Rebaja de precio de gasoil a Bolivia es el quinto acto entreguista de Abdo
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Los bienes de todos los paraguayos fueron puestos en riesgo por las decisiones de la administración de Mario Abdo Benítez, siendo Itaipú y Petropar los centros estatales desde donde las autoridades terminaron actuando en beneficio de intereses extranjeros. En el último acto entreguista, el mandatario vendió gasoil a YPFB y le redujo el precio en quince días, mientras acá el fisco deja de percibir US$ 2 millones al mes por la modificación del impuesto selectivo al consumo del diésel, con mismas especificaciones del producto enviado a Bolivia.
Unidad de Investigación Nación Media
A principios del mes Petróleos Paraguayos SA (Petropar) vendió combustible a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). La entrega de 12,5 millones de litros de combustible se realizó en tandas cuyos precios de venta fueron bajando de manera acelerada que, en dos semanas, se redujeron 6% el valor por m3 del diésel exportado desde nuestro país, según facturas reveladas por La Nación Investiga. Es decir, el gobierno de Mario Abdo Benítez realizó una rebaja del precio del gasoil para beneficio de los bolivianos, mientras que para los paraguayos continuaba con la férrea negativa de no disminuir los costos.
El precio inicial de venta fue de US$ 1.473,36 por metro cúbico, en la primera semana disminuyó a US$ 1.421,86, pero en la segunda semana cayó a US$ 1.389,65, según las facturas emitidas entre el 4 y 18 de setiembre del 2022. Pero el Gobierno intenta justificar y argumenta que supuestamente vendió diésel tipo III cuando en las especificaciones técnicas requeridas por YPFB el combustible despachado está dentro de los estándares de diésel tipo I, que Petropar comercializa a G. 9.990.
No se puede obviar mencionar el decreto de reducción de impuesto selectivo al consumo (ISC) para la importación y comercialización del diésel tipo I, con una base imponible de G. 5.546 por litro, por lo que el fisco deja de percibir cerca de US$ 2 millones.
OTRAS ENTREGAS
Abdo Benítez tiene varios antecedentes entreguistas, donde la defensa de los supremos intereses nacionales quedó por debajo de los intereses extranjeros. El llamado acuerdo secreto de Itaipú firmado el 24 de mayo del 2019 contemplaba que Paraguay debía comprar más energía segura, a mayor costo, comprometiendo la adquisición de excedentes a menor costo.
En diciembre del 2020 también saltó a la luz el acuerdo extrajudicial que firmó Petropar para pagar US$ 7 millones a la empresa de maletín Texos Oil. Esto le costó el cargo al ex procurador Sergio Coscia, quien había dicho que el acuerdo le pareció correcto ante una eventual derrota en los estrados judiciales por una demanda de US$ 30 millones. Sin embargo, Denis Lichi zafó y continúa al frente de la petrolera estatal pese a ser uno de los firmantes.
Otro caso es el frustrado intento de saldar la deuda con PDVSA, negociando con el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó. En este desarrollo de hechos apareció un abogado vinculado a familiares de Abdo, hizo de nexo entre Paraguay y la oposición venezolana, requiriendo comisión de US$ 26 millones. El enviado especial venezolano, Javier Troconis, comentó que este “enlace” tenía mucha familiaridad con las autoridades que le recibieron en el Palacio de López.
Y el último acto entreguista anterior a la rebaja del precio del gasoil a los bolivianos es la reducción del 8,2% de la tarifa de Itaipú que Abdo cedió a pedido del Brasil, y que pasó de US$ 22,60 kW/m a US$ 20,75 kW/m.
Esta medida claramente beneficia al vecino país porque compra el 85% de la energía que produce la hidroeléctrica, y Paraguay el 15%.
