Aunque muchas personas opten por poner plantas arti­ficiales en espacios casi sin luz y muy húmedos como un baño, las plantas naturales tienen un valor diferente. Lo impor­tante es poder elegir las mejo­res opciones para que siempre luzcan bien. Una de las mejo­res y más populares para ese espacio es el “bambú de la suerte” porque necesitan muy poca luz para crecer y alcan­zar su máximo potencial y ade­más tampoco necesitan tierra. Basta con un buen florero de vidrio transparente para que crezcan bellas, aunque hay que asegurarse de cambiar el agua cada semana.

Otra opción es la variedad de drácenas de tamaño pequeño a las que se puede tener en maceteros. La única cosa que piden es no olvidarse de regar cuando se seque la tierra y lim­piarles las hojas regularmente con un paño apenas húmedo.

El helecho llamado Nephrole­pis exaltata, con finas ramas colgantes y hojas que parecen volados de encaje, es mara­villoso para una repisa de baño. La estrategia es man­tenerlo alejado de las corrien­tes de aire, asegurarse de que reciba la mayor cantidad de luz indirecta y que la tierra se mantenga húmeda.

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Aunque suelen elegirse plantas artificiales para los baños, las naturales siempre son más elegantes y bellas, además de aportar más frescura y oxigenar el ambiente.

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