El amor desmedido hacia los animales puede convertirse en una enfermedad. Las personas que la padecen tienden a acumular un gran número de mascotas en la casa, sin disponer de los medios para cuidarlos adecuadamente. En términos psiquiátricos se denomina “Trastorno de Acumulación de Animales”, pero coloquialmente se lo conoce como el síndrome de Noé, haciendo referencia al personaje bíblico que construyó un arca para salvar varias especies de animales.
Actualmente, existen muchos movimientos en favor a los derechos de los animales que sí se ocupan de cuidarlos y protegerlos sanamente, pero también hay personas que se presentan como activistas, pero en realidad representan un peligro para los mismos.
Los que lo padecen acumulan mascotas en su casa sin tener los medios para cuidarlos adecuadamente.
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Síndrome de dependencia de la división colorada
- Por Augusto dos Santos
- Analista
Paraguay debe ser el único país del mundo en donde la unidad de un partido político se observa como un hecho irregular. Debe ser el único país del universo en el que se genera escándalo por ello y el único de la vía láctea en el que una persona que integra otro partido político que se encuentra unido se enfada públicamente porque sus contendores políticos se aprestan a unirse igualmente.
Transpolar, que aparte de ser un buen nombre para un helado, es una palabra que indica “aplicar a un ámbito determinado conclusiones obtenidas en otro”, esto que sucede en nuestro país sería muy divertido: es como que en Brasil Jair Bolsonaro llamara a una conferencia de prensa para quejarse porque todo el Partido de los Trabajadores se ha unido “vergonzosamente” para sostener la postulación de Lula (y es muy capaz de hacerlo) o que en Uruguay, el Pepe Mujica baje del tractor para expresarse vehemente en contra de cualquier intento de unidad del Partido Nacional. Uno trata de entender las razones de un extravío conceptual tan importante cuando ya salta otro argumento: “sí, pero no se pueden unir, si en sus internas nomás se estaban peleando”.
¿Cómo hace uno para explicar que las internas sirven justamente para que se cotejen, se enfrenten y muchas veces se peleen? Lo obvio es harto difícil de explicar. Pero más allá o mas acá de la ignorancia de cómo funciona la política detrás de este síndrome de “por qué te uní bobo” hay algo mucho más descriptivo y se trata del horrible acostumbramiento de la oposición a estar colgada de la probable división de la ANR para intentar una victoria electoral y eso, definitivamente, es muy nocivo para el crecimiento de las denominaciones de oposición, ya que genera dinámicas de dependencia de variables externas, subalterniza la construcción de un discurso basado en programas y por sobre todo atrofia los músculos de la competencia electoral.
Volviendo a transpolar es como participar de un certamen de fútbol en el que tu estrategia de victoria se encuentre exclusivamente centrada en la posibilidad de que el equipo rival llegue con la mitad de sus jugadores lesionados. Mínimamente es muy triste para no decir deshonroso.
La oposición tiene que construir mayorías que le permitan la alternancia desde argumentos y personas que vayan más allá del rebusque esotérico de la división del enemigo. Las guerras no se ganan con el supuesto de debilidad del contrario, sino con la certeza de la fortaleza propia.
¿Cómo hace uno para explicar que las internas sirven justamente para que se cotejen, se enfrenten y muchas veces se peleen? Lo obvio es harto difícil de explicar.
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El oficialismo colorado parece sufrir el síndrome del perdedor
Con la cabeza baja, la mirada semiperdida, el corazón latiendo fuerte y el alma golpeada por la derrota, el perdedor generalmente busca un culpable fuera de sí mismo. Puede ser el árbitro del partido, las malas condiciones del campo de juego, el exagerado calor, incluso los malos augurios del horóscopo que no le son propicios. Pero nunca es él mismo, su inutilidad para hacer un buen juego, su falta de capacidad para buscar el triunfo o la ausencia del optimismo necesario para encarar el encuentro. El culpable siempre es el otro, no importa su nombre ni quién sea. Es lo que podríamos llamar el síndrome del perdedor, el conjunto de síntomas que son característicos de la patología del que siente que ha perdido o va a ser derrotado irremediablemente en la partida.
