La Fiscalía Anticorrupción estuvo ayer en Paraguarí recabando datos en el marco de las investigaciones sobre supuestos hechos de corrupción que involucran al presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Cuevas, y a su esposa, Nancy de Cuevas. El Ministerio Público comprobó la existencia de elementos que comprometen a Cuevas durante su gestión como gobernador. A su vez, en la Escuela Inglaterra, en donde Nancy Florentín cobra mensualmente por dos cargos sin trabajar, intentaron encubrirla.

La comitiva fiscal Anti­corrupción irrumpió en la mañana de ayer en Paraguarí cerca de las 11:00. La agente fiscal Jose­fina Aghemo estuvo a cargo de las intervenciones que se realizaron en el Parque Automotor de la goberna­ción y en las oficinas admi­nistrativas de esta insti­tución. El procedimiento obedeció a las investigacio­nes que ordenó el Minis­terio Público sobre la ges­tión del actual presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Cuevas (ANR-Colo­rado Añetete), durante su gestión como gobernador de Paraguarí.

La intervención se realizó a raíz de una denuncia con­tra Cuevas por supuesto enriquecimiento ilícito y lesión de confianza. Ade­más, existió otra causa contra el actual titular de Diputados por un supuesto desfalco de unos G. 40 mil millones del presupuesto de la gobernación.

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Josefina Aghemo, fiscal y Yolanda Portillo, fiscal.

MAQUINARIAS “FANTASMAS”

La agente Aghemo confirmó lo que GEN y La Nación habían denunciado en su momento: la existencia de varios vehículos y maqui­narias de la Gobernación de Paraguarí que no están funcionando –y que a sim­ple vista se evidencia que no trabajan desde hace años–, pero que, sin embargo, figuran en la nómina de vehículos a los que le fue­ron cargados litros y litros de combustible durante el 2016 mediante decenas de órdenes de trabajo.

La fiscal Aghemo constató que los vehículos inutili­zados eran una camioneta marca Toyota (sin motor) con chapa GAL 230, un tractocamión marca Mas­sey, un camión volquete tipo tumba con chapa CAL 235; un camión marca Mercedes-Benz, chapa EAL 232; una retroexcavadora JVC, chapa TEA 202, y una motonive­ladora. Todos estos vehícu­los figuran en los registros de órdenes de trabajo como los que recibieron cien­tos de litros de combus­tible durante el 2016, sin embargo, es evidente que desde hace años dejaron de trabajar. Este es un trabajo apenas preliminar, con­firmó la agente fiscal.

EL SISTEMA

Según documentos de la propia Contraloría, durante la gestión de Miguel Cuevas en la Gobernación de Para­guarí no hubo forma de jus­tificar el uso de combustible por un valor cercano a los G. 1.231 millones. De acuerdo con las documentaciones de la propia gobernación, el presupuesto para el 2016 para la compra de combusti­bles fue de G. 1.500 millones. Sin embargo, la administra­ción de Cuevas justificó la compra de este producto por G. 234 millones apenas.

Con las órdenes de trabajo correspondientes al 2016, que GEN y La Nación obtu­vieron gracias a un pedido público de acceso a la infor­mación, este equipo perio­dístico comprobó que en ese año cientos de combus­tibles se cargaron a varias de estas maquinarias que ya en ese entonces estaban totalmente descompues­tas. El esquema, a simple vista, fue muy fácil; utiliza­ban estas órdenes de trabajo con el objetivo de justificar la compra de combustible, pero nadie sabe en qué realmente se gastó el dinero que debía destinarse a dicho rubro.

Planilla de asistencia de la Escuela Básica Nro. 151 Inglaterra de Sapucai.

LA PROFE NANCY Y SUS AUSENCIAS

Mientras Aghemo reco­rría el taller de la Goberna­ción de Paraguarí, la otra agente fiscal Yolanda Por­tillo, también del Departa­mento Anticorrupción, se hacía presente en la Escuela Nº 151 Inglaterra, de Sapu­cai, para verificar la situa­ción de la profesora Nancy Florentín de Cuevas, esposa del presidente de la Cámara Baja, Miguel Cuevas. La mujer figura con dos cargos en dicha institución edu­cativa: la de bibliotecaria por las mañanas y, por las tardes, “auxiliar adminis­trativa”, aunque ella tiene rubro docente. Por ambos trabajos, la profesora Nancy percibe mensualmente un poco más de G. 5 millones, según planilla oficial.

Justamente, otra de las investigaciones de GEN y La Nación puso en eviden­cia a la esposa de Cuevas, ya que este equipo periodís­tico demostró que la misma cobraba mensualmente en la escuela, pero no iba a tra­bajar. Ayer, la agente fiscal Portillo revisó la planilla de asistencia de la escuela y corroboró que en el lugar que le correspondía firmar a Nancy Florentín, la casilla nuevamente estaba vacía. Esto lo confirmó la repre­sentante fiscal a nuestro equipo periodístico.

EL ENCUBRIMIENTO

Rosa Noemí Mereles de Cue­vas es esposa de Cirilo Cue­vas, hermano de Miguel Cuevas, y es una de las vice­directoras y coordinado­ras de la Escuela Inglaterra. Ella habló con la agente fis­cal Portillo y explicó que la profesora Nancy, es decir, su concuñada, estuvo ese día en la Escuela Inglaterra, pero que simplemente se olvidó de firmar su asistencia de la mañana, algo que iba a solu­cionar de tarde al volver a la escuela para cumplir su fun­ción administrativa.

Cuando el equipo de GEN y La Nación visitó la Escuela Inglaterra semanas atrás, la otra vicedirectora de la entidad, Doralicia Acuña, aseguró que la profesora Nancy también había asis­tido ese día y que “todos los días estaba” en la escuela. Sin embargo, esa misma mañana, el propio Miguel Cuevas tra­taba de justificar a su esposa diciendo que tenía un per­miso especial, ya que la pro­fesora Nancy le estaba acom­pañando en un acto público en la ciudad de Escobar.

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