A la marejada mediática de la militancia selectiva contra la corrupción y la impunidad – cuyo oleaje se siente con más fuerza en las redes sociales – hizo contrapunto hoy la iniciativa de la abogada Nidia Giménez: denunció a la diputada Kattya González (Partido Encuentro Nacional) por la presunta comisión de los hechos punibles de tráfico de influencias, coacción grave, prevaricato y asociación criminal.

Es la última derivación de un caso de accidente de tránsito, con daños materiales e incautación de marihuana, que involucró a dos chicos, uno de ellos, hijo de González, ocurrido el 21 de mayo último en Asunción.

El incidente tiene esta derivación porque la demandante afirma que la legisladora incurrió en los hechos punibles mencionados para lograr la liberación sin culpa de su vástago – Christian Roig González (19), “Magneto”, según se lo conocería en su facultad –, hijo del fiscal Christian Roig.

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“Esa liberación fue arbitraria. Le hizo totalmente responsable al otro amigo – Manolo Ezequiel Vera – que estaba con él. Ambos estaban en total estado etílico y después de haber fumado marihuana”, señaló Giménez en diálogo con la Radio 970 AM y la Radio 1000 AM.

La entendida en Derecho recordó que, en cualquier cosa de incautación de drogas en un recinto privado, se incluye como sospechosos a todos los presentes.

“Y, en este caso, mediante un caso de tráfico de influencia, al único que se libera es al hijo de la diputada Katya Giménez, al joven Christian Roig”, insistió.

Expuso seguidamente que solo después de revisar el expediente completo del caso pudo desentrañar lo que calificó como “una serie de irregularidades.”

“Por ejemplo, el mismo (Christian Roig) fue tratado con privilegios, haciéndole creer que era una víctima, y al otro chico, a Manolo Ezequiel, como si fuese el monstruo de la historia”, señaló.

Indicó que al citado Manolo Ezequiel se lo sometió a todas las pruebas toxicológicas que prescribe la ley, en tanto que al hijo de la diputada no se le aplicó prueba alguna.

“Es más, Christian Roig – antes de llegar a la fiscalía, conforme al expediente – ya estaba firmada su libertad. Declaró estando dopado y alcoholizado. ¿Y cuál es la validez de la declaración de una persona en esas circunstancias? ¡Ninguna!”, remarcó.

Agregó que en tales condiciones, Manolo Ezequiel admitió ser el “único responsable” de los 58 gramos de marihuana que se encontró en el vehículo que conducía.

“En contubernio con la agente fiscal de la causa – hicieron aparecer en el acta – solo en el acta de declaración indagatoria – que Manolo se hacía único responsable de la droga, violentando todos los principios procesales, constitucionales, atendiendo a que nadie puede declarar en su contra”, recordó la jurista.

“Es una idiotez demasiado grande, la manera en que nos quiere tratar de tontos, defendiendo a un gran narcotraficante y la manera que dejó impune a su hijo por un caso de drogas y echando la culpa a otro muchacho”, finalizó Giménez.

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