El ex fiscal Roberto Velázquez fue condenado a cuatro años de prisión por extorsión. Luego de varias chicanas dilatorias, las fiscales Anticorrupción Natalia Fuster y Victoria Acuña consiguieron su condena.

La defensa apeló a varios recursos dilatorios, para que siga el juicio oral en su contra por una extorsión que había cometido contra un comerciante en el 2008. Incluso durante el juicio oral, Velázquez simuló una afección cardíaca.

El Tribunal constató que se trataba de un hecho falso, por lo que igualmente el juicio siguió su curso para luego ser condenado y trasladado a la Penitenciaría Regional de Ciudad del Este. Fue asistido y trasladado a un centro médico donde también se constituyó el Tribunal.

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Antecedentes

Los antecedentes de la investigación indican que a través de la denuncia presentada ante el Ministerio Público en fecha 20 de diciembre de 2008, de Francisco Feliponi, se tuvo conocimiento de que el entonces agente fiscal de la Unidad Nº 12 de la Fiscalía de Santa Rita, Roberto Velázquez se presentó en un supermercado y le manifestó al denunciante que quería conversar con él en privado.

Posteriormente, el agente fiscal le comentó a Francisco sobre una supuesta denuncia de Contrabando en su contra y que para evitar la toma de medidas al respecto (la intervención del negocio), le propuso llegar a un acuerdo que consistía en el pago de USD 1.500 mensuales o un arreglo trimestral de USD 4.500.

SEl señor Feliponi se comunicó con su abogado y en compañía del mismo y del Defensor del Pueblo Adjunto, procedieron a realizar la denuncia ante la Fiscalía de Delitos Económicos y Anticorrupción.

El 23 de diciembre del año 2008, la Unidad Fiscal mencionada anteriormente se constituyó en el local comercial en compañía del representante legal del afectado y realizaron una llamada telefónica desde el celular de mismo, Velázquez no atendió primeramente, pero minutos después devolvió la llamada.

Durante el desarrollo de la comunicación el dueño del supermercado le comentó al fiscal que ya tenía el monto acordado, a lo que respondió que no quería conversar por teléfono pero que enviaría a alguien al negocio para retirar lo pactado.

Finalmente, se presentó el señor Carlos Arévalos ante el guardia del supermercado y le comentó que pasaba a buscar una encomienda de parte del fiscal Velázquez. El propietario atendió a Arévalos en su oficina y le entregó un sobre que contenía la suma de USD 1.500.

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