En la investigación del asesinato de una comerciante de Naranjal sigue sin definirse una hipótesis única. “Aún no hay nada concreto ni determinante. Estamos buscando circuitos cerrados alrededor de la casa, ya encontramos tres que estamos revisando. Hay muchos cabos sueltos que todavía debemos desentrañar todavía, hay que mantener la cautela y seguir la investigación”, expresó a La Nación la fiscala María del Carmen Meza de Iruña, quien investiga el caso del asesinato de Rosangela Cristina Deckmann de Dalpar (39).
Ocurrió el 27 de octubre pasado en el interior de una casa del barrio Santa Catalina del distrito de Naranjal, al sur de Alto Paraná. La mujer fue encontrada en un sofá, con seis heridas en el pecho y abdomen, en un espacio de cocina comedor de la vivienda que es, a la vez, parte de un local comercial de nombre THR.
Su hijo de 9 años estaba en la casa. Osvaldo Dalpar (36), marido de la víctima, se encontraba trabajando en su oficio de tractorista en el distrito de Iruña. En la casa fue hallado dinero por un monto menor a 5 millones de guaraníes y el dueño de casa dijo que se robó efectivo alrededor de 20 millones en guaraníes y reales.
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El caso empezó a ser investigado como robo con desenlace fatal, pero desde un principio la investigación policial y fiscal no descartó otras hipótesis. Ante versiones extraoficiales que indican la posibilidad de un feminicidio, la fiscala María del Carmen Meza dijo que, de momento, no existen aún elementos que apunten a eso, salvo una eventual autoría moral, pero insistió en que prefiere mantener prudencia porque nada está descartado todavía.
Con respecto a la posibilidad de que la puerta haya sido violentada desde dentro, la agente fiscal refirió que efectivamente fue violentada, pero aclaró que la parte en que se sujeta a la pared es la que fue forzada y no precisamente la parte de la cerradura en sí de la puerta de blindex, como indican algunas versiones extraoficiales. Aclaró que buscan más testigos porque hay datos recabados no coincidentes que cambian completamente los datos iniciales.
El informe policial de la Comisaría de Naranjal del día en que se registró el hecho había señalado: “la puerta principal violentada, la caja registradora abierta y desorden en diferentes sectores de la casa”.
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