna, pollo y huevo a un tamaño fuera de lo habitual. Luego de casi 60 años, el éxito de las mismas permanece, sumado a nuevas variedades.
Entre las principales opciones gastronómicas de Bar Leo, las empanadas de carne tradicional son las mimadas de la casa, seguidas de la afamada milanesa de lomito, así como de su sopa de surubí, que hasta hoy mantiene la receta original.
INCORPORACIONES
Con el paso de los años, la carta fue incorporando las empanadas al horno, minutas y tartas de diferentes sabores por porción. Y para quienes prefieren visitar el local a tempranas horas, propone diversas opciones de desayuno que van desde café, tés y numerosas variedades para acompañar como mbeju, tostadas, omelette y dulces.
Ya para el almuerzo o cena, el restaurante se destaca por sus pastas, picadas, guarniciones, pizzas, hamburguesas, sándwiches en variadas presentaciones y elecciones al plato. Si ante tantas alternativas atractivas no sabes qué elegir, Bar Leo ofrece un apartado denominado “Sugerencias del chef”, en el que sus más deliciosos platos son protagonistas.
En este segmento sobresalen la tilapia a la plancha, el grille de surubí con papas a la crema, surubí al roquefort con papas noisette, tourrnedó de lomito envuelto en panceta con salsa demiglace acompañado de papas noisette, roll de lomito árabe, tiras de lomito, roll de pollo árabe, entre variadas propuestas de quesadillas.
CALIDAD, SABOR Y TRADICIÓN
“La elaboración de todos los productos cumplen con los estándares de calidad, buen sabor y tradición familiar que fueron establecidos desde el inicio de Bar Leo. Y son sus valores y principios los que lo caracterizan y marcan la diferencia en el mercado gastronómico nacional”, resalta Wilson.
De manera de mantenerse cerca de sus más fieles comensales, el restaurante dispone de un call center (021) 729-3333 y también cuenta con el servicio de delivery.
Bar Leo se encuentra ubicado en Colón 462 casi Oliva y cuenta con una sucursal sobre Andrade 1446 casi O’Higgins. La atención va de lunes a sábado, de 07:00 a 22:00, y en la que está situada en zona Villa Morra continúa los domingos, de 07:00 a 15:00 y de 18:00 a 22:00.
La elaboración de todos los productos cumple con los estándares de calidad, buen sabor y tradición familiar, que fueron establecidos desde el inicio de Bar Leo.
“Su obra y su legado hablarán por usted”, dice Alfaro sobre partida del papa Francisco
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La noticia del fallecimiento del Sumo Pontífice causó el pronunciamiento de figuras de todo el mundo y de todos los sectores sin distinción que vieron en el papa Francisco una figura que trascendía la Iglesia Católica. Uno de los más grandes referentes del fútbol a nivel local en la actualidad, el director técnico de la Selección, Gustavo Alfaro, escribió en redes sociales un sentido texto tras la partida del Santo Padre.
“Vamos a rezar por usted, por su obra, por su legado y su compromiso de estar cerca de la gente que más lo necesita, lejos de la opulencia y la estridencia. Que su alma descanse en paz, Francisco. Que Dios ilumine el camino de quien tome su lugar. Su obra y su legado hablarán por usted”, expresó.
Alfaro compartió a través de Instagram la manera en que le tomó la noticia del fallecimiento de Francisco. “Esta mañana no fue una mañana más”, relató y manifestó que como muchas personas alrededor del mundo, tenía la ilusión de verlo plenamente recuperado y que una señal de esto, fue la presencia del papa en la plaza de San Pedro para la bendición pascual.
Asimismo, rememoró el momento en que pudo conocer al papa e intercambiar unas palabras con él, quien era fanático del deporte y en este sentido, recibió a delegaciones de todo el mundo, siempre con una sonrisa y mencionó el fanatismo de Francisco hacia el club San Lorenzo de Argentina.
“Recuerdo una anécdota simpática de aquel momento, estábamos esperando que él se aproxime y yo tenía preparada para regalarle la camiseta de Arsenal, equipo que estaba dirigiendo en ese entonces. Él se acerca, bendice a mi familia y le entrego la camiseta; en ese instante Francisco me mira y me dice: “Me parece que empatamos con ustedes”.
El entrenador siguió relatando, “yo le digo: ‘Santo Padre, me parece que usted está rezando demasiado, porque el último partido en la final de la Copa Argentina lo ganamos 3 a 0′. Justo nos sacaron la foto cuando con los dedos le marco los tres goles, a lo que riéndose me dice: ‘Me habré quedado dormido por la diferencia horaria, pero creo que íbamos empatando’ agregando el clásico ‘Recen por mi’“, concluye el escrito de Alfaro.
