- Fotos: Néstor Soto
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al abogado Carlos Palacios, asesor jurídico de Horacio Cartes, para abordar los aspectos técnicos del levantamiento de las sanciones contra el presidente del Partido Colorado. Luego, en un segundo segmento, charla con el politólogo Víctor Genes sobre las implicancias políticas que podría tener este hecho de cara a las elecciones internas, municipales y presidenciales.
–Queremos profundizar en un aspecto más técnico respecto de cómo fue este proceso de reivindicación desde la técnica de los abogados. ¿Qué se puede decir de la primera acometida de un proceso que es tan voluminoso?
–Cuando se anunció la sanción de la OFAC (Oficina de Control de Bienes Extranjeros) al señor Cartes y a sus empresas en enero de 2023, para nosotros fue una sorpresa. Sin embargo, previamente ya habíamos estado analizando las causas que habían motivado aquella primera sanción que le aplicaron al señor Cartes en junio de 2022, cuando le cancelaron su visa a él y a sus hijos. Empezamos un trabajo dinámico con un estudio americano, tratando de abordar esa primera cuestión de la cancelación de las visas y cómo tratar de revertir esto, partiendo de la demostración de que ninguna de las alegaciones que se habían anunciado en ese comunicado de la embajada tenían sustento. Nuestra expectativa era que este tema quedase en una cancelación de visas y que eso iba a ser fácilmente revertible en razón de que las causales que se invocaron no tenían ninguna base, no había ninguna evidencia de los hechos que se le habían imputado. Entonces, cuando viene la segunda sanción más drástica, que fue la sanción económica en enero de 2023, ya había un trabajo previo bastante avanzado. A partir de allí lo que se hizo fue ahondar todavía más en aquel trabajo previo para tratar de preparar la defensa del caso.
–Debe ser, estoy buscando un sinónimo para angustiante, llevar un proceso en el que la parafernalia mediática corre a una velocidad y un proceso judicial corre a una velocidad diferente, ¿no?
–Sí, totalmente. Y además que en estas decisiones administrativas que toma el Gobierno americano, a diferencia de lo que ocurre con un proceso judicial, uno no tiene fácilmente acceso a lo que llamaríamos el expediente administrativo en el cual se basó finalmente esa decisión, más allá del comunicado de prensa de la embajada. Entonces, el trabajo primero consiste en recopilar esa información recurriendo a peticiones dirigidas a las autoridades de los Estados Unidos. Allá rige también una ley parecida a la que nosotros tenemos acá, que es el libre acceso a la información pública. Entonces, una persona afectada por una sanción tiene derecho a peticionar el acceso al expediente. Y finalmente cuando la sanción de la OFAC se anunció en el mes de enero, lo primero que hicimos fue tratar de acceder a los antecedentes administrativos de esa sanción para entender con mayor detenimiento cuáles fueron las causales y cuáles fueron las evidencias en que se basaron esas acusaciones.
HERRAMIENTAS POLÍTICAS
–Supongo que es un lugar difícil litigar en un proceso que no se sustancia en un tribunal, sino en un estadio raro como cuando los senadores hacen un juicio político, pero este es más político que juicio digamos.
–Totalmente. Esa fue la principal dificultad posiblemente porque como las leyes de sanciones finalmente constituyen herramientas que utiliza el Gobierno americano para desarrollar sus políticas internacionales y como se había anunciado en aquel momento por parte del embajador que esta era una medida unilateral tomada por el Gobierno de los Estados Unidos y esa fue la palabra que utilizó, una decisión unilateral, donde hay un alto grado de discrecionalidad, que no es lo mismo que arbitrariedad. Discrecionalidad en el derecho administrativo es la facultad que tiene la autoridad de tomar una decisión con base en ciertos criterios según lo que ellos consideran que es su conveniencia, son sus intereses. Acá, a diferencia de un expediente judicial, no había esos elementos, no estaban puestos sobre la mesa. Por eso yo creo que esa fue una de las principales dificultades, tratar de desentrañar las causales reales y las evidencias.
