Ana María Ramos, que en la práctica se dedica a una tienda de ropas, figura con cobros por consultorías, asesorías e investigaciones en el proyecto de reactivación económica poscovid ejecutado por el CIRD con G. 6.093 millones provenientes del Estado. La mujer facturó G. 150 millones a través de F&F Bussines& Consultancy SA, pero ante la pregunta por la consultoría realizada, dijo que su marido puede responder: “Yo estoy como presidente, pero él maneja todo. ¿Pillás?”.

Ya no caben dudas de que el Centro de Información y Recursos para el Desarro­llo (CIRD) hizo un festín con el proyecto de reacti­vación económica posco­vid repartiendo honora­rios, jornales y asesorías entre el clan del presidente de la organización, ami­gos y operadores políticos, gracias a una transferencia de G. 6.093 millones que le hizo el Estado a través del Sistema Nacional de Forma­ción y Capacitación Laboral (Sinafocal).

El clan familiar de Agus­tín Carrizosa, presidente del CIRD, compuesto por su pareja, su hija, una cuñada y el joven Carlos Fran­cisco Alcaraz, hijo del coor­dindador anticorrupción, Francisco Darío Alcaraz, se repartió G. 1.113 millones en jornales y honorarios por consultorías gracias a varios convenios. En la gran comilona se identificaron 10 políticos entre operadores y candidatos seccionaleros del equipo proselitista del sector de Mario Abdo Benítez en las elecciones pasadas.

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Tras esto, aparece la firma F&F Bussines & Consul­tancy SA, que registra 4 cobros que totalizan G. 150 millones en el mencionado proyecto poscovid del Sina­focal, ejecutado por el CIRD.

En F&F Bussines & Consul­tancy SA figuran como accio­nistas Ana María Ramos y su hijo Alejandro Maximi­liano Fernández Ramos. La mujer dijo ser la presidenta de la consultora y confirmó que es comadre del diputado Édgar Olmedo, se dedica a vender ropa, no tiene idea del trabajo consignado en las planillas del CIRD, pero aparece facturando en con­cepto de consultorías, aseso­rías e investigaciones.

Cuando le preguntamos por la contraprestación en el marco del sensible pro­yecto, Ana María respondió muy amablemente: “Te voy a dar el contacto de mi esposo y le llamás, porque él es el que te va a dar una respuesta más cierta. Yo estoy como presidenta, pero él es el que maneja todo, ¿pillás?”.

Cumpliendo con las indica­ciones de la mujer contacta­mos con su esposo, Ricardo Fernández Ramírez, para entender cómo es que sin figurar en la empresa con­tratada era el que manejaba todo con el CIRD, y este nos manifestó: “Nosotros somos familia, nosotros no tenemos separación de bienes. Ella figura por una cuestión, porque sí nomás, no hay nada detrás. Ella es igual que yo en términos jurídicos y en términos de lo que sea. Lo que pasa es que ella tiene una tienda. Te cuento cómo es la histo­ria, nosotros tenemos una tienda que se llama Rosas y Chocolates en Coronel Oviedo, y la tienda pasó a formar parte también de la consultora, de la SA y una de las alas de la empresa es consultorías también, por ahí viene la mano, y como ella ya es accionista con Maximiliano, no hacía más falta que yo sea”. Sin embargo, en los documen­tos proveídos por el Minis­terio de Economía no apa­rece la tienda de ropas como parte de la consul­tora mencionada.

Fernández explicó que hicieron “una base de datos con una aplicación para que se puedan encon­trar los alumnos del Estado, del Sinafocal, en una plata­forma, tipo un buscador”.

Tanto Ana María como su esposo confirmaron que el diputado Olmedo es su com­padre. “Édgar Olmedo es mi superamigo, mi vecino, mi compadre, pero laboral­mente yo no tengo relacio­nes con él”.

La pareja, muy amiga de Olmedo, comparte fotos en redes sociales de encuentros sociales, religiosos, políti­cos con el diputado frecuen­temente. Entre las fotogra­fías posteadas aparece, por ejemplo, un aporte a la cam­paña de Olmedo días antes de las elecciones de 2018, cuando el mismo se postu­laba a gobernador.

G. 2.502 MILLONES POR REUNIONES INDÍGENAS

Compadre, con adjudicación veloz

Adjudicaciones del compadre en tiempo récord

Ricardo Fernández, esposo de Ana María Ramos, que aparece con cobros en proyecto poscovid, se adjudicó dos jugosos contratos para eventos indígenas en menos de un mes en 2022.

A través de su empresa Desarrollo y Negocios Sustentables SA, Ricardo Fernández, esposo de Ana María Ramos que gracias al CIRD facturó en pro­yecto poscovid, se adju­dicó dos jugosos contratos en plena campaña electo­ral y en tiempo récord el año pasado para servicio de logística en eventos indígenas.

Según el portal de Contra­taciones Públicas, la citada empresa se estrenó en el rubro de licitaciones y en menos de un mes se alzó con dos importantes con­tratos.

El 10 de noviembre de 2022, el Ministerio de Agricul­tura (MAG) le adjudicó G. 321 millones por “servicio de apoyo logístico para la realización de eventos de participación de pueblos indígenas para el censo agropecuario nacional 2022″, con fondos prove­nientes del Banco Inte­ramericano de Desarro­llo (BID), de los cuales G. 145 millones son reembol­sables.

El 7 de diciembre ya volvió a adjudicarse G. 1.894 millo­nes también para organiza­ción de reuniones de líderes indígenas, ferias, con fon­dos provenientes del Banco Mundial, de los cuales G. 1.183 millones son gastos reembolsables.

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