El protocolo de paz fue firmado en la Casa Rosada de Buenos Aires y llevó la rúbrica de los cancilleres de Paraguay y de Bolivia, Luis Alberto Riart y Tomás Elío
El Chaco, el territorio que une y separa a dos países
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Jimmi Peralta
Fotos: Gentileza/Archivo
El 12 de junio de 1935 fue firmado en Buenos Aires el protocolo de paz que dio por terminadas las acciones bélicas que enfrentaron a Paraguay y Bolivia desde 1932. Los historiadores Erasmo González y Herib Caballero Campos cuentan los pormenores de las arduas negociaciones y el contexto en el que se desarrolló el conflicto entre ambos países por la posesión del Chaco Boreal.
Luis Alberto Riart y Tomás Elío, cancilleres de Paraguay y de Bolivia, respectivamente, fueron los encargados de refrendar el documento para poner fin a las hostilidades entre ambas naciones mediterráneas, que se disputaron una salida fluvial al mar y sufrieron la falta del vital líquido durante varios tramos de la contienda, lo que infligió múltiples sufrimientos además de los propios de toda guerra.
A 90 años del histórico acuerdo, se celebra la hermandad entre pueblos que, si bien tienen amplias fronteras en común, en gran parte siguen separados por el gran territorio chaqueño.
ANTECEDENTES
La guerra del Pacífico (1879-1884) cercenó territorialmente a Bolivia y lo despojó de 120.000 km2 de superficie y 400 km de litoral marítimo. Este fue un momento clave que provocó que el Chaco paraguayo entrara en los planes estratégicos del país del altiplano.
En Bolivia, con la pérdida de su costa sobre el océano Pacífico en la guerra que tuvo contra Chile, desplazaron hombres para irrumpir en el Chaco fundando fortines, al tiempo que los tratados se realizaban, pero no se solucionaron las diferencias territoriales.
“Las incursiones generaron tensiones al punto de que en febrero de 1927 es muerto en el fortín Sorpresa el teniente paraguayo Adolfo Rojas Silva. A partir de ese episodio el conflicto contra Bolivia se desarrolló en un ambiente en el que amplios sectores de la ciudadanía paraguaya reclamaban mayor presencia del Estado paraguayo en el Chaco. Desde el llamado a la movilización en diciembre de 1928 luego del ataque de tropas paraguayas al fortín Vanguardia, donde los bolivianos fueron desalojados, la crisis diplomática afloró con la expulsión de sus respectivos representantes diplomáticos que cumplían funciones en ambos países”, explica Erasmo González, doctor en historia.
El 23 de octubre de 1931, registrado como un ícono del reclamo ciudadano por la protección del Chaco, quedó en la memoria por la masacre de manifestantes estudiantiles en los jardines del Palacio de Gobierno, que estaba ocupado entonces por el presidente José P. Guggiari.
SIGILO
“Lo sucesivos gobiernos paraguayos venían realizando una prudente campaña de reforzar y dotar de mayor armamento al Ejército, que se inició con las reformas realizadas por el presidente Eligio Ayala. Durante su gobierno se mandaron comprar armas e incluso las dos cañoneras adquiridas de Italia: El Paraguay y el Humaitá”, indica González.
“En los últimos años han sido varias las investigaciones históricas académicas que han permitido comprender el esfuerzo del Estado paraguayo para armar al país. Efectivamente, sin un préstamo internacional se pudo comprar armamento moderno y capacitar a los jefes y oficiales para enfrentar el conflicto a partir de los planes consensuados entre el Gobierno y los jefes del Ejército en agosto de 1924”, explica, por su parte, el historiador Herib Caballero Campos.
A pesar de estos esfuerzos, en comparación con el despliegue boliviano Paraguay se encontró con una preparación un tanto menor en efectivos y en armamento para el inicio de las hostilidades.
EL AGUA Y EL GUARANÍ
“La contienda se inició con la toma boliviana en Pitiantuta, casi al mismo tiempo en que el doctor Eusebio Ayala asumía la Presidencia. Era una etapa difícil e incierta, pero el presidente tuvo el tino de apostar por José Félix Estigarribia para el mando del Ejército. La estrategia del comando paraguayo de llevar la guerra al interior de la región chaqueña fue fundamental. Los bolivianos incursionaron en un territorio adverso por las condiciones naturales del territorio, alejados de donde existía agua; además, considerablemente lejos de su puesto logístico”, refiere González.
