El dictamen técnico que sostiene una parte de la imputación fiscal a 6 personas por el derrumbe fatal en Encarnación, entre ellas al intendente de esta ciudad, Luis Yd, refiere una serie de fallas y anomalías en una obra que, pese a su envergadura, obvió olímpicamente normas fundamentales de la construcción.

  • Por Rossana Escobar M.
  • rossana.escobar@nacionmedia.com

Después de casi 3 meses de aquel derrumbe fatal de un edificio en la ciudad de Encarnación, el intendente de esta ciudad, Luis Yd, fue imputado junto con su direc­tor de obras, René Orlando Miglio, y otras 4 personas involucradas en el proyecto de construcción.

La Fiscalía dejó ver en el acta de imputación una temera­ria negligencia, corrupción y un desinterés total del jefe comunal al punto de autori­zar más pisos en el edificio con un plano estructural que no cumple uno de los requi­sitos fundamentales que es la firma de un profesional que avale la obra. Es así que el ingeniero responsable del cálculo estructural pasó a ser un verdadero fantasma, según puede entenderse con lo expuesto en el acta de imputación fiscal.

Si bien la investigación se enfoca principalmente en el proyectista, todavía que­dan serias dudas sobre las responsabilidades que invo­lucra a la empresa del dipu­tado Carlos Pereira Rieve que proveyó el hormigón en zapatas, losas, vigas, tabi­ques de piscina, tanque supe­rior, pero que hasta ahora queda al margen del proceso.

DESIDIA E INDIFERENCIA

Esta situación de desidia e indiferencia del intendente hacia sus obligaciones bási­cas, sin embargo, equivale a las falencias administrati­vas que propiciaron el des­cuido que llevó a la conse­cuencia fatal en la que una joven y su abuela sacrifica­ron sus vidas. Es así que pre­ocupa a la ciudadanía, prin­cipalmente encarnacena, el lado operativo del caso que se torna cada vez más oscuro ya que si bien la dueña del edi­ficio Ramona Teresa Bogado está imputada junto con los arquitectos a su servicio Roberto Ramírez y Mario Bruno, hasta el sereno del edificio, queda en el tin­tero la responsabilidad de la empresa concretera nada menos que de un diputado de la Nación, en este caso Carlos Pereira Rieve, miembro del clan Pereira de Itapúa que maneja los hilos del poder en esa zona sur del país.

En este contexto, no es menos relevante que la empresa de Pereira Rieve, Mega Concret SA fue la proveedora del hor­migón en las zapatas, losas y vigas, y tabiques de piscina, tanque superior que se dis­tribuyeron en la estructura de la fallida construcción. Un informe técnico elaborado por los ingenieros Tomás Almeida y Arturo Román exponen datos que generan dejan picando dudas sobre las responsabilidades cor­porativas del parlamenta­rio con relación al edificio desplomado.

TRAS DERRUMBE, APURO POR CONFERENCIA

Pereira había apurado una conferencia, apenas ocu­rrido el desplome para decir, “nosotros hemos cargado las estructuras de losas y vigas, todo lo que significa el soporte de estas estruc­turas lo ha hecho el profe­sional Roberto Ramírez con su equipo”.

Lo dudoso es si la empresa del diputado estaba habili­tada a una provisión a cie­gas que exima por ejemplo de adolecer del conocimiento que debiera tener del plano de zapatas, que, según el informe, no contiene el deta­lle de todas las bases indica­das en el plano, ya que pre­sentan medidas diferentes y el detalle presentado en el plano estructural es de tipo (es decir que todas las bases tienen el mismo tamaño y comportamiento estructu­ral) o que tampoco se pre­senten los datos técnicos fck (resistencia característica a la compresión del hormigón).

RIESGO DE CORROSIÓN

Entre otras observacio­nes que se hizo notar y que pudieron incidir en el com­portamiento estructural que detonó en colapso se cita que: “Se ha identificado que la viga presenta varillas de acero de refuerzo expuestas. Esta condición representa un riesgo de corrosión, ya que las varillas quedan sin la protección del hormigón que las recubre; no verifica a punzonamiento: la viga no posee la capacidad suficiente para resistir los esfuerzos de punzonamiento que se gene­ran en la zona de apoyo sobre la columna”.

Así también, el “comportamiento a com­presión, es decir, la viga no posee la capacidad suficiente para resistir los esfuerzos de compresión que se generan en su interior. Esta deficien­cia podría ocasionar la fle­xión excesiva de la viga, la formación de fisuras y, en casos extremos, el fallo por compresión de la misma. Comportamiento a punzo­namiento: la viga no tiene la capacidad suficiente para resistir los esfuerzos de pun­zonamiento que se generan en la zona de apoyo sobre los soportes”, etc.

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