Cuando bebemos agua eliminamos toxinas y todos aquellos compuestos que pueden enfermarnos. Pero, ¿sabías que tomar dos vasos de agua en ayunas tiene muchos más beneficios?

Cuando dormimos nuestro metabolismo entra en un proceso de modo descanso, volviéndose más lento y reponiéndose de la actividad diaria. Los primeros sorbos apenas nos levantamos, lo reactiva rápidamente para eliminar las impurezas. El agua es para nuestro cuerpo como el combustible para una máquina.

Hidratarnos a primera hora del día ayuda a eliminar los desechos a través de la orina, la transpiración y las depo­siciones, protege los tejidos, lubrica las articulaciones, dis­minuye los niveles de acidez en el estómago y mantiene la temperatura del cuerpo en los niveles normales. La des­hidratación puede producir cansancio y fatiga.

Como el agua activa el meta­bolismo, también nos ayuda a perder peso. Los resultados del primer ensayo de intervención controlado y aleatorio reali­zado por la Sociedad Química Americana de Boston, Estados Unidos, demostraron que un mayor consumo de agua cons­tituye una estrategia efectiva de pérdida de peso.

Es normal levantarse a la mañana con mucha hambre, por eso hidratarse antes del desayuno evitará atracones y brindará una sensación de saciedad.

Muchas personas cuando se levantan a la mañana arran­can el día con muchísima ham­bre, por eso hidratarse antes del desayuno evitará atraco­nes y brindará una sensación de saciedad. Lo recomendable es que se empiece poco a poco; primero, un vaso a tempera­tura natural y de a pequeños sorbos y, una vez que se vuelva un hábito, subir la cantidad que el cuerpo lo pida.

Todos nuestros órganos dependen del agua, una ade­cuada hidratación ayuda a que el cerebro reciba sangre oxigenada y esté alerta, pre­viene infartos y favorece el funcionamiento de los mús­culos. Además de los benefi­cios estéticos que tiene sobre nuestra piel, manteniendo su tono y elasticidad.