Elemento clave del sonado esquema de proceso de licitación direccionado en la Municipalidad de Ciudad del Este, imputada por la Fiscalía en el caso de supuesta lesión de confianza de Miguel Prieto y otros 9 imputados, Emili Vanessa Florentín le dijo al intendente “quiero trabajar” y este le dijo, “bueno, vamos a dar una oportunidad”. La mujer es dueña de la constructora Vanemi SA que aparece vendiendo arroz, yerba, aceite, entre otros alimentos con una facturación de G. 692 millones a Tía Chela para que el pequeño autoservicio al que Miguel Prieto adjudicó G. 2.949 millones en compra de víveres por la emergencia del covid-19, pueda justificar el origen de las mercaderías que no disponía.

  • Unidad de Investigación
  • Nación Media

El intendente de Ciu­dad del Este, Miguel Prieto, confirmó ante medios de prensa que desde su administración dio “una oportunidad” a Emili Vanessa Florentín, propie­taria de la firma Vanemi SA, luego de que esta le llamara para solicitar empleo. Floren­tín es una de las imputadas por supuesta lesión de con­fianza debido a que la firma a su nombre es una de las invo­lucradas en el direccionado proceso de compra de 25.000 kits alimentarios para per­sonas de escasos recursos adquiridos por el municipio a través de la vía de excepción durante la pandemia.

“Me dijo, Miguel, quiero tra­bajar y dije está bien, vamos a ver, a dar una oportuni­dad”, respondió Prieto a los periodistas que le pregunta­ban sobre la incorporación de Florentín al plantel de su administración.

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Según registros de la Secre­taría de la Función Pública, Vanessa Florentín se incor­poró a la Municipalidad de Ciudad del Este en abril de 2022 como asistente contra­tada en la oficina de la Infor­mación Pública con un sala­rio de G. 4.200.000, a la fecha ya figura como jefa de esta dependencia.

Florentín saltó a la fama luego de que nuestro medio reve­lara que la firma a su nom­bre forma parte del irregular esquema de compra de cestas alimentarias adjudicada por G. 2.949 millones al pequeño autoservicio Tía Chela.

Según la imputación presen­tada el pasado 18 de julio por los fiscales de la Unidad Espe­cializada en Delitos Econó­micos y Anticorrupción Silvio Corbeta Dinamarca, Alma Zayas y Rodrigo Esti­garribia ante el Ministerio Público, la firma Vanemi SA es la principal empresa de la cual Tía Chela SRL se pro­veyó los productos que ven­dió al municipio.

Hay que recordar que, según documentos a los que acce­dió nuestra redacción, entre marzo y abril de 2020, Vanemi SA emitió facturas a nombre de Tía Chela SRL por valor de G. 692.155.023 en concepto de arroz, yerba, aceite, fideo, harina, entre otros alimentos pese a que la firma se dedica principalmente al rubro de la construcción, comercio de maquinarias y actividades de arrendamiento de automo­tores y no a la producción, importación o comercializa­ción de alimentos.

“Contablemente se habrían ajustado o simulado cade­nas de compra-venta de estos kits de alimentos pro­veídos a la Municipalidad de Ciudad del Este, en la cual habría participado la firma Vanemi SA cuya represen­tante legal, Emili Vanessa Florentín Páez, del entorno del intendente Miguel Prieto, y al menos otras empresas de maletín y/o contribuyen­tes ficticios de las cuales Tía Chela SRL supuestamente se proveyó”, dice parte de la imputación.

Parientes multifacéticos

Hay que mencionar que Vanessa no es la única en su familia que tiene a su nom­bre una empresa “multiru­bro” que siendo de la cons­trucción vende víveres. Su tío, don Buena Ventura Morí­nigo, es dueño de Tajy Ser­vicios Generales, se dedica a la perforación y manteni­miento de pozos artesianos, pero curiosamente aparece con un jugoso contrato de suministro de alimentos por G. 306.188.500 en el marco de la emergencia sanitaria del covid-19 con la adminis­tración de Miguel Prieto.

“No, qué yo voy a vender si no tengo”, había mencionado en su momento don Buena Ventura al ser consultado por Nación Media sobre la venta de los víveres que figuran en el contrato de su firma con la administración de Prieto y desconoció dicho compro­miso asegurando que quien lo hizo fue su sobrino y “jefe” de Tajy, Robert Morínigo.

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