El diputado de los “caseros de oro”, Tomás Rivas, es otro que tiene una familia real que le vive a los contribuyentes. Están repartidos en instituciones judiciales, Diputados, ministerios e Intendencia de Ybycuí en el caso de su esposa María del Carmen Benítez, últimamente especialista en “talentos humanos”, a través de la Opaci.

El uso y abuso de los fondos públicos para mantener a las fami­lias de quienes logran acceder a altos cargos y bien remune­rados es una constante. En este contexto otro de la lista es el diputado Tomás Rivas Benítez que, en el ejercicio de la política además de poder tiene a su clan familiar ubi­cada en la función pública.

Junto con su esposa, tres her­manos, hijastro, cuñada y pri­mos, se cuelgan del presu­puesto del Estado. Un rápido recorrido por la nómina de algunas instituciones así como datos proveídos a nues­tra redacción encontraron diez miembros del clan Rivas insta­lados en la función pública. Los sueldos de la parentela alcan­zan G. 87.189.123 al mes, totali­zando G. 1.133.458.599 anual­mente, monto que incluye el aguinaldo de cada uno.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

En la lista de beneficiarios están María del Carmen Bení­tez, esposa del diputado Rivas, es intendenta de Ybycuí por cuarto período consecutivo; es decir, desde el 2005. Per­cibe un salario mensual de G. 8.000.000.

Lejos de la Opaci, los jóvenes Rodrigo Ariel Penayo, secretario municipal, y Fabián Villasanti, compartiendo “tereré”, mientras planillean.

La jefa comunal, quien actual­mente es precandidata a la Gobernación de Paraguarí por el movimiento del vice­presidente Hugo Velázquez, es además presidenta de la Orga­nización Paraguaya de Coope­ración Intermunicipal (Opaci), lugar donde ubicó a 80 hurreros que cobran sin presentarse a trabajar. El planillerismo galo­pante en su administración pudimos comprobar mediante varios recorridos por la ciudad de Ybycuí donde encontramos a algunos de los privilegiados tomando tereré, chateando relajados en sus casas.

Para los pobladores de Yby­cuí, quienes por cierto se hicieron eco de lo que ocurre en la Opaci y hartos denun­ciaron en redes sociales, el mecanismo de clientelismo y amiguismo al que recurren el diputado Tomás Rivas y su esposa, es una costumbre. Tal es el caso de los conocidos “caseros de oro”, empleados del parlamentario que figu­raban como funcionarios en Diputados; sin embargo, nunca cumplieron funciones en esa Cámara. El caso quedó impune justo al momento en que se daba el pase de Rivas a las carpas del oficialismo.

HIJASTRO Y OTROS

Otro de los que fueron aco­modados dentro de la fun­ción pública es el hijastro del diputado Rivas, Jeffer­son Giménez Benítez. Fun­cionario permanente con salario de G. 5.500.000 en la Cámara Baja desde el 2018. Monitoreos realizados tanto en el portal de la Secretaría de la Función Pública (SFP) como en sitios de Paraguay Concursa no halló datos de concurso de méritos que haya realizado el hijo de María del Carmen Benítez.

El hermano del parlamen­tario también tiene sala­rio público. Ángel Eleuterio Rivas Benítez fue favorecido con un cargo y un jugoso sala­rio de G. 20.754.738 en la Enti­dad Binacional Yacyretá. Al igual que su hermana Dulce María Rivas Benítez, dactiló­grafa de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) desde el 2011 y con sueldo de G. 3.081.930, y Buenaventura Rivas López, medio hermano de Rivas, jefe del departamento de transporte del Ministerio de Justicia con ingreso de G. 6.000.000.

La repartija de cargos en el clan Rivas también incluye instituciones sensibles, cuyo presupuesto vale oro para la clase más vulnerable. La her­mana de María del Carmen Benítez y cuñada del dipu­tado Tomás Rivas, Sandra Hermelinda Benítez Díaz, es técnica de apoyo administra­tivo distrital en la Secretaría de Acción Social con salario de G. 3.300.000. Además, es catedrática del Ministerio de Educación y Ciencias.

Un primo del diputado Rivas también fue ubicado en el Ministerio de Hacienda desde el 2019. Jorge David Barriocanal Benítez es téc­nico en la institución y men­sualmente tiene un ingreso base de G. 2.354.188.

El clan del diputado de los caseros “de oro” cuesta a los contribuyentes más de G. 1100 millones anuales, y con los antecedentes de pla­nillerismo de los seguidores del diputado Rivas en la fun­ción pública, existen muchas dudas sobre los mencionados y el desempeño como funcio­narios del Estado.

MÁS PARIENTES EN LA OPACI

Al clan familiar del diputado Tomás Rivas se le suma una situación que ya habíamos denunciado días atrás. Los favo­recidos, entre parientes y concejales de la ciudad de Yby­cuí, ubicados de la Organización Paraguaya de Coopera­ción Intermunicipal (Opaci), donde su esposa María del Carmen Benítez es la presidenta.

Como herencia se reparten cargos. Wilson Giménez Cáce­res, cuñado de María del Carmen Benítez, figura en la nómina de funcionarios de la Opaci con salario de G. 2,9 millones. Igualmente, Noemí Acha Benítez, prima política del diputado Tomás Éver Rivas.

Los hurreros tienen especial manejo. En su mayoría cobran sin trabajar. Entre algunos impresentables del clan Rivas ubicados en la Opaci están tres concejales de Ybycuí, Luis Andrés Rolón Samaniego, Víctor Ramón González Britos y Miguel Morel. Precisamente a este último, tras un recorrido por la ciudad, lo encontramos relajado, chateando en su casa en plena mañana de un día laboral.

A Rodrigo Ariel Penayo, secretario municipal, lo encontra­mos en la vereda de la comuna tomando “tereré” en compañía de Fabián Villasanti, ambos se encuentran en la nómina de la Opaci.

Entre la planilla de la repartija en la Opaci figura Rolando Chaparro Penayo, quien es hermano de uno de los conoci­dos “caseros de oro” de Rivas, el joven Reinaldo Chaparro que cobraba en el Congreso, sin trabajar allí.

Déjanos tus comentarios en Voiz