Con casi una decena de parientes y amigos, el presidente de la Cámara de Senadores, Óscar “Cachito” Salomón, tiene a algunos miembros de su clan con extraordinarios salarios en varios entes públicos, incluyendo las binacionales. Mantener a este grupo le cuesta más de G. 220 millones mensuales al Estado paraguayo. Los familiares están en puestos de oro.

El presidente de la Cámara de Senadores es otro político cono­cido por tener parientes y allegados en puestos clave dentro de la función pública. La lista sobresale con el nom­bramiento del actual minis­tro de la Juventud, Felipe Salomón Casola, hijo del titular del Congreso, que fue colocado al frente de la car­tera apenas asumió el nuevo gobierno de Mario Abdo Benítez en agosto del 2018.

El hijo de “Cachito” percibe mensualmente G. 25 millones y actualmente se encuentra en campaña para la Intenden­cia de San Lorenzo; recien­temente fue denunciado por utilizar las obras finan­ciadas por la Entidad Bina­cional Yacyretá (EBY) para posicionar su perfil electoral. “Felipito”, como también se lo conoce, dijo que presentará renuncia a su cargo antes de las internas partidarias.

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Junto al ministro, dentro del clan también está la hijastra de Salomón, Gessy Rebeca Flores, funcionaria de la Corte Suprema de Justicia y comisionada a la Itaipú Binacional. En el Poder Judi­cial tiene el cargo de técnico administrativo y en marzo percibió G. 4.775.950, mien­tras que en la hidroeléctrica, donde está desde noviembre del 2018, recibió una gratifi­cación de G. 10 millones, además de G. 2.489.898 en concepto de auxilio de alimentación.

La joven de solo 31 años reci­bió en total G. 17.265.848 en el mes de marzo. Cabe recor­dar que la misma había for­mado parte de una lista de funcionarios que iban a ser sancionados por la Corte debido a que estaban haciendo lobby con parla­mentarios para conseguir recategorizaciones, según trascendió en la prensa.

Otro de los parientes de “Cachito” que está en una binacional es Juan Manuel Ibarra Salomón, sobrino del senador, que ocupa un alto cargo en Yacyretá tras su ingreso en setiembre del 2018, poco tiempo después de la asunción del nuevo gobierno. Según la liquida­ción de haberes de enero de este año, Ibarra cobró un total de G. 37.136.326.

Entre sus ingresos se encuen­tran G. 6.329.508 por ayuda habitacional, G. 4.521.077 en concepto de “compensación adicional zona de obras”, que se da a los funcionarios ubi­cados en la planta de Ayolas, y G. 2.712.64 por título. Pero no son solo los parientes los que están bien posicionados en la EBY, ya que el director administrativo de la bina­cional, Arnaldo Demetrio Fernández Allende, es com­padre de Salomón.

Fernández también entró en agosto del 2018 y es uno de los pesos pesados dentro de la EBY; por tanto, es parte del conocido como “grupo de élite”. Tan solo en enero reci­bió un total de G. 84.741.645. Junto a este, también está el otro compadre de “Cachito”, Óscar Daniel López Mendoza, funcionario de alto rango de la hidroeléctrica y encargado de los asados del presidente del Senado. López entró en setiembre del 2018 y recibió en enero de este año un total de G. 56.377.833.

OTROS UBICADOS

Además de estos parien­tes y amigos que ingresaron recientemente a estos pues­tos clave, hay otros allega­dos a Salomón que están desde antes como es el caso de Édgar Osvaldo Salomón Fernández, hermano de la cabeza del Senado; también está en la función pública como subadministrador en la Dirección Nacional de Adua­nas, donde tiene un sueldo de G. 11 millones. Ingresó al ente en 1995. Dentro del clan también está la hermana de Salomón, Ángela María Eli­zabeth Salomón de Ibarra, consejera en la Universidad Nacional de Asunción.

Salomón repartió incrementos salariales en plena pandemia

Además del enorme gasto que de por sí ya representa mantener a toda la parentela del titular de la Cámara de Senadores, este se atrevió a repartir en forma descarada una serie de aumentazos para los funcionarios del Senado en medio de la crisis sanitaria que atraviesa el país por la pandemia del covid-19. Afortunadamente, los parlamentarios le cerraron la canilla al titular del Legislativo.

A principios de este año, la ciudadanía fue testigo de cómo el senador Salomón junto con otros colegas suyos permitieron la dila­pidación desvergonzada de G. 13 mil millones (US$ 1,8 millones) para pre­miar a los funcionarios de la Cámara Alta y del Con­greso Nacional. Esta atre­vida jugada se realizó con el argumento de “aumentar” el salario a aquellos funcionarios que estaban por debajo del mínimo.

Sin embargo, pronto se develó por medio de la prensa que en realidad se trataba de una recom­pensa para operadores políticos que activarán fuertemente durante este año electoral. Junto a este incremento tam­bién se estableció la posi­bilidad de que el Senado pueda contratar nuevo personal sin la necesidad del permiso del Equipo Económico Nacional.

Afortunadamente, la semana pasada los parla­mentarios aprobaron el pro­yecto de ley que establece un recorte de G. 8.600 millones de este aumentazo con el fin de redirigirlos al Ministerio de Salud Pública para hacer frente al covid-19.

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