La joven que denunció por acoso al docente y actual miembro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, Cristian Kriskovich, se encuentra con estatus de refugiada en Montevideo y aseguró que volverá cuando tenga abogados y se respeten sus derechos.

La denuncia por difamación y calumnia que pesa en su contra se libró para que nadie más se atreva a denunciar, alertó María Belén Whittingslow.

La joven decidió refugiarse en Uruguay luego de la orden de captura que fue emitida en su contra por la jueza Lici Sánchez, en una causa que investiga a 43 imputados que no pidieron disculpas a la Universidad Católica (UCA) por la supuesta compra de notas. Ella asegura que su imputación es una represalia y expone para ello que el acta de imputación que la involucra es del 11 de junio del 2015, mientras que el último requerimiento fiscal en la causa “Cristian Daniel Kriskovich de Vargas sobre supuesto acoso sexual” es de fecha previa, 1 de junio del 2015.

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Whittingslow aseguró que nunca fue notificada para ninguna audiencia y que fue imputada por el caso de la compra de notas. “Nos conducen a que fue en represalia por la denuncia contra Cristian Kriskovich. No sé por qué este señor sigue con tanto odio y resentimiento. Me destrozó la vida”, agregó. Calificó de lamentable el sistema judicial en el que “hacen lo que quieren”. “El tipo es profesor y representante de la Universidad Católica frente a los órganos más grandes del país. La denuncia en mi contra por difamación y calumnia es para que nadie más se atreva a hablar”, alertó.

“Yo no accedí a tener algo con este señor y por eso me sigue persiguiendo hasta hoy. El señor admitió los mensajes de acoso y que el Ministerio Público caratuló como cortejo y galanteo”, recordó en una conversación telefónica con un medio radial.

“Me dejaron sin defensa, estoy enfrentando un proceso jurídico y no tengo defensa”, dijo para anunciar que volverá “el día que pueda tener mis abogados y el derecho a la defensa”, refirió.

Vale recordar que Kriskovich denunció a la estudiante por difamación y calumnia y pidió un resarcimiento de unos US$ 450.000. El colectivo de universitarias feministas consideró que Kriskovich “inició una tremenda persecución contra Belén y todos sus allegados que hasta ahora no termina. De hecho, se agudizó con una demanda por indemnización de daños y perjuicios. Le exige 450 mil dólares porque su nombre quedó manchado por la valentía de Belén. Por eso decimos que la justicia que se imparte es patriarcal: da igual si estás en lo cierto; si sos mujer, tenés las de perder. A ella como a tantas otras las culpan de sus propias agresiones si no las niegan”.

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