Esta parece ser la repentina dolencia que están manifestando algunos sectores del oficialismo colorado que están viendo que el 18 de diciembre en las internas de la Asociación Nacional Republicana (ANR) tendrán que tragarse un duro fracaso. Por eso aumentan su agresividad y, aunque no lo digan verbalmente, comienzan a buscar culpables de la situación adversa que están viendo llegar inexorablemente. Que es el oponente, el bando rival, en este caso, que es el malo de la película y que tiene todos los defectos que antes nunca habían visto, y que repentinamente ahora descubrieron.
Eso explicaría la enorme agresividad que los líderes de Fuerza Republicana, con el presidente Abdo a la cabeza, están desplegando contra el candidato a la presidencia del Partido Colorado y el precandidato a la Presidencia de la República de Honor Colorado. Para ellos no hay peor escoria humana que sus ocasionales oponentes, a los que convirtieron de hecho en sus enemigos, con todo lo que ello implica de perverso, para hacerles daño y causarles perjuicios.
Basta mirar los medios escritos o audiovisuales o escuchar las declaraciones del presidente Abdo, del precandidato Wiens y de los funcionarios del Gobierno que están usando los bienes del Estado para hacer su campaña electoral partidaria. La peor peste son sus rivales, que son objeto de toda suerte de improperios. Un comportamiento emparentado con los trastornos de conducta que solo puede explicarse por el síndrome mencionado. Que no sabemos en qué se puede transformar el 18 de diciembre cuando se conozcan los resultados de las urnas.
El Gobierno y su gente están cada día más nerviosos porque a medida que transcurren los días, nuevos hechos que acontecen o noticias que se conocen no les son favorables. Son situaciones que demuestran su falta de capacidad, su indolencia y hasta su torpeza. Tales son los últimos acontecimientos que han tomado estado público, como el insólito ingreso del ataúd del jefe guerrillero abatido en combate a una cárcel pública con la anuencia de las autoridades nacionales, la nula acción de las mismas sobre los informes relacionados a la situación de algunos de los secuestrados y la posible complicidad de altos funcionarios en estos lamentables acontecimientos. Y aunque hayan sido relevados algunos empleados por sus responsabilidades, el baldón queda como una nítida mancha en la cara del Gobierno. Porque los errores dejan un rastro doloroso que muy pocos saben soportar, ya que son heridas que no sangran, pero que producen dolores con terribles repercusiones políticas.
Y así, mientras los candidatos de Honor Colorado en sus presentaciones públicas hacen propuestas políticas, económicas y sociales para la gente, explicando sus programas de acción, en el oficialismo se pasan haciendo ataques personales para destruir a sus oponentes. No son simples injurias verbales, sino agresiones de la peor índole, con el claro propósito de destrozar al rival, en que el fuerte sentimiento de odio es evidente.
Las ofensas a los colorados no oficialistas no terminan en las palabras, se traducen en lamentables hechos, como el despido de empleados estatales de la función pública dejándolos sin trabajo, por el mero hecho de no aceptar a Fuerza Republicana. Recuerdan a la persecución de tiempos de la dictadura de Stroessner, cuando los oficialistas perseguían a los colorados que no aceptaban al dictador, los echaban del trabajo, los mandaban presos y los expulsaban del país. Un comportamiento vergonzoso y criminal que los exponentes de este gobierno están replicando de alguna manera.
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Instan a detectar más casos del síndrome de Williams
El síndrome de Williams es una enfermedad genética que afecta muchas partes del cuerpo, se caracteriza por discapacidad intelectual leve a moderada, personalidad con características únicas, rostro distintivo, problemas del corazón y vasos sanguíneos, cardiovascular. En este sentido, la Asociación Mundial de Síndrome de Williams definió el mes de mayo para concienciar sobre esta enfermedad.