Los pobladores, así como los hijos del artista plástico coinciden en que esta edición fue gracias a que Koki Ruiz lo dejó todo encaminado. Foto: Jorge Jara
En medio de la tristeza y la nostalgia que invade a cada habitante de San Ignacio Guazú, departamento de Misiones, por la partida de Delfín Roque Ruiz, más conocido como Koki Ruiz, ayer como cada Viernes Santo se desarrolló Tañarandy y como todos los años fue un momento inolvidable.
Este año congregó a más personas y los pobladores, así como los hijos del artista plástico, coinciden en que esta edición fue gracias a que el artista lo dejó todo encaminado y sus enseñanzas se convirtieron en un legado invaluable para el Paraguay.
En la querida ciudad de Koki Ruiz todos lo recuerdan y aseguran que sienten su presencia especialmente en las semanas próximas a la Semana Santa, la festividad religiosa que él impuso en su comunidad desde niño junto con su madre Rosa.
“Mi padre nos dejó la vara muy alta, pero es muy esperanzador porque como la gente fue sumándose fue muy natural y esa es su herencia, toda esta tradición y la gente apoyó muchísimo a que todo continúe de la manera que Koki lo hacía. Para nosotros fue como un consuelo muy grande poder hacer que todo esto continuara y no sentir la ausencia de un Viernes Santo”, dijo Almudena Ruiz, hija del artista, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Resaltó que están muy felices con el legado que dejó su padre en su comunidad y para cada paraguayo, porque se trata de uno de los eventos religiosos más grandes. “No han pasado ni cuatro meses de su partida y para nosotros es muy importante poder seguir con Tañarandy. El aporte de cada persona, de su equipo y su familia hizo posible esto, porque cada uno guardaba alguna información o una partecita de cómo hacer las cosas y todo eso hizo que saliera de esta manera”, apuntó.
Este vez la coordinación estuvo a cargo de Almudena Ruiz, hija de Koki Ruiz. Foto: Jorge Jara
Cuadros vivientes
Una vez que los peregrinos llegaron hasta la barraca comenzó la puesta de los cuadros vivientes, otra de las grandes obras del artista plástico, en el que se pudo apreciar la última cena y una de ellas fue representada por sus hijas y las 12 personas que trabajaban para él. También se exhibieron la imagen de Chiquitunga, San Francisco y el San Ignacio, todas originales del retablo.
Como cierre en una de las escenas aparecieron sus dos hijas y todos los que trabajaron con él para la puesta de la última cena, pero el espacio del centro estaba libre, este pertenecía a Koki Ruiz, en ese lugar solo yacía solo la copa de vino junto al pedazo de pan. En el camino antes de llegar a la barraca se podían apreciar unos cosecheros que representaban sus cuadros.
Este fue el primer año sin Koki Ruiz en la comunidad. Todos lo recuerdan como una persona muy alegre y que estaba siempre en cada paso de lo que era Tañarandy y que no se le pasaba ningún detalle. Aseguraron que él salía a recorrer la barraca pasado el mediodía del Viernes Santo y que recibía a las personas con una sonrisa, con mucho orgullo les invitaba a que no se pierdan del evento.
“Este año nos tocó un poco más pesado, porque esta mañana no vino Koki a traerme a la Virgen de la Dolorosa y fue un poco diferente, muy fuerte. En todos los espacios le vemos a Koki indiscutiblemente se está haciendo todo como él siempre quiso, eso cumplimos, todos los detalles que él quería con el respeto que se le da”, detalló a La Nación Gloria Acosta, quien desde hace 12 años viste a la imagen de la Dolorosa.
Los cuadros vivientes de la última cena. Foto: Jorge Jara
Padre Trento, un símbolo de humanidad que no conoce de limitaciones
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El 12 de enero de 1947, en Belluno (Italia), nació el padre Aldo Trento, a quien el pueblo paraguayo, la Iglesia Católica y todos quienes lo conocieron celebraron su incansable labor humanitaria al despedirlo hacia la eternidad, el 20 de diciembre de 2024. Hoy festejamos su nacimiento, su paso por la tierra y, sobre todo, su amor por el Paraguay, donde decidió sembrar su legado de amor.
A pesar de haber vivido en nuestro país más de tres décadas, siempre recordaba sus orígenes, los mismos que de alguna manera lo mantuvieron fiel a su amor hacia los más necesitados, ya que el propio padre Trento fue un niño que nació y creció en el seno de una familia sumamente pobre, pero con los valores católicos tan sumamente arraigados que la oración en familia y la participación en las celebraciones de la misa eran una cuestión diaria.
