A raíz del cierre de las fronteras como consecuencia de la pandemia, varios negocios se vieron forzados a cerrar sus puertas. Es el caso de Cell Shop, cuyo propietario anunció su traslado de Ciudad del Este a la vecina ciudad de Foz de Yguazú, Brasil. Con esta decisión, alrededor de 700 personas se quedarán sin empleo.
Jorbel Griebeler, propietario de la firma Cell Shop Importados Paraguay, realizó un descargo comentando las dificultades por las que atraviesan en la actualidad durante una videoconferencia con autoridades nacionales.
Según mencionó, en estos últimos tiempos tuvo que despedir a unos 500 empleados de la empresa, lo cual equivale de forma indirecta a alrededor de 2.000 personas, debido a la crisis que se vive en la zona fronteriza.
“Nos costó un poco entender qué es lo que iba a pasar, el Gobierno no sabía y nosotros tampoco no sabíamos”, refirió.
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Asimismo, cuestionó la falta de atención por parte del Gobierno a sus insistentes pedidos de implementar incentivos fiscales que les ayuden a competir con los llamados free shops (tiendas libres de impuestos) ubicados en el lado brasileño.
“Estoy cansado, hace 7 años que estamos pidiendo, implorando, buscamos comunicarnos con las instituciones de Asunción y lo que tenemos es rechazo. Llegamos a una situación que es incontrolable, no tenemos más nada que hacer”, lamentó el empresario al referirse a este punto.
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Griebeler comentó que Cell Shop se ha destacado por ser una empresa que contribuye y cumple con sus deberes, además de convertirse en uno de los mayores aportantes al Instituto de Previsión Social (IPS) en la capital del Alto Paraná.
Según mencionó, lo que siempre han buscado es un sistema para fomentar el turismo de compra en la frontera, de manera que tengan esa posibilidad de hacer frente a las tiendas libres de impuestos que se han convertido en su principal competencia.
Debido a la crisis que deben afrontar hoy día, Cell Shop anunció que ha tomado la decisión de mudarse a la vecina ciudad de Foz de Yguazú a fin de seguir con sus operaciones ya en el lado brasileño.
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Con esta medida, se estima que unos 700 empleados se quedarían sin posibilidad de seguir trabajando, convirtiéndose en un duro golpe para el sector del empleo en CDE.
Fuente: HOY