“La utilización del idioma guaraní por orden general del comandante Estigarribia fue estratégica para comunicarse y despistar a los enemigos con códigos que los jefes oficiales y los soldados paraguayos podían entender. Además, servía para identificarse entre paraguayos si se encontraban en un lugar determinado, evitando confusiones que podían llevar al enfrentamiento entre los mismos”, agregó.
UNIDAD Y ESTABILIDAD
La primera mitad del siglo XX en Paraguay se caracterizó por un sinfín de tragedias internas a consecuencia de la inestabilidad política con revoluciones, golpes de Estado, exilios, atropellos, proscripciones y muerte. La hegemonía liberal había arrancado en 1904, pero tanto los conflictos dentro del propio partido de gobierno como las confrontaciones con la oposición impedían el desarrollo de un proyecto nacional.
“En el contexto de la guerra se había generado una tregua política. Según se estableció por leyes aprobadas por el Congreso, se reprimió a los sectores socialistas y comunistas que eran antiguerreristas, pues consideraban que la guerra del Chaco era una guerra imperialista. Asimismo, importantes jefes políticos de los dos partidos tradicionales se movilizaron o apoyaron al gobierno de Eusebio Ayala”, señala Caballero Campos.
“El territorio chaqueño no conoció diferencias políticas entre los combatientes paraguayos. Diferentes sectores de la sociedad acudieron al llamado: campesinos, obreros, estudiantes y con ellos artistas, poetas, intelectuales, choferes, deportistas, enfermeras y médicos. Con ese esfuerzo mancomunado se pudo sobrellevar la guerra con el acompañamiento de las mujeres, que realizaron diferentes actividades tanto en retaguardia como en el frente. Se destaca la labor de las madrinas de guerra como apoyo emocional para el soldado combatiente”, explica González.
A renglón seguido, destacó la unidad que se logró en el Paraguay durante la guerra a pesar de las diferencias que lo separaban anteriormente.
Erasmo González, historiador
“En general hubo un gran acompañamiento. Las personas hacían donaciones para las viudas y huérfanos de guerra; la Legión Civil Extranjera, conformada por miembros del comercio y la industria que eran de origen extranjero, colaboró con varias acciones para paliar las necesidades más urgentes. La Junta Nacional de Aprovisionamiento era una entidad gestionada por el Estado con fuerte colaboración de sectores privados, que proveían los alimentos básicos a las familias de los soldados combatientes que no tenían otros recursos para subsistir. La Cruz Roja Paraguaya, liderada por el Dr. Andrés Barbero, donó un avión ambulancia, así como también realizaron varias actividades para recaudar fondos, como el partido de fútbol en Buenos Aires en el que jugó Arsenio Erico, que finalmente fue fichado por el Independiente de Avellaneda”, citó Caballero Campos.
El esfuerzo de la guerra insumía ingentes recursos humanos y materiales, por lo que el armisticio fue celebrado en ambos bandos
VÍA DIPLOMÁTICA
En el contexto de una guerra con fuertes bajas para ambos bandos, la vía diplomática no estuvo clausurada. Esto a pesar de que Paraguay fue sancionado por la Sociedad de Naciones (antecedente de las Naciones Unidas) por haber sido declarado país agresor.
“El grupo mediador liderado por el gobierno argentino del general Juan B. Justo fue el impulsor de abrir una negociación con el apoyo de los demás gobiernos de la región, pero el último actor clave en sumarse y muy necesario fue el gobierno del Brasil, cuyo presidente Getulio Vargas visitó Buenos Aires en mayo de 1935, dando su acuerdo para que se impulse un alto al fuego en el infierno verde del Chaco”, comenta Caballero.