–¿Y ya hay mayor claridad al respecto de dónde procedían los insumos para esta toma de decisión por parte del Gobierno de los Estados Unidos?
–Yo creo que finalmente esto se levanta porque se demostró que las evidencias que se tomaron en consideración para la aplicación de estas sanciones estaban basadas principalmente en informaciones periodísticas. Este informe que se contrató con una agencia de investigación de Londres, muy reconocida por el Gobierno americano, demostró a través de un informe interesantísimo, que lastimosamente nosotros no podemos compartir por acuerdos de confidencialidad, cómo cada vez que por ejemplo se levantaba alguna acusación infundada contra el señor Cartes durante el gobierno anterior, eso era magnificado pero de una manera exponencial por ciertos medios. Luego, haciendo un análisis más profundo se ve que más allá de esa difusión masiva que se había hecho de estos hechos no había en la base ninguna sustancia ni ninguna evidencia como para decir efectivamente esto ocurrió y esto fue así y, por lo tanto, le podemos atribuir a este señor tales y cuales hechos. Muchas de las evidencias estaban fundadas en informaciones de fuentes abiertas que se diseminaron a través de distintos medios. Y además sirvió de mucho también demostrar que algunas de las acusaciones que se le habían hecho terminaron siendo desestimadas incluso por la propia justicia.
–¿Esta decisión del Gobierno de los Estados Unidos facilita ese proceso que se había hecho por denuncia falsa de cara al futuro?
–Yo creo que son cosas que corren en forma paralela. En el caso de la sanción aplicada por el Gobierno americano nosotros trabajamos sobre esas alegaciones concretas que aparecieron en los informes de prensa y ahí es donde se pudo justificar que eso no tenía sustento. Esta denuncia que estás mencionando se dio acá en Paraguay, pero no formó parte de nuestra línea de defensa ante el Departamento del Tesoro y ante el Departamento de Estado.
JURISPRUDENCIA
–No creo que haya existido precedentes respecto de una batalla legal de este tipo, ejerciéndola desde las artes de la abogacía en una confrontación con un gobierno que acusa, pero no tiene que demostrar digamos.
–Sí, pero a pesar de que lo que mucha gente puede pensar, hay precedentes de levantamiento. Es decir, el Gobierno de los Estados Unidos toma estos pedidos de reconsideración y los analiza y cuando encuentran méritos para revertir su decisión lo hace. En Estados Unidos se respetan mucho los precedentes y con base en los precedentes positivos uno va construyendo su línea de argumentación para decir este caso es similar a aquel otro y por lo tanto en este caso también corresponde que se me levante la sanción.
–¿Hay algún impedimento para la reconstitución de todas las actividades comerciales y empresariales del grupo?
–No, no existe ninguno. Desde el momento en que se hizo este anuncio el lunes, todas las sanciones fueron levantadas y va a depender de la voluntad del señor Cartes decidir si él quiere o no volver a dedicarse en forma directa a las actividades empresariales. Él ya no tiene hoy ningún impedimento para desarrollar nuevos negocios, retomar el control de algunas empresas. Lo más importante es poder rehabilitar todas sus cuentas acá y en el extranjero. Esta fue una de las consecuencias más drásticas, el habérsele privado de la posibilidad de tener siquiera una cuenta bancaria. Todo eso se terminó.
“EL OFICIALISMO TENDRÁ UNA MAYOR CONSTRUCCIÓN DE PODER”
En la segunda parte del programa, el politólogo Víctor Genes analizó las implicancias políticas que podría tener el levantamiento de las sanciones en el debate y el desarrollo de las elecciones municipales y presidenciales. Genes sostiene que la disidencia colorada aumentará el tono de la confrontación al tiempo que esta es la oportunidad de la oposición de desarrollar una agenda propia más allá del discurso anticartista.
