El diputado Sergio Rojas ingresó como concejal de Itá con dos autos usados, una deuda a cobrar de G. 9 millones y algunos muebles por G. 6 millones en el 2003, pero hoy tiene 8 inmuebles de grandes dimensiones, sabe ahorrar y su activo sube a G. 2.018 millones. Este ascenso económico se dio principalmente en los años en que estuvo como director del SNPP, en la época de Fernando Lugo. Coincidentemente, su esposa también tomó vuelo en los negocios tras los años dorados del marido en el instituto de formación, ya que creó una empresa y ganó licitaciones en serie.

El importante ascenso económico que expe­rimentó el diputado Sergio Rojas en los últimos años es bastante conside­rable, según puede obser­varse en las declaraciones juradas de bienes y rentas que presentó como funcio­nario público. Su patrimonio aumentó en G. 1.900 millones al pasar por tres cargos den­tro del Estado.

Su declaración jurada del 2003, cuando era concejal de la ciudad de Itá, muestra que tenía G. 35 millones, su ingreso mensual era ape­nas de G. 1,3 millones, pero declaró honorarios como profesional abogado de G. 5 millones. No manifestó inmuebles y tenía una deuda de G. 7,8 millones.

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El liberal Sergio Rojas es abo­gado y ocupó un lugar en la Junta Municipal de Itá en el período 2001-2006. Luego, se ubicó en la Contraloría Gene­ral de la República (CGR).

Durante el gobierno de Fer­nando Lugo fue designado titular del Servicio Nacio­nal de Promoción Profesio­nal (SNPP), donde fue acu­sado de dejar sin rubro a las personas con discapacidad para acomodar a sus opera­dores. Ese tiempo fue clave para amasar sus bienes e incrementar su patrimonio. Se mantuvo en el cargo hasta el 2013, cuando renunció para realizar su campaña proseli­tista con miras a ocupar una banca en Diputados.

Primera y última declaración jurada del 2020 en la que manifestó tener un activo de G. 2.018 millones en crecimiento.

Precisamente, logró ingre­sar a la Cámara Baja ese año y, al asumir en el cargo, en su declaración jurada manifestó tener un activo de G. 678 millones, es decir, G. 643 millones más que diez años atrás, cuando se iniciaba como modesto concejal dis­trital.

En ese documento, es decir al dejar el SNPP, declaró la tenencia de seis inmuebles ubicados en Itá y, además, acciones de G. 50 millones en la firma Jeroviaha SRL.

En julio del 2018, cinco años después, luego de asumir otro período como diputado nacional, su activo trepó a G. 1.128 millones. Declaró inmuebles por valor de G. 800 millones, además de adquirir una camioneta en el 2017 por G. 120 millones.

Cinco meses después, en diciembre del 2018, su patri­monio subió a G. 1.678 millo­nes y el valor de sus inmue­bles subió a G. 1.300 millones. También consignó una deuda de G. 872 millones.

La Contraloría General de la República en el 2020 vuelve a publicar la declaración jurada del diputado liberal Sergio Rojas y su patrimonio, en constante crecimiento, ya era de G. 2.018 millones. Evi­dentemente, no hay crisis en la vida del legislador, todo es ascenso económico, según sus manifestaciones de bienes.

Declaró ocho propiedades que se encuentran en Itá y tota­lizan G. 1.640 millones y su pasivo se mantuvo en G. 872 millones.

PRÓSPERA ESPOSA

El buen pasar económico del diputado también se extiende a su esposa, la señora Gloria Cantero, quien es propietaria de la empresa Constructora del Sur (ConstruSur), firma que acapara contratos en muni­cipalidades y gobernacio­nes. La empresa ingresó a la nómina de proveedores del Estado coincidente­mente cuando Rojas salió del SNPP.

La empresa ganó licitacio­nes desde el 2016, cuando Rojas ya estaba bien ubi­cado en la Cámara de Dipu­tados. En total ConstruSur ganó contratos por más de G. 38.000 millones en cinco años.

Una de las instituciones que más ha mimado a la firma del diputado y su esposa es la gobernación de Presidente Hayes, que le adjudicó del 2019 al 2020 cinco licitaciones por un monto de G. 4.569.372.933 en total.

Sin mencionar que, pese a que lleva más de un año sin concluir sus obras en la mencionada gobernación, sigue acumulando adjudi­caciones en varias comunas.

El año pasado, la esposa del diputado estuvo en la mira luego de una denuncia pre­sentada por la Subsecreta­ría de Estado de Tributa­ción (SET), donde la mujer aparece en un esquema que presumiblemente utilizaba facturas falsas.

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