“De una posición defensiva en los primeros meses del conflicto, Paraguay pasó a la ofensiva en 1934 logrando recuperar territorios que los bolivianos fueron ocupando. Para 1935 ya había cruzado el río Parapití. Sin embargo, no debemos olvidar que todo esto significó sacrificios humanos de padecimientos por sed, pestes, heridas, traumas emocionales, muerte y angustia por la distancia de los seres queridos. Para 1935 los recursos se extremaron. Cada día de combate representaba un gran costo para el país, por lo que la gestión diplomática también fue ardua”, apunta González.
En este sentido, fue destacado el rol del canciller argentino Carlos Saavedra Lamas en el contexto de las negociaciones diplomáticas, quien fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz en 1936 por su mediación en este conflicto y por haber inspirado un tratado antibélico que lleva su nombre.
RUMBO AL PROTOCOLO DE PAZ
“Las negociaciones comenzaron en mayo de 1935. Primeramente, el grupo mediador se reunía con cada canciller por separado. El Paraguay desde un principio estaba conteste en general con los términos del documento propuesto por los mediadores, pero Bolivia pretendía esperar el resultado de su contraofensiva, que fue detenida exitosamente por el Ejército paraguayo en la batalla de Ingavi, el 8 de junio de 1935. En ese sentido, ya el 11 se anunciaba en los medios de prensa asuncenos que se había acordado entre los países un alto al fuego, pero se estaban aún ultimando los detalles del documento final”, explica Caballero Campos.
De su parte, González subraya que el protocolo se firmó en un momento en el que ya no se podía continuar con la guerra por la dificultad para obtener recursos y el agotamiento de los combatientes. Por ello, de alguna forma la firma del protocolo de paz del 12 de junio era el camino obligatorio.
“Ya en los últimos meses de la guerra, el cansancio, la hostilidad de la naturaleza en el alto Chaco, el revés en las estribaciones andinas hicieron que la mayoría de la tropa paraguaya ya se encuentre agotada y agobiada, según se puede deducir de varios testimonios. Además, las arcas del Estado paraguayo ya estaban exhaustas luego de casi tres años de guerra. Por ello, el alto al fuego al mediodía del 14 de junio de 1935 (día en que se festeja la Paz del Chaco en Bolivia) fue celebrado por todos los combatientes, pues era algo que se anhelaba en ambos ejércitos ”, agrega Caballero Campos.
Herib Caballero Campos, historiador
En agosto de 1935 se realizó el desfile de la victoria en Asunción, pero el país estaba con una economía extenuada, con la producción mayormente a cargo de ancianos, niños y mujeres. Todo esto fue terreno fértil para que afloren de nuevo las desavenencias, los golpes de Estado, revoluciones, persecuciones e inestabilidad política.
ACUERDO FINAL
El Tratado de Paz, Amistad y Límites definitivo se rubricó el 21 de julio de 1938. El documento final fue firmado por Cecilio Báez y José Félix Estigarribia por Paraguay, y Eduardo Díez de Medina y Enrique Finot por Bolivia. El acuerdo fue refrendado por un referéndum, que se realizó el 15 de agosto de ese año y tuvo una aprobación del 91 %.
En octubre de 1938, en cumplimiento de una de las cláusulas del tratado, se abrió una Comisión Mixta Demarcadora de Límites para señalizar la frontera en el terreno, que dio por concluidas sus tareas en 2007.
Por ello, recién en abril de 2009, con firma de Evo Morales por Bolivia y de Fernando Lugo por Paraguay, se oficializó el acta de cumplimiento y ejecución del mencionado tratado.
BARRERA
A poco de cumplirse el centenario de esta epopeya, la más grande del siglo pasado en el continente, que dejó cerca de 100.000 bajas, el vínculo entre ambos países sigue en parte separado por aquel territorio hostil.
“Evidentemente el Chaco hasta hoy en día es una barrera para que se dé ese relacionamiento más cercano entre bolivianos y paraguayos. Hoy la ruta Bioceánica es una oportunidad para mejorar esa integración, pero el Chaco aún hoy es un territorio despoblado, con muchas carencias y una necesidad de recibir políticas públicas que aseguren la educación, la salud y la movilidad a las poblaciones chaqueñas, tanto originarias como a las demás que habitan dicho territorio”, concluyó Caballero Campos.