–¿Cuáles son las consecuencias políticas inmediatas de este levantamiento de la sanción?
–Primeramente, hay que tener en cuenta que las consecuencias inmediatas van a girar primero en torno al Partido Colorado, dentro del oficialismo que ya lo estamos viendo y también la disidencia. En segundo orden, dentro de la oposición y en un tercer orden también dentro de los medios de comunicación, que también tienen su agenda propia. Dentro del oficialismo mismo se va a desarrollar una mayor construcción del poder. Por otra parte, la oposición yo creo que va a empezar un poquito a descender ese ánimo que tenía respecto a los resultados que podrían tener esas sanciones que se habían establecido. Y para eso también hay que entender la política exterior americana.
–¿Qué podrías decirnos al respecto?
–Hay dos referentes contemporáneos. Uno es Walter Russell Mead, que es profesor de la Universidad de Florida, quien habla de que la política exterior se adapta según los intereses del país. Y tenemos allí también un teórico ruso, que es Alexander Sergunin, de la Universidad de San Petersburgo, que habla de que la política exterior americana de alguna otra forma es una mezcla de intereses estratégicos y conveniencia. Ahí está el problema cuando no se tiene una agenda propia y no se interpreta la perspectiva de estos teóricos. Se piensa que Estados Unidos puede mantener una misma línea o una misma política exterior sobre un país y eso es cambiante.
AGENDA REGIONAL
–Hay otro aspecto que me parece que es fundamental, que es que no siempre las políticas de los Estados Unidos van a incidir en determinada dirección y la muestra fueron las elecciones de 2023.
–La agenda de Estados Unidos no es concentrarse en Paraguay, la agenda de Estados Unidos es marcar una línea a nivel regional y en este momento Paraguay forma parte de ese esquema. Entonces, la no comprensión de pronto de esa línea política de Estados Unidos yo creo que es un error.
–Pero también hubo un embajador atípico, que bajó con una agenda muy marcada y esa agenda tenía que ver con Cartes.
–De igual forma, yo creo que no tener una lectura muy precisa de la política exterior de Estados Unidos y su perspectiva a veces puede ser un error en el desarrollo de las agendas propias a nivel local. Tanto para la oposición, la disidencia o quienes trabajen en torno a esa agenda coyunturalmente podría ser útil, pero a largo plazo, no. Y el problema es que cuando no se desarrolla una estrategia a largo plazo, eso tiende a debilitar la construcción de poder. Y a cambio fortalece la construcción del poder del oficialismo. La oposición tendría que aprovechar este proceso para tener una agenda propia.
POLARIZACIÓN
–¿Esto va a profundizar la polarización?
–Absolutamente. Cartes al instalarse nuevamente como un líder, si bien ya es líder dentro del Partido Colorado siendo presidente, actualmente va a estar con una libertad y un liderazgo más sólido y eso hace y obliga a la disidencia a tener que fortalecerse y a tener un discurso más frontal, a confrontar más con el cartismo. Y el cartismo tampoco va a ceder ese espacio o tampoco va a actuar de forma tímida como en cierta forma estaba actuando prudentemente.
–Un misterio para muchos es no solamente las victorias electorales que tuvo Cartes ya estando sancionado, sino el hecho de haber permanecido en los muestreos en una posición de privilegio. ¿Qué es lo que sucede entonces?
–Lo que pasa es que aún hay mucha añoranza del pueblo paraguayo hacia un Fernando Lugo y hacia un Horacio Cartes, que siguen siendo figuras que marcaron el país. Podemos tener divergencias entre lo positivo y lo negativo, pero marcaron la memoria del pueblo paraguayo. Hay una perspectiva de que “con Lugo yo tenía esto” y “con Horacio yo tenía esto”. Entonces, buscan nuevamente un liderazgo sólido. Y de ahí viene el miedo y el debate que se quiere instalar de la reelección, porque en términos reales una eventual candidatura de Cartes sería una victoria.

