“Tenía muchas esperanzas con la indemnización”. Así comenzó diciendo Milciades Páez, uno de los excombatientes del golpe del año 1989 que derrocó al general Alfredo Stroessner y trajo la democracia a Paraguay. Manifestó que su mayor deseo era que este gobierno reconozca la labor de los excombatientes. Al igual que la mayoría de sus camaradas que lograron sobrevivir las noches del 2 y 3 de febrero, él estaba cargado de esperanzas al saber que finalmente reconocerían esa lucha que a muchos de ellos les costó la vida.
Tras el veto del proyecto de indemnización, se siente decepcionado por la decisión tomada por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez.
“Me llenaba de esperanzas saber que podíamos contar con esa indemnización, es lo justo. Estoy totalmente decepcionado, nuestras vidas estuvieron expuestas en ese momento, es un retroceso muy equivocado del gobierno que no reconozca que gracias a esa lucha hoy el pueblo paraguayo está teniendo la libertad. Al parecer para los mandatarios eso no tiene valor ni significado”, señaló.
Agregó además que el proyecto vetado es muy sensible, ya que tanto los escoltas presidenciales como los combatientes de Caballería estuvieron ahí expuestos a la misma suerte, “vivir o morir”.
“Muchas personas estuvieron luchando esos días, tanto nuestros camaradas como los escoltas, que al fin y al cabo los que sobrevivieron se resguardaron con nosotros en el cuartel. La suerte de ambas partes era la misma, si el golpe hubiera fracasado iba a ser una masacre para los que estábamos en el lugar. Era vivir o morir. Debemos organizarnos y plantearle al Estado que le dé un seguimiento más serio a la causa. Es como querer maquillar lo que pasó realmente, se ve que por un lado hay un reconocimiento, pero por otro lado hay una decepcionante negativa”, manifestó.
EL DÍA DEL GOLPE
Milciades Páez fue jinete de la Primera División de Caballería, tenía 19 años y se encontraba cumpliendo el Servicio Militar Obligatorio. Dos horas antes que se inicie el golpe, Páez y su camarada fueron trasladados desde el destacamento Contreras o Vista Alegre hasta el Cuartel General de Campo Grande. No supieron lo que estaba a punto de suceder hasta que finalmente hicieron su juramento.
“Cuando supe lo que estaba pasando me recomendé a la Virgen de Caacupé, le prometí que si lograba salir con vida de eso iría siete años seguidos junto a ella caminando hasta su basílica. Nuestra misión era vencer o morir y ahí estábamos, nos guste o no debíamos hacer”, mencionó.
Finalmente, recalcó que su mayor deseo es que el gobierno de Abdo Benítez recapacite y le dé el lugar a quienes defendieron la libertad de Paraguay. Actualmente, nuestro entrevistado reside en Ciudad del Este, es herrero y con su oficio pelea día a día para el sustento de su familia.