Celebran el 90 aniversario de la Paz del Chaco con la presentación de la Orquesta Sinfónica Nacional a 450 km de la capital.
Por Jorge Zárate y Matías Amarilla
Loma Plata, Boquerón, enviados especiales.
La fuerza de la marcha Chaco Boreal en brillante ejecución de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) abrió el capítulo de homenaje a los héroes de la contienda en el concierto realizado en esta ciudad, distante a 450 kilómetros de Asunción.
“Es la primera vez que la OSN llega hasta aquí y por fortuna en esta fecha tan especial”, dijo su directora María Victoria Sosa al abrir el evento desarrollado en el Centro Cultural Chortitzer ante unos 800 espectadores que concluyeron aplaudiendo de pie el logrado espectáculo de la formación orquestal.
El acto que contó con la presencia del gobernador de Boquerón, Harold Bergen, y representantes de la comunidad local, tuvo un programa que en la primera parte abordó pasajes clásicos de la ópera universal como “El barbero de Sevilla”, “Carmen” y una versión especial y cantada en alemán de “La viuda alegre” que fue muy celebrada por el público.
El Centro Cultural Chortitzer de Loma Plata (Boquerón) fue escenario del evento
OBRAS DE FLORES
Acto seguido, la orquesta, dirigida por Ernesto Estigarribia Mussi, abordó cuatro piezas de creación de José Asunción Flores que lograron conmover por su sentida ejecución.
Especialmente la versión de “India” a cargo de la soprano Carolina López y el tenor Marcos Villalba que aprovecharon especialmente la excelente acústica del auditorio. La organizadora del evento y directora del Conservatorio del Colegio de Loma Plata, Lilian Guenther, mostró su beneplácito por la visita de la OSN apuntando que “en esta ocasión llenamos el Chaco de música, un arte que no reconoce fronteras y hermana a los hombres”, recordando especialmente su efecto en la fecha de la firma del acuerdo de la Paz del Chaco.
Soldados llegan a una carretera bloqueada por partidarios del expresidente boliviano Evo Morales cerca de Pirque, departamento de Cochabamba, Bolivia. Foto: AFP
Cinco muertos en Bolivia en choques entre policías y partidarios de Evo Morales
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Cinco muertos, cuatro policías y un campesino, es el saldo de los enfrentamientos registrados el miércoles en Bolivia, en intentos por desbloquear las carreteras tomadas por los partidarios de Evo Morales, informó este jueves el gobierno.
Los manifestantes reclaman desde hace 11 días en las rutas la renuncia del presidente Luis Arce, a quien culpan de la crisis económica y de manipular las instituciones para excluir al líder cocalero de las próximas elecciones de agosto.
Los principales choques violentos ocurrieron en Llallagua, un poblado minero en Potosí (suroeste), y en vías de Cochabamba (centro) que conectan con La Paz.
La policía llegó el miércoles a Llallagua, un poblado minero, para intentar desbloquear la principal vía sin éxito.
Ese día se reportó la muerte de tres policías por disparos de armas de fuego. Y este jueves se encontró el cadáver de un cuarto agente identificado como Christian Calle.
El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, dijo en conferencia de prensa que el uniformado “fue secuestrado por una horda” que hizo explotar un artefacto adherido por los manifestantes a su cuerpo.
Roberto Ríos, ministro de Gobierno (Interior), informó horas después que además un campesino murió en Cochabamba cuando manipulaba “un artefacto explosivo”.
De acuerdo con la estatal Administradora Boliviana de Carreteras, este jueves hay 19 puntos de bloqueo de rutas, menos que en días atrás.
“Sin equipamiento”
El aún bloqueo persiste en Llallagua. La policía intentó desactivarlo el miércoles luego de que la población local, afectada por el desabastecimiento de alimentos y agua, intentara por sí misma enfrentarse a los partidarios de Morales.