Su llamado hacia el servicio sacerdotal no se hizo esperar, ya que, según comentó en una de sus últimas entrevistas con la organización católica Infinito+1, en su programa “Hagan lío”, recordaba su camino al sacerdocio, destacando que a la corta edad de 11 años había ingresado al seminario por su propia voluntad tras sentir el llamado al servicio y, luego de 14 años de preparación, fue ordenado sacerdote en 1972.
El propio padre Trento habría sido un niño que nació y creció en el seno de una familia sumamente pobre. Foto: Gentileza
El servicio, una vocación
Recordó que una de las películas que lo inspiró profundamente fue una que relataba la vida del padre Damiano, quien por su labor de cuidar leprosos se había contagiado de la enfermedad y, a pesar de eso, continuó cuidando de los más necesitados. “Yo le dije a mi mamá: ya he decidido qué hacer de mi vida, quiero ser sacerdote y cuidar de los enfermos, de ser posible de los leprosos”, comentaba.
El 11 de septiembre de 1989, el padre Trento pisó suelo guaraní, por primera vez. Tras varios años siendo sacerdote en Italia, llegó a un pueblo diferente, pero por sobre todo sumamente necesitado, y no tardó mucho en entender que era necesario un cambio y, por sobre todo, un involucramiento religioso en la vida de aquellos más desprotegidos e incluso abandonados.
Así fue que en uno de sus recorridos dando la palabra de Dios y conociendo las calles de Asunción, conoció a un niño, en estado de abandono, que mendigaba por las calles con una condición médica grave. De inmediato y sin pensarlo mucho intervino, lo auxilió, lo cuidó y hasta lo adoptó, brindándole inclusive una identidad, ya que carecía de la misma, y fue bautizado bajo el mismo nombre que su benefactor, Aldo Trento, aunque de cariño siempre fue “Aldito”.
En uno de sus recorridos dando la palabra de Dios y conociendo las calles de Asunción, conoció a un niño, en estado de abandono, que mendigaba por las calles con una condición médica grave. Foto: Gentileza
Meses más tarde y con el coraje y determinación que caracterizaba al sacerdote italiano, logró rescatar también de un estado de abandono a un hombre mayor llamado Mario y luego a un segundo llamado Hipólito, a quienes llevó a su propia casa para cuidarlos, iniciando quizá de manera inconsciente uno de los movimientos de caridad más importantes que Paraguay haya conocido hasta ese momento.
Los brazos acogedores
Con el pasar de los meses y posteriormente los años, el padre Aldo Trento se dio a la tarea incansable de construir un refugio para todos los desafortunados, y que no solo sea un espacio donde los mismos lleguen a resguardarse, sino que sea un espacio decente, limpio, cómodo y por sobre todo digno, ya que la mayoría de sus acogidos desde el principio eran personas que no tenían hogar o que habían sido abandonados por sus familias debido a enfermedades terminales.
Así nace en la comunidad el Centro de Ayuda a la Vida en 1999 para asistir a todo tipo de personas carenciadas, en particular madres embarazadas y niños con asistencia de alimentos y vestimenta. Alrededor de 70 familias carenciadas son asistidas todos los días martes, donde se les acompaña e invita a un proceso educativo, lo contrario al mero asistencialismo. Cuenta con asistentes sociales que verifican cada caso. Brinda asesoramiento jurídico y bolsa laboral. Aproximadamente 16.500 personas han sido atendidas desde el 2003.
Siguiendo con la misión de ayudar a los más necesitados, en el 2002 nace el Policonsultorio “Juan Pablo II” con el objetivo de asistir a los pobres y enfermos. En el Policonsultorio se cuenta con el servicio voluntario de médicos para todas aquellas personas que necesitan recibir atención en las áreas de cardiología, cirugía vascular, clínica médica, dermatología, ecografía, electrocardiograma, psicología, ginecología, servicios de enfermería, nutrición, odontología, oftalmología, pediatría, PAP y traumatología. Desde su creación ya fueron atendidos más de 28.803 pacientes.
“Cuando encuentras a Cristo, encuentras un imán y ese imán activa a otros imanes y fue así, una cadena de imanes que me han empujado y rodeado también de otros amigos hasta este punto”, comentaba el padre Trento durante una entrevista con el medio internacional.
