Los vínculos con el pastor narco José Insfrán Galeano, quien traía dinero para lavar desde Colombia, dicho por los investigadores del megaoperativo A Ultranza Py y con quien viajó varias veces el diputado oficialista colorado Juan Carlos Ozorio (Añetete) con una cooperativa a su mando conducen a un antecedente más oscuro. El legislador es sindicado de abuso a menores, según varias fuentes protegidas. Una denuncia, todavía con causa abierta en el Ministerio Público, lo presume de haber abusado de una menor de 9 años, sin embargo, un raro acuerdo detrás apunta al blanqueo del mismo.

La denuncia contra el diputado y cooperati­vista Juan Carlos Ozo­rio, activo participante en cul­tos religiosos del narco pastor José Insfrán, había salido a luz en setiembre del 2021 luego de que se iniciara la causa caratu­lada como “Juan Carlos Ozo­rio s/ abuso sexual en niños” donde aparece como víctima una menor de 9 años.

El hecho se había registrado en una quinta en el Cortijo de San Bernardino, propie­dad del parlamentario, donde una madre que había sido con­tratada para la limpieza de la misma, denunció que su hija, quien la había acompañado hasta el lugar, fuera mano­seada por el legislador.

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Inmediatamente la fiscala Yennifer Marchuk, quien pos­teriormente fue recusada, dio apertura a la investigación y solicitó la contención sicoló­gica de la menor. Actualmente el caso lo investiga Sandra Ledesma, de la unidad fiscal de Luque.

Nota presentada por la fiscala Yennifer Marchuk, quien solicitaba contención sicológica para la menor.

En la primera contención sico­lógica, la niña había señalado al diputado como autor del abuso, sin embargo, en otro estudio realizado en la cámara Gessel, la misma no identificó al parlamentario. “La cámara Gessel solo se puede realizar una vez, ese es el problema”, señaló Sandra Ledesma.

Ledesma mencionó que el punto más llamativo del caso es que la mamá de la menor en un principio denunció al diputado Ozorio y lo señaló como responsable del abuso, sin embargo, de la noche a la mañana cambió la versión. “No me cierra del todo, por eso no estoy desestimando la causa. Me llama la atención el cambio de versión, primero lo sindicaba y luego lo dejaba de sindicar”, Indicó Ledesma.

La propia madre señaló que su hija había sido manoseada y en un principio apuntó al dipu­tado Ozorio. Llamativamente, unos días después, la misma se rectificó en su declaración y se desdijo de la versión inicial, alegando que la niña se con­fundió y que en realidad quien había cometido el abuso fue un tío de la menor.

Este cambio de declaración hace suponer que hubo un extraño acuerdo económico entre la madre y el diputado para blanquear al congresista. Fuentes revelan que parte del “acuerdo” que se había reali­zado para eximir de culpas al legislador fue contratar sicó­logos particulares, quienes le realizaron una suerte de tra­bajo sicológico a la niña para que ésta confunda la realidad con la fantasía y de esa manera mienta en la cámara Gessel.

La fiscala Ledesma mencionó que en los próximos días serán convocadas para decla­rar la madre, una amiga de la misma y la abuela de la menor, de modo a explicar el motivo del repentino cambio de ver­sión. “Tenemos miedo de que haya alguna manipulación o algo por eso seguimos inves­tigando”, señaló.

Fiscala Sandra Ledesma confirma que la causa sigue abierta.

Ozorio utilizaba su quinta para llevara sus víctimas hasta ahí, de acuerdo a las informaciones que llegaron a nuestra redacción. El temor impidió que la Fiscalía participe en varios casos.

Esta denuncia por acoso en contra del diputado, se suma al estrecho vínculo entre el legisla­dor Juan Carlos Ozorio y el pas­tor José Insfrán, buscado en el marco del operativo A Ultranza Py por ser parte de la organiza­ción que mueve la mayor canti­dad de droga a Europa.

Ozorio, quien asumió como diputado en el 2018 en reem­plazo de Dany Durand, asistía constantemente en cultos orga­nizados por la iglesia Centro de Avivamiento de Curuguaty, lo que quedó evidenciado en fotos y videos compartidos por la iglesia, la misma que era uti­lizada como medio para lavar dinero y pertenece al hoy pró­fugo José Insfrán.

Incluso se revelaron informaciones que el diputado Juan Carlos Ozorio realizó varios viajes a Colombia al mismo tiempo que el pastor José Ins­frán. Entre junio y octubre del 2021, coincidiendo su fecha de salida y de retorno al país en cuatro oportunidades.

El diputado Juan Carlos Ozo­rio también es presidente de la cooperativa San Cristóbal, y existen fuertes sospechas de mala utilización de esta insti­tución a favor del esquema de lavado de dinero. Además, la iglesia se manejaba de manera muy extraña financieramente: repartía dinero a sus feligreses.

Las redes sociales de la igle­sia revelan que el pastor pró­fugo estuvo por Mburuvicha Róga en noviembre del año pasado en compañía del dipu­tado Ozorio. Incluso hay foto­grafías con el presidente Mario Abdo. Ambos asistieron al acto de entrega de una ambulancia para la ciudad de Yby Pytã.

Sus vínculos con el narcotrá­fico cada vez son más fuertes que hasta ya lo sindican de cerebro. Precisamente, ayer el comunicador Alfredo Gua­chiré publicó nuevos elemen­tos que lo señalan como líder de una organización criminal encargada de producir cocaína y marihuana que luego son ven­didas al Comando Vermelho. Difundió un audio donde se lo escucha manteniendo una con­versación con Óscar Sanabria alias Kangurú, presunto nexo con el grupo, situación que lo evidenció todavía más.

El diputado Juan Carlos Ozo­rio está en la cuerda floja por el cúmulo de denuncias que pesa sobre él que ya se empezó a hablar de la perti­nencia de su permanencia en la Cámara Baja.­

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