La refacción de oficinas de la Dirección de Extensión Agraria (DEAG) en Ybycuí que forma parte de un combo de mejo­ras llevadas adelante mediante préstamo internacional debía concluirse a fines de abril pasado, pero 6 meses después no se sabe cuándo culminará. El supervisor de obras del Ministerio de Agricultura alega inclemencias del tiempo.

De mudanza en mudanza andan los funcionarios de la Dirección de Extensión Agra­ria (DEAG) en Ybycuí, cuya sede se encuentra en repara­ción desde enero de este año y se tenía que haber entregado en abril pasado. Sin embargo, hasta la fecha dichas refaccio­nes no fueron terminadas por la empresa contratista, obli­gando a los funcionarios a rebuscarse por propiedades particulares en donde hacer oficina.

Dichas reparaciones son parte de una licitación para las “Obras de remodelación y adecuación del MAG”, del Ministerio de Agricultura y Ganadería, para sus oficinas regionales de la DEAG en 12 departamentos del país. El monto global de G. 10.967 millones, de los cuales el contratista para los trabajos de Ybycuí ganó 3 lotes por G. 2.512 millones.

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Ministro de Agricultura y Ganadería, Moisés Santiago Bertoni.

Del total de la licitación, unos G. 296.435.154 corresponden a la reparación de la sede de Ybycuí que fue adjudicada a la empresa Dianel Inmobiliaria y Constructora SA. Se incluye la reparación de pisos, pare­des, baños, conexiones eléc­tricas y fachada del lugar.

La contratación se enmarca en el Proyecto de Inserción a Mercados Agrarios (PIMA) llevado adelante por el MAG, encabezado por el ministro Moisés Santiago Bertoni, y es financiado por un préstamo de US$ 100 millones otorgado por el Banco Mundial.

La obra debió recepcionarse hace seis meses, según el con­trato adjudicado y que está publicado en el portal de la Dirección Nacional de Con­trataciones Públicas (DNCP). Sin embargo, hasta ahora sigue sin culminar.

“Tuvimos que salir de ahí para que se realicen las obras”, refi­rió al respecto la jefa del DEAG en Ybycuí, Jessica Maribel Santacruz, y comentó a con­tinuación que debido a esa situación su director, el inge­niero Gerardo Rojas, tuvo que pagar de su bolsillo los servi­cios básicos de agua y luz de la propiedad donde se encuen­tran actualmente.

“La dueña no nos cobra el alquiler, pero sí tenemos que pagar los servicios básicos”, aclaró Santacruz.

Sobre el retraso de las repara­ciones, el supervisor de obras del MAG, arquitecto Eligio Benítez, refirió que el retraso se debe principalmente al mal tiempo. “Ellos (la empresa contratista) habían pedido prórrogas por motivos de llu­via y variaciones en las tareas establecidas inicialmente”, dijo el arquitecto.

Sin embargo, al consultarle sobre cuáles son estas varia­ciones que llevaron a que la obra se retrase tanto, el arqui­tecto solo mencionó el caso del cambio de los balanci­nes de las ventanas por unas ventanas de blindex “para modernizar el lugar”, mien­tras que aseguró que hubo otros pedidos que se fueron agregando a los trabajos pero que no supo detallar.

“Todos los trabajos que son agregados deben primera­mente pasar por un proceso de aprobación, es por eso que tarda tanto, porque esta apro­bación puede tardar hasta un mes debido a que tiene que pasar primero por el Banco Mundial”, refirió.

Pese a eso, llueva o no llueva, se agreguen o no trabajos, todos esos detalles parecen ínfimos al tener en cuenta que el tiempo estimado ori­ginalmente se extendió el doble de lo pautado en el contrato.

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