Reveladoras conversaciones en informes de inteligencia muestran cómo el Gobierno protege estructuras del narcotráfico, gracias a informaciones privilegiadas desde los organismos de seguridad del Estado. Uno de los considerados capo narco más buscados por el Brasil está vinculado al también sindicado narcotraficante Marcus Vinicius, amigo del ex ministro de Senad e Interior Arnaldo Giuzzio, verdaderos fantasmas en reportes antinarcóticos. Transcripciones de escuchas revelan conexiones con altas autoridades y en una de ellas queda identificada cómo y por qué el “Jefe Mayor” ordenó el crimen del empresario Mauricio Schwartzman.

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Las transcripciones de las escuchas telefónicas realizadas en el marco de la operación A Ultranza Py a supuestos miembros de clanes de narcotraficantes dejan en evidencia la cercanía que tienen actores claves del Gobierno con el crimen organizado. Reveladoras conversaciones muestran cómo se filtraban datos de investigaciones al esquema del uruguayo Sebastián Marset, con tentáculos en la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Ministerio del Interior, y hasta el Palacio de López. (ver infografía).

No se puede dejar de mencionar la conexión que logra realizar la Policía Nacional en el operativo Smart entre Marset y Lindomar Reges Furtado, este a su vez vinculado a Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, ambos considerados narcos de la pesada en el Brasil. En el caso del segundo, en medio de favores al ex ministro de la Senad y del Interior Arnaldo Giuzzio, estaba en plan de ser proveedor del Estado.

Una de las primeras filtraciones ocurre en la misma Senad el 12 de marzo del 2021, ya con Zully Rolón como ministra, y que según el reporte de la Unidad de Inteligencia Sensible (SIU) de la institución, una presunta narcoavioneta que debía bajar con una carga de cocaína en Presidente Hayes, fue alertada segundos antes de que la aeronave toque tierra.

Uno de los hechos relevantes en medio del informe es que Marset cae detenido en Dubái el 10 de setiembre del 2021, y es la primera vez que los de SIU logran interceptar una escucha telefónica donde él mismo se comunica.

En medio del problema, las transcripciones detallan otro aviso de pesquisa a los narcos, esta vez del Ministerio del Interior, época en que Giuzzio estaba como ministro. El secretario y administrador de la organización José Estigarribia se entera e informa a Marset (el jefe) que en el Ministerio del Interior (administración Giuzzio) lo están investigando.

Agrega que habló con alguien que es allegado a Velázquez, el vicepresidente, le comentó que ahora no hay gente que pueda ayudarle a Sebastián.

En otra comunicación, aclara cuál es la unidad: En Paraguay el Comando Tripartito está investigando a Sebastián, lo que sabe es que no tienen nada en contra de él.

Es decir, la organización de Marset tenía acceso a información clasificada que alertaba de una investigación y escuchas en su contra, porque una de sus secretarias en otra parte del informe de A Ultranza Py revela que el jefe ya no se comunica con nadie por seguridad.

Y como si faltaran aún más detalles reveladores, en las escuchas telefónicas los operadores de la organización criminal revelan que en esta misma estructura está el “Jefe Mayor”, que ordenó el crimen del empresario Mauricio Schwartzman, asesinado a balazos el 12 de setiembre del 2021 en Asunción.

“Merchi”, conversando con otra persona, comenta: “El ‘Jefe Mayor’ culpaba de manera directa a Mauricio Schwartzman de la detención de Sebastián Marsert en Dubái por problemas con su pasaporte, además de una lista de cosas que tenía en su contra”.

La identidad del “Jefe Mayor” de la organización de Marset no aparece en el informe de A Ultranza Py en el que tampoco se incluyó al sindicado capo narco Lindomar Reges, vinculado a Marcus Vinicius, amigo de Giuzzio. Lo que quedó claro es que la Policía logró conectar a Marset (el jefe) con el brasileño Lindomar, registrando dos reuniones entre ambos, lo que apunta a una probable limpieza en el informe de la Senad.

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