La sentencia por negligencia médica a un sanatorio privado por el fallecimiento de una maestra de danza, a quien tardíamente le practicaron una cesárea, es el precedente más reciente de una condena de este tipo. El caso actual más sonado y pendiente de resolución es el del niño Renato.

El 11 de junio pasado se confirmó la resolución de primera instancia, en la cual se condena al sanatorio San Roque, sucursal La Costa, por negligencia probada de los médicos que trabajan para este hospital.

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El fallo de junio del 2020, ratificado en junio de este año, resuelve que el sanatorio debe indemnizar a César Martínez, viudo de la maestra Bertha Acosta, con G. 693.300.000, más el 1% mensual desde la fecha del deceso, ocurrido el 21 de noviembre del 2014 cuando la paciente tenía 39 años.

El abogado Gerardo Acosta, hermano de la víctima, explicó al canal GEN que, a nivel procesal, el juicio tenía dos objetivos: probar una relación de subordinación entre los médicos de guardia y el sanatorio, y que el fallecimiento se produjo porque hubo una negligencia.

Ambos hechos fueron demostrados. En el primer caso, a través de varios elementos: los doctores cumplían horario, recibían indicaciones de la administración del sanatorio, utilizaban los equipos del hospital, entre otras cosas que prueban esta relación de dependencia y de subordinación entre las partes.

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En cuanto a la negligencia en sí, también sobran evidencias. “Mi hermana falleció porque hubo negligencia en los procedimientos posteriores al diagnóstico de desprendimiento de placenta, se debía practicar una cesárea de manera inmediata, pero dejaron pasar 45 minutos”, explicó el abogado Acosta. Este tiempo perdido fue determinante en el fallecimiento.

Agregó que ni el médico que diagnosticó el desprendimiento ni los demás actuaron conforme al manual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que indica una intervención inmediata, para una práctica que no toma más de cinco minutos. En esta causa, la defensa de la víctima recurrió netamente a lo civil, atribuyendo la responsabilidad institucional al sanatorio y no la culpabilidad individual y penal a los médicos que trabajan allí.

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El caso del 2014

Bertha Acosta, bailarina, coreógrafa y maestra de danza, madre de cuatro niñas, ingresó al sanatorio el 21 de noviembre del 2014, con un cuadro de presión alta y con 39 semanas de gestación. Tristemente, aquella noche falleció, al no recibir a tiempo una cesárea, según se comprobó en juicio.

Un caso similar pendiente de resolución, pero con responsabilidad penal, es el del niño Renato, en donde también se investiga una negligencia. En junio pasado, la agente fiscal Luz Guerrero, acusó a la médica Laura Sena Figueredo por el supuesto hecho punible de homicidio culposo, en relación a la muerte del niño Renato Rojas Talavera de 2 años, en el Sanatorio Migone. Se solicitó juicio oral y público.

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