El proyecto de ley que fue presentado el pasado 24 de julio ante el Congreso Nacional para su estudio “mejorará, en general, el ecosistema del transporte público”, apunta el viceministro de Transporte, Emiliano Fernández. Un técnico especialista insiste en la implementación del sistema ferroviario y los usuarios organizados reclaman participación. Aquí un panorama.
- Por Jorge Zárate
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- Fotos: Archivo / Gentileza
“Lo que buscamos es mejorar el servicio de transporte público y la economía de las familias, manteniendo bajo su gasto de bolsillo en movilidad”, resume el viceministro de Transporte, Emiliano Fernández. Se aspira a que sea “un servicio digno y con mejor velocidad para los desplazamientos con vías preferenciales e inversión vial constante”.
“La idea es mejorar aspectos financieros, generar o atraer a empresas solventes, incorporar flota nueva, dar un mejor servicio a los actuales usuarios y atraer a nuevos”, agrega.
Expone que “El bus que viene” es un proyecto integral que abarca ejes de gobernabilidad, modelos de contratación, financiamiento y planificación metropolitana. “Además de seguir cubriendo Asunción y alrededores proponemos mecanismos para extendernos a nuevas áreas metropolitanas, como Ciudad del Este o Encarnación. La futura ley nos permitirá llegar al interior”, asegura.
Aquí su diálogo con La Nación/Nación Media:
–Una vez aprobado por el Congreso, ¿cuál estima que será su plazo de ejecución?
–La ley, una vez aprobada, será permanentemente ejecutada. Si hablamos de las mejoras más importantes se prevé que se inicien en 2026. La idea es que haya servicios nocturnos, incorporación de buses eléctricos, construcción de estaciones de cargadores, información de servicios de transporte público metropolitano en Google Maps, entre otros.
PILARES CENTRALES
–¿Qué montos de inversión involucran en sus diferentes fases?
–Uno de los pilares centrales es la renovación y ampliación de la flota con la incorporación de buses 0 km, tanto a combustión como eléctricos. Se estima una inversión de 300 millones de dólares para renovar 1.000 unidades, cifra que representa la cantidad de buses que alcanzarían su vida útil antes de finalizar el actual periodo de gobierno. La incorporación de estos nuevos vehículos será impulsada principalmente por el sector privado a través de procesos de licitación que adjudicarán tanto la operación como la provisión de flota. El esquema de financiamiento prevé que los pagos correspondientes a la operación y la inversión en flota se realicen dentro del propio sistema, mediante el mecanismo de tarifas técnicas, subsidios y pasajes.
–¿Cómo se hace para ordenar un sistema tan difícil de administrar como el que se tiene ahora?
–La propuesta de ley de reforma otorga las herramientas jurídicas necesarias para avanzar en el ordenamiento del sistema. La ley nos habilita a reordenar itinerarios, generar instrumentos de planificación, establecer un nuevo esquema de financiamiento y aplicar diversas medidas que contribuirán al reordenamiento, pero de manera gradual.
–¿Cómo funcionará el fideicomiso previsto para administrar los fondos del sistema?
–El fideicomiso, en esta ley, es un fondo creado con todo el dinero generado por el sistema de transporte, gestionado por la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD). Entre las fuentes de recursos estarán las cargas por los usuarios en sus tarjetas, los subsidios que otorga el Estado, determinadas multas, cánones que pudieran pagar las empresas, entre otros. La idea es que desde este fondo se pague a todos los prestadores, es decir, a los que proveen los buses, a las empresas operadoras, a quienes proporcionan los patios de estacionamiento para los buses, etc. El MOPC será el fideicomitente de este fondo.
POLÍTICA TARIFARIA
–¿Cómo serán los beneficios a estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidad?
–Se prevé la elaboración de políticas tarifarias con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a fin de definir los beneficios para las poblaciones más vulnerables. Cabe resaltar que estos no se modifican y que, además, el proyecto de ley incluye otros beneficios como descuentos por uso frecuente e integración tarifaria (transbordos gratuitos o a menor costo).
–¿Qué rol jugarán los empresarios del transporte? ¿Hay espacio para los actuales concesionarios?
–Se prevé que los operadores que se inserten en el nuevo modelo tengan experiencia y se acceda por vía competitiva, mediante licitaciones que estarán abiertas para cualquier empresa, nacional o internacional, en las cuales podrán participar los actores actuales. Buscando una transición ordenada, se incentiva la creación de consorcios para postular a las nuevas licitaciones.
–¿El plan involucra el ensamblaje de buses en nuestro país?
