- Rossana Escobar M.
- rossana.escobar@nacionmedia.com.
Cuando se creía que el desvencijado puente de lata que el país heredó del exministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens, y que está ahí al costado de Ñu Guasu oxidándose al sol, siendo consumido por la herrumbre, no tendría competencia, aparecieron los puentecitos de Miguel Prieto en algún recodo de Ciudad del Este.
Obras son amores, diría el dicho, pero, en este caso, los grandes emprendimientos viales encarados por el intendente esteño no son más que mamotretos, verdaderas ofensas al ciudadano altoparanaense, que no sabe hasta cuándo vivirá la tortura de pagar sus impuestos para que el jefe comunal los derroche en obras que no valen la pena. Sin embargo, habilitaron G. 5.200 millones y lo único que corrió sobre rieles es el pago de anticipo, ya que los trabajos como la entrega tienen un atraso de más de 6 meses, pese a la urgencia impostergable que alegó la administración del cuestionado Prieto para contratar por vía de la excepción.
Es el caso de los puentes construidos por la empresa San Francisco Emprendimientos S. A., que ganó una licitación para construir un puente por valor de G. 3.120 millones.
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A vistas del enorme costo que se consignó en los portales oficiales, se presagiaba que se haría un trabajo impecable, pero como todas las cosas que vienen de la intendencia de Miguel, eso no es dable.
La obra debía arrancar en setiembre del año pasado, con terminación fijada para diciembre del 2024, según el contrato de excepción con urgencia impostergable. Ciertamente, el trabajo fue entregado, pero una foto vale tanto para exponer el burlesco paisaje que se tiene con la colocación del puente, que definitivamente, fue inflado en su costo para acabar mostrando su cara al sol con un diseño parecido a tareas plásticas de primaria.
Luego, otro consorcio, denominado M y E, entró a la carrera licitatoria para ocuparse de una obra similar. Mismo proceso, mismo resultado, incluso, con un panorama peor, porque en el caso de este último consorcio, el trabajo que se adjudicó sigue dilatándose pese a que en tiempo récord que cocinaron un contrato que habilita hasta un monto de G. 2.080 millones.
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En el caso de San Francisco, se da aquello de publicidad engañosa. En uno de los remedos de puentes que iniciaron hay un cartel de mala muerte ubicado en algún punto cercano a esa obra, donde anuncian que la inversión es de apenas sesenta y seis millones de guaraníes y un poco más. Pero nadie contó que, en realidad, ese precio era por metro cuadrado o al menos ese es el cálculo más parecido que se puede considerar puesto que ya se abonó G. 479 millones y tienen disponible un gasto de hasta G. 884 millones, mientras en el cartel muestran un monto de G. 66 millones.
Entonces, la que parecía una obra barata, terminó costando una barbaridad, seguramente mucho menos de lo que aparenta y con el resto del dinero en manos de los “dueños” de la Municipalidad, que hoy están viendo cómo la arena se les volvió movediza y el hundimiento les parece inminente.
Además de estas maniobras de derroche que van tomando estado público, la intervención sigue su curso en la Municipalidad de Ciudad del Este, pese a la carestía documental y según vientos que soplan del Este, Miguel Prieto está a punto de acusar recibo por su demanda número 50, según ya adelantó la Contraloría Ciudadana de Ciudad del Este.