Así nace en la comunidad el Centro de Ayuda a la Vida en 1999 para asistir a todo tipo de personas carenciadas. Foto: Gentileza
En el 2003, con el objetivo de responder a las necesidades educativas de tantos niños pobres y de escasos recursos de la comunidad parroquial, se crea la escuela “Pa’i Alberto” y seguidamente se funda el Colegio Católico Politécnico “Pa’i Lino”, ya que de lo contrario estos niños quedarían fuera sin posibilidades de crecer en el entorno donde han sido educados desde el 2003, además de quedar privados de una educación media esencial y proyección laboral.
Por su parte, la Casa Divina Providencia nace en el 2004, la cual tiene como desafío brindar atención especializada gratuita y devolver la dignidad humana a los hermanos abandonados, de modo que cuando llegue el momento final puedan descansar verdaderamente en paz. Es una clínica de cuidados paliativos donde se alberga a enfermos terminales, todos ellos de escasos recursos, con preferencia abandonados. Aproximadamente 1. 425 pacientes ya fueron atendidos en esta clínica.
La Casa Divina Providencia nace en el 2004, la cual tiene como desafío brindar atención especializada gratuita y devolver la dignidad humana a los hermanos abandonados. Foto: Norberto Duarte/AFP
La Fundación San Joaquín y Santa Ana, que alberga a adultos mayores en situación de abandono y extrema vulnerabilidad, comienza con un “sí” del padre Aldo al llamado de auxilio de un ancianito tirado en un barranco. De ahí nace, en el año 2009, el Hogar San Joaquín con un abuelito; hoy día alberga a 75 abuelitos y abuelitas.
A medida que la fundación abría más y más servicios, los necesitados que acudían crecían, y los trabajos aumentaron, por lo que con el tiempo se logró consolidar la creación de la casa de acogida Chiquitunga, que nace el 24 de diciembre de 2010 para acompañar a niñas embarazadas que sufren abusos y maltratos, ya sea por ignorancia o abandono de los padres de sus hijos o familiares. Esta iniciativa no se trata simplemente de brindar comida o medicamentos, sino de asistir de manera integral a niñas y jóvenes muy solas e indefensas.
Actualmente, también existe el servicio del comedor semanal “Santa Magdalena de Canossa”, donde más de 120 personas se acercan cada martes de lugares muy alejados y, en ocasiones, sin haber consumido ningún alimento antes de llegar. El comedor se encuentra en el tinglado de la Fundación, en donde los asistentes, además de recibir sus víveres, rezan juntos el rosario y pueden compartir fraternalmente el almuerzo preparado por trabajadoras y voluntarias.
“Esta obra depende completamente de Dios. Ha nacido de la fe y, por tanto, solo la falta de fe puede destruirla. Si Él ve su utilidad, la llevará adelante siempre”, comentaba el padre Aldo Trento en la página oficial de Fundación San Rafael.
Actualmente, también existe el servicio del comedor semanal Santa Magdalena de Canossa, donde más de 120 personas se acercan cada martes. Foto: Norberto Duarte/AFP
La bendición del Papa
Si bien el padre Aldo Trento nunca buscó ser reconocido por sus obras, sino más bien apoyado para continuar asistiendo cada vez a más personas, era imposible que quienes conocían de sus actos no buscaran apoyarlo y a su vez hacerse eco de su buena voluntad, al punto que fue comparado en muchas ocasiones con la madre Teresa de Calcuta por su vocación de ayuda hacia los enfermos y su entrega a causas sociales.
Fue tal el impacto de su trabajo que, durante la visita del papa Francisco a nuestro país en el 2015, una de las paradas que el pontífice reconoció como obligatorias era en la Fundación San Rafael, para no solo conocer a su fundador, sino a quienes se encontraban acogidos bajo su amparo, dándole no solo un abrazo en representación de la iglesia, sino que animándole a continuar con su trabajo inspirado claramente por Dios.
Durante la visita del papa Francisco a Paraguay en el año 2015. Foto: Archivo
Posteriormente, en 2018, la Cámara de Senadores otorgó un reconocimiento al sacerdote por la asistencia a personas de escasos recursos y enfermos terminales; su popularidad por su destacado trabajo a favor de los más necesitados inclusive traspasó fronteras, consiguiendo la ayuda en muchas ocasiones de organismos católicos internacionales para continuar con su labor al frente de la organización San Rafael.
A los brazos del creador
El pasado viernes 20 de diciembre se confirmaba el fallecimiento del padre Aldo Trento, luego de que el sacerdote llevara meses con una situación frágil de salud. El fallecimiento se habría dado por un infarto, que no sería el primero que sufrió, ya que su estado de salud había empeorado en los últimos meses debido a patologías de base que presentaba y las últimas semanas se encontraba hospitalizado en terapia intensiva.