Un informe actualizado del Ministerio de Salud señala que los choques en Cochabamba y Llallagua dejaron 54 heridos.
Nelson Cox, abogado de Evo Morales, aseguró a la AFP que hay “tres muertos” entre los manifestantes, dos de ellos por arma de fuego.
Dijo que además hay al menos 15 manifestantes heridos y más de 30 detenidos.
Aguilera anunció que las fuerzas del orden van a actuar en la Llallagua para “garantizar un estado de quietud y de paz”.
“Se han alcanzado niveles de violencia inaceptables que han cruzado la línea de la protesta” hacia “el crimen”, dijo Ríos. “Personas armadas con fusiles largos han asesinado a nuestros servidores públicos policiales”, aseguró.
Impedido
El gobierno cree que Morales busca postergar la primera vuelta de las presidenciales previstas en agosto con el fin de poder concurrir como candidato, pese a que está impedido de hacerlo.
Un fallo de la justicia no permite más de una reelección presidencial, y Morales ya se dirigió a Bolivia en tres ocasiones entre 2006 y 2019.
El líder cocalero de 65 años se encuentra desde octubre de 2024 en el Chapare, su bastión político. Allí está protegido por decenas de campesinos de una orden de detención por un caso de trata de una menor, acusación que él niega.
Bolivia está sumida en una profunda crisis económica que se manifiesta en una escasez de combustibles y dólares y una escalada inflacionaria que en mayo se situó en un 18,46% interanual.
El presidente de la República, Santiago Peña, encabezó la ceremonia en conmemoración del 90.° aniversario de la firma del protocolo de paz del Chaco, que se desarrolló en la mañana de este jueves en el Cuartel de la Victoria, en San Lorenzo. El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas rindió su homenaje a los soldados que dejaron su vida en la Guerra del Chaco.
“Nos reunimos hoy en esta sagrada fecha, en un lugar cargado de historia vibrante, el mítico Cuartel de la Victoria, que fue hogar en sus últimos años de muchos de los hombres que combatieron en ese episodio tan glorioso de la historia paraguaya, la Guerra del Chaco”, expresó el mandatario.
Resaltó al Cuartel de la Victoria como símbolo histórico de este capítulo para el Paraguay. “Aquí, entre estas paredes llenas de heroísmo latió por décadas el corazón de una generación que supo entregar su juventud y sus mejores años en defensa de nuestra soberanía territorial. Nunca podremos agradecerles lo suficiente, nuestra gratitud eterna a esa generación valiente”, remarcó.
El mandatario rindió un especial homenaje a Canuto González, uno de los tres últimos sobrevivientes centenarios de la contienda. Foto: @santipenap
El mandatario dijo que “en este día del 12 de junio, 90 aniversario, donde conmemoramos la Paz del Chaco, no es tanto la guerra en sí lo que celebramos en este día, sino más bien su final, la paz, aunque no olvidamos ni podemos olvidar jamás la sangre de tantos paraguayos que tiñó el territorio del infierno verde chaqueño”.
También destacó el compromiso de ambas naciones de firmar la paz de una guerra que se dio entre 1932 y 1935, que segó 100.000 vidas. “Lo que queremos recordar hoy es el compromiso de los pueblos hermanos, Paraguay y Bolivia, por dejar atrás el enfrentamiento y tender puentes hacia el porvenir”, afirmó el presidente.
Instó a proteger el legado de heroísmo y patriotismo que dejaron los héroes de la guerra. “Este gran cuartel, es un templo sagrado del heroísmo paraguayo. Hoy, que tantos de ellos ya han partido nos toca a nosotros ser sus herederos éticos y cuidar la paz que construyeron, debemos proteger el legado de entrega y de amor a la patria, enseñar a las nuevas generaciones que el patriotismo no consiste en el odio al otro, sino en la firmeza, en la defensa de lo justo y lo propio”, apuntó.