En Paraguay la Asociación de Padres de Niños con Síndrome de Williams definieron como Día del Síndrome de Williams el 10 de mayo, en el calendario escolar y todo este mes harán actividades para concienciar sobre esta patología y la importancia de su diagnóstico, ya que según la estadística nacional, solo figuran 25 personas con síndrome de Williams.
El objetivo, a parte de recordar la fecha, es aumentar el número de personas que conozcan el síndrome de Williams, ya que cuantas más personas conozcan la existencia de este síndrome, más fácil será la integración de los niños con este síndrome en nuestra sociedad.
“Queremos que la concienciación sobre esta patología llegue a todo el país porque hay pocos diagnósticos, ya que deberían haber más de 1.000 personas con este síndrome, pero se conocen solo a 25 personas a nivel país diagnosticadas. Esta enfermedad podría diagnosticar algún genetista, que hay tanto en el sistema de salud pública como privado.
En el Sinadis y en el Hospital Acosta Ñu, en caso del público”, explicó Sonia Carísimo, presidenta de la Asociación de Síndrome de Williams en Paraguay, en comunicación con La Nación/Nación Media.
Agregó que la importancia de un diagnóstico temprano influirá en la calidad de vida de las personas y sus familias. “Nosotros marcamos como el Día Nacional del Síndrome de Williams el 10 de mayo, y desde el 2019 logramos integrar esta fecha al calendario inclusivo del Ministerio de Educación y desde entonces es un día especial donde en las escuelas y colegios se habla a los chicos sobre lo que es el síndrome de Williams”, indicó Carísimo a LN.
En diciembre del 2021 pasado, Juntos por la Inclusión lanzó entre sus cuentos sobre inclusión para los niños “Soy Olivia y tengo síndrome de Williams”, que representó un gran paso para que la ciudadanía empiece a conocer sobre esta y otras patologías o discapacidades físicas e intelectuales. El mismo se puede solicitar al (0971) 100-673 o se encuentra en las librerías books, El Lector, La Nutri o en La Casita Gourmet.
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¿Qué es el síndrome de María Antonieta?
Después de un trauma emocional importante, una persona puede experimentar una canities subita o el aparente blanqueamiento repentino del cabello.
A través del relato de un extraño episodio ocurrido en el siglo XVIII en el reino de Francia, el psiquiatra Julio Torales, con quien conversó La Nación, quiso visibilizar un síndrome de orden psicodermatológico que afecta a muchas personas en el mundo y que, en su momento, también lo sufriera la esposa del rey Luis XVI. El médico utilizó su cuenta de Twitter, donde desarrolló un interesante hilo acerca de algo que guarda mucha relación también con uno de los temas médicos del momento, la alopecia, la afección que sufre la esposa del actor Will Smith, la también actriz Jada Pinkett Smith, mediatizada tras el escándalo que se produjo en plena entrega de los Premios Oscar .
“Septiembre de 1793. Su Majestad María Antonieta, reina de Francia, estaba presa en La Conciergerie de París, esperando ser sometida a juicio. Poco antes, la muerte de su esposo en la guillotina, el rey Luis XVI, la había sumido en un profundo distrés emocional. Y, además, otra muerte la tocaría muy de cerca”, comenzó escribiendo el doctor Torales, profesor de Psiquiatría y Psicología Médica de la Facultad de Medicina UNA.
Y prosiguió: “Su Alteza Serenísima, María Teresa de Saboya-Carignano, princesa de Lamballe, era íntima amiga de María Antonieta. Viendo cómo la reina estaba presa, se apresuró a volver a Francia desde Inglaterra. Al llegar, la princesa de Lamballe fue apresada y acusada de traición, torturada, abusada sexualmente y luego linchada por ciudadanos de París”. Contó que su cabeza, cortada y ensartada en una lanza, fue cuidadosamente peinada, paseada por las calles de la “Ciudad Luz”, y llevada hasta el calabozo de María Antonieta quien cayó desmayada al recibir semejante “visita”.