El reconocido sacerdote italiano falleció a los 77 años, luego de haber vivido en Paraguay por 35 años y haberse dedicado por completo a atender y visibilizar las necesidades. Su velorio fue abierto a todo público las 24 horas y duró tres días, hasta que finalmente sus restos fueron enterrados en el cementerio italiano.
“Fue internado en varias ocasiones en sanatorios privados, pero desde hace unas semanas estaba intentando en la Divina Providencia, su clínica donde él recibía a sus enfermos, porque él nunca toleró estar mucho tiempo internado fuera y será enterrado en Paraguay porque su deseo siempre fue permanecer en Paraguay”, comentó el padre Hacin, a través del programa “Dos en la ciudad”, emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Su velorio fue abierto a todo público las 24 horas y duró tres días, hasta que finalmente sus restos fueron enterrados en el Cementerio Italiano. Foto: Eduardo Velázquez
Datos clave
Un 12 de enero de 1947 en Belluno, Italia, nacía el padre Aldo Trento.
Un 11 de septiembre de 1989 pisa suelo guaraní el padre Trento.
Con el pasar de los meses y posteriormente los años, el padre Aldo Trento se dio a la tarea incansable de construir un refugio para todos los desafortunados.
El Centro de Ayuda a la Vida nace en 1999 para asistir a todo tipo de personas carenciadas.
Siguiendo con la misión de ayudar a los más necesitados, en el 2002 nace el Policonsultorio Juan Pablo II con el objetivo de asistir a los pobres y enfermos.
En el 2003 y con el objetivo de responder a las necesidades educativas de tantos niños pobres y de escasos recursos de la comunidad, se crea la escuela Pa’i Alberto y seguidamente se funda el Colegio Católico Politécnico Pa’i Lino.
Fue tal el impacto de su trabajo que, durante la visita del Papa Francisco a nuestro país en el 2015, una de las paradas que el pontífice reconoció como obligatorias era en la Fundación San Rafael.
Posteriormente, en 2018, la Cámara de Senadores otorgó un reconocimiento al sacerdote por la asistencia a personas de escasos recursos y enfermos terminales.
El pasado viernes 20 de diciembre se confirmaba el fallecimiento del padre Aldo Trento.
La Guari Beach ofrece un espacio divertido y ameno a orillas del río Paraguay
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El Club Deportivo de Puerto Sajonia, de la ciudad de Asunción, cuenta con el espacio denominado “La Guari Beach” que desde hace cuatro años ofrece un espacio divertido, amigable y para la familia, a orillas del río Paraguay. En este lugar se pueden celebrar cumpleaños, baby shower, despedidas, encuentros, entre otros, especial para pasar un buen momento sin salir de Asunción.
Según Enrique “Piti” López, responsable del bar, este espacio comenzó a operar hace cuatro años y solo abrían los fines de semana, pero con el paso del tiempo empezaron a habilitar el espacio desde los jueves. Actualmente, abren los jueves, viernes, sábado y domingo, ofreciendo todo lo que los socios necesiten.
“Tenemos una variedad de productos para los socios y sus invitados, los mismos pueden hacer reservas para hacer cumpleaños, despedidas, revelación o tratando de cubrir las necesidades básicas de las personas que nos visitan”, explicó López, en entrevista con La Nación.
Resaltó que se trata de un espacio muy ameno, donde los usuarios pueden disfrutar de la brisa del atardecer, escuchar buena música y aprovechar las vistas, donde el paso de los buques son un atractivo alucinante y que atrae mucho a las personas especialmente a las familias.
“En un principio no teníamos un bar montado con todas las comodidades, era más bien para hacer un encuentro donde había tragos y se ponía un Dj todos los domingos. Desde el año pasado habilitamos un bar a la rivera del río y realmente es muy lindo a la vista, la brisa y los buques que pasan”, apuntó.
Habilitado todo el verano
López señaló que desde hoy viernes, queda habilitada la pileta balnearia del club y que esperan que una importante cantidad de personas pase por el bar. Resaltó que se trata de un espacio ideal para la familia, donde cuenta con espacio para escuchar música, jugar vóley de playa, entre otros, durante todo el verano.
“En realidad es muy lindo. Tenemos desde empanadas hasta servicio de parrilla y estamos preparados para recibir a los socios, tratando de cubrir todas las necesidades. Así también, tenemos previsto abrir por toda la temporada que sería hasta febrero, pero depende mucho de cómo se comporte el tiempo y podríamos ir hasta abril incluso”, puntualizó.
Enrique vivió 10 años en los Estados Unidos donde incursionó por primera vez en el rubro gastronómico. Foto: Gentileza