–Todo este conjunto de mejoras motivará en las decisiones de empresas para ensamblar buses en Paraguay. De hecho, ya se cuenta con el proyecto de la empresa Master Bus de Taiwán –que apunta tanto a Paraguay como a la región– y otros proyectos que están siendo monitoreados principalmente por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
DESCENTRALIZACIÓN DEL SISTEMA
Fernando Maidana, arquitecto urbanista especialista en transporte, considera que en Asunción y Central se necesita “un reordenamiento de la gobernanza del sistema, ya que actualmente hay una descoordinación de los buses interdepartamentales, los buses metropolitanos y los buses municipales”.
Apunta por ello que el proyecto gubernamental que estudia el Congreso “en su redacción actual propone ajustes administrativos para el sistema de transporte público. Necesitamos que el Viceministerio de Transporte delegue la planificación y operación de los servicios de buses a las gobernaciones para que el Gobierno Nacional se pueda encargar de reintroducir y operar el sistema ferroviario en Paraguay”, expone.
Para ello propone “un plan ejecutivo que establezca en detalle las características del servicio que se quiere alcanzar y una propuesta financiera, que logre efectivamente colocar inversión en el mejoramiento de la infraestructura y de la calidad del servicio del transporte público”.
Maidana, que tiene una maestría en Planificación y Políticas Urbanas en Rotterdam, Países Bajos, considera que para mejorar el sistema se deben tener en cuenta cuestiones técnicas como malla de itinerarios, cálculo de buses necesarios en cada itinerario, frecuencias de buses en cada itinerario y un cálculo presupuestario para cada itinerario”.
El urbanista, con experiencia en políticas y proyectos de planificación territorial y del transporte, enfatiza que de manera inmediata se requeriría “revisar la tarifa técnica para saber el costo real del pasaje”.
USUARIOS PIDEN PARTICIPACIÓN
Gustavo Espínola y Griselda Yúdice, de la Organización de Pasajeros del Área Metropolitana de Asunción (Opama), señalaron que “como pasajeros creemos que de manera inmediata el Viceministerio de Transporte (VMT) debe impulsar cambios como carriles exclusivos, renovación de la flota, reingeniería de los itinerarios, paradas cada 500 metros y tarifa integrada (transbordo gratuito)”.
“Vemos una coincidencia de todos los sectores, sean pasajeros o no, de que el sistema de transporte público debe mejorar. Pero también se debe ser claro en cómo se va a solventar esta reforma, los detalles sobre la financiación y la calendarización de la ejecución de la reforma”, consideraron.
El proyecto de ley plantea nuevas modalidades de división del servicio, “que pueden salir bien como también pueden salir mal si no se fortalece la capacidad pública para el control del sector privado. Además, los pasajeros exigimos tener más participación en las decisiones que afectan a nuestra movilidad, al mismo nivel que los empresarios”, reclamaron.
Pidieron a su vez “avanzar en mecanismos de generación de datos y transparencia de toda la información referente a movilidad. Los datos sobre tarifa técnica, subsidio, resolución de frecuencias, cantidad de pasajeros, presupuesto deberían ser públicos y de fácil acceso para la ciudadanía, y habilitar un mecanismo de denuncia para los pasajeros”, concluyeron.
SERVICIO IMPRESCINDIBLE
El viceministro de Transporte destaca que “un tema esencial del proyecto es la declaración del servicio de transporte público metropolitano de pasajeros como un servicio público imprescindible”. Lo hace entendiendo que “eso le dará una mayor fuerza jurídica para exigir a los concesionarios que brinden servicios todos los días independientemente de las circunstancias”.
Esto significa en términos prácticos “que el servicio no puede parar. Se debe garantizar continuidad y regularidad incluso frente a episodios de paros y huelgas bajo pena de sanciones muy fuertes. Si bien esto de la imprescindibilidad ya estuvo en la Ley 1626 “De la función pública” y se puede interpretar de la nueva ley del servicio civil, lo cierto es que no estaba en la ley del transporte, en la ley especializada, como proponemos ahora”, apunta.
“La otra herramienta importantísima es que vamos a firmar contratos separados para la provisión de los buses y la operación. Los buses van a ser pagados por la disponibilidad para el sistema, independientemente de quién los opere. Así, cuando un operador falla y tiene que retirarse, los buses van a seguir trabajando y pasarán al nuevo operador, porque son contratos separados”, expone.
ALGUNOS DATOS
La flota de buses pasó de 2.500 a 1.782 en los últimos años.
A pesar de la renovación de 2015, la antigüedad de la flota es de 11,54 años promedio.
En los últimos 20 años el diésel aumentó un 3 %, los salarios en un 7 % y los costos de los vehículos un 4 %, mientras que el pasaje mantiene su precio hace 10 años gracias a los subsidios.
Hace 20 años había 60 empresas concesionarias. Hoy en día son 33.
Fuente: Datos consignados en el proyecto “El bus que viene” remitido al Congreso