La reina de Francia fue condenada a morir guillotinada el 16 de octubre de 1793: “El día de su ejecución, todos los asistentes quedaron sorprendidos al ver que el cabello rubio de la reina estaba totalmente blanco. Un encanecimiento súbito se había producido en pocos días”, resaltó el doctor Torales, al tiempo de mencionar que, desde entonces, se conoce con el nombre de síndrome de María Antonieta o “canities subita” al aparente blanqueamiento repentino del cabello, tras un trauma emocional importante.
ALOPECIA AREATA DIFUSA
Pero el profesional explicó que en stricto sensu, o en sentido estricto, no se trata de un encanecimiento del cabello, sino de una forma de alopecia areata difusa, que propicia la caída brusca de los cabellos pigmentados o con color, respetando los blancos o grises. “Es por ello que, al solo quedar los cabellos blancos indemnes, la apariencia de la persona es de una canicie súbita y global”, refirió.
Expuso que la alopecia areata es una entidad clínica común que se caracteriza por ser una alopecia no cicatrizal de inicio agudo, donde las áreas de pérdida de pelo están generalmente definidas y van desde parches pequeños hasta un compromiso extenso o, con menor frecuencia, difuso. “Es una enfermedad autoinmune órgano-específica, dirigida contra el folículo piloso, y poligénica. Asimismo, está asociada a situaciones de estrés, traumáticas y psicopatología florida”, apuntó.
En este sentido, el especialista significó que se ha demostrado que, entre las personas con alopecia areata, se produjo una situación traumática asociada con un fuerte estrés mental, por ejemplo, la muerte de una persona cercana, el divorcio o la pérdida del empleo.
“Típicamente se presenta como un área alopécica que puede afectar cualquier zona corporal, pero mayoritariamente al cuero cabelludo. Puede afectar también cejas, pestañas, barba, axilas, y cualquier otra zona pilosa de forma concomitante al cuero cabelludo o de forma aislada”, aseveró.
FORMAS CLÁSICAS
Indicó que las formas clásicas de presentación de alopecia en cuero cabelludo son el Unifocal, con un área alopécica bien delimitada; Multifocal, que es similar al anterior, pero más de un área afectada; Total, donde está comprometido el 100% de cuero cabelludo, y, Universal donde se ve afectado el pelo de todo el cuerpo. También detalló que hay otras variantes clínicas que son la Reticular, Ofiásea, Difusa, Ofiáseo inverso; y, por último, el tipo “María Antonieta”, con afectación selectiva de los pelos pigmentados, como se explicó previamente.
“No se trata de un encanecimiento del cabello, sino de una forma de alopecia areata difusa, que propicia la caída brusca de los cabellos pigmentados”.
“Puede afectar también cejas, pestañas, barba, axilas y cualquier otra zona pilosa de forma concomitante al cuero cabelludo o de forma aislada”.
DR. JULIO TORALES PSIQUIATRA.
Tratamiento psiquiátrico y psicológico
Ante la aparición de un síndrome como éste, se considera fundamental una evaluación exhaustiva, a fin de investigar la existencia de trastornos mentales comórbidos, como la depresión mayor y los trastornos de ansiedad. Asimismo, se debe interrogar acerca de la existencia de algún evento estresante desencadenante. “Los médicos dermatólogos deben trabajar en estrecho contacto con los médicos psiquiatras y otros profesionales de la salud mental para el manejo adecuado de la alopecia areata, una patología que tiene intensas ramificaciones psicológicas”, apuntó el doctor Julio Torales, en comunicación con La Nación.
Señaló que existe evidencia preliminar que sugiere que la psicoterapia orientada a la percepción y la terapia familiar podrían llegar a ser efectivas. La regulación emocional es otra área donde se necesita intervención, según dijo, junto con la psicoeducación del paciente y su familia.
“La medicación psicotrópica se recomienda en caso de trastornos mentales concurrentes, en función de la afección que se vaya a tratar. Algunos investigadores proponen el efecto protector de los antidepresivos. Los pacientes con depresión tratados con antidepresivos muestran un menor riesgo de desarrollar alopecia areata en comparación con aquellos con depresión que no toman antidepresivos”, aseveró.