- Jimmi Peralta
- Fotos: Gentileza
Paraguay y Brasil se encuentran en un diálogo permanente en los códigos de la asimetría entre ambos. El contexto internacional, la coyuntura energética próxima y los planes estratégicos del vecino país son algunas de las variables que despiertan las alertas para un necesario análisis de las relaciones bilaterales. Aníbal Orué Pozzo analiza en su nuevo libro el complejo entramado del vínculo entre ambos países y los temas pendientes de solución.
El docente e investigador de la Universidad Nacional del Este (UNE) y de la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (Unila) Aníbal Orué Pozzo presentó esta semana el libro “Paraguay y Brasil. Entre la amistad y el conflicto”, que aborda la historia y explica los tensores que sostienen el vínculo entre ambos países.
–¿Cuál es la génesis de la línea de investigación que presentás en este libro?
–En 2009 voy a Ciudad del Este para dar clases en las maestrías de Ciencias Sociales y descubro una frontera totalmente distinta a la que tenía en mente hasta ese momento. Para muchos de nosotros que estuvimos involucrados en la lucha antidictatorial, Ciudad del Este –antes Puerto Presidente Stroessner– era una ciudad visceralmente estronista y cuna de la militancia más radical de este grupo. A partir de mi presencia en la Universidad Nacional del Este (UNE) y en los cursos de posgrado comienzo a conocer una ciudad y sus habitantes con otra mirada y perspectiva.
–¿Cómo influye la presencia brasileña en ese escenario que encontró?
–Es fundamental la mirada hacia las relaciones con Brasil: el turismo de comercio, el agronegocio, etc. La ciudad visceralmente estronista ha cambiado. Estas dos grandes actividades han permitido que sus habitantes de alguna manera se comporten de manera más independiente de los tradicionales controles políticos. Es en ese contexto en el que comienzo a trabajar e investigar cómo y de qué manera las relaciones bilaterales con Brasil están fuertemente presentes en ese territorio del este y, por extensión, en el país.
ABORDAJE INTERDISCIPLINARIO
–¿Qué metodología de investigación y marco analítico adoptás para abordar estos temas?
–En los últimos años se han podido conformar varios núcleos que estudian las relaciones Paraguay-Brasil desde perspectivas diferentes. El abordaje siempre es interdisciplinario buscando integrar diversos procedimientos metodológicos y una perspectiva amplia de estas relaciones.
–¿A cuándo se remontan estas relaciones y cómo podrían ser definidas?
–Desde el inicio oficial de las relaciones entre Paraguay y Brasil en 1844, con el reconocimiento de la independencia de Paraguay por parte del Imperio de Brasil, las relaciones entre estos dos países tuvieron momentos sumamente tensos y otros de fluidez. No es posible olvidar que las tropas de Brasil ocuparon Paraguay hasta junio de 1876, cuando finalmente abandonan el territorio nacional, pero continúan controlando políticamente el país.
EL “GIRO”
–¿Cómo fue evolucionando esta relación con el tiempo?
–A partir de los años 40 del siglo XX aproximadamente, Brasil da nuevos pasos tendientes a estrechar relaciones con sus vecinos, entre ellos Paraguay. El entonces presidente de Brasil, Getulio Vargas, visita oficialmente el país en 1941. Con esta visita se da un “giro” en las entonces muy tenues relaciones entre ambos países. Hasta entonces Argentina dominaba las preocupaciones de la política exterior de Paraguay. Con esta visita de Vargas se abren las puertas para profundizar las relaciones bilaterales: presencia de una misión militar de Brasil en el Ejército paraguayo, centrada en la División de Caballería; apertura de una agencia del Banco de Brasil, inicio de intercambio cultural de estudiantes paraguayos a Brasil, entre otros procesos.
–¿Cómo se fue afianzando esta relación durante la dictadura?
–Entre los años 1956-1958, se da la firma de varios acuerdos y convenios con Brasil para la construcción de la carretera Oviedo-Presidente Franco (posteriormente con la fundación de Puerto Presidente Stroessner en 1957 se reorienta hacia esta ciudad), estudios de factibilidad para una represa sobre el Acaray-Monday, construcción del puente de la Amistad y otros tantos acuerdos que llevarán a unir Asunción con el puerto franco de Paranaguá a fines de la década de los 60. Son momentos de relativa euforia en estas relaciones bilaterales con ambos países controlados por gobiernos militares.
TEMAS PENDIENTES
–¿Qué papel juega en esta relación la inmigración brasileña, especialmente en el campo productivo?
–Considero que contemporáneamente existen dos grandes temas que deben ser encarados seriamente con Brasil. Uno de ellos es la regularización de las ocupaciones irregulares y la violencia en estas ocupaciones por parte de propietarios brasileños en territorio del este paraguayo. El segundo tema es la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú. Para que Brasil emerja y se constituya en un país líder de la región, estas dos situaciones complejas y tensas deben ser encaradas y solucionadas. Es imposible pensar en relaciones bilaterales horizontales, solidarias y que piensen en la integración regional sin que estos problemas sean solucionados.
–En el plano geopolítico ¿qué rol pretende ejercer Brasil en el mundo y la región, y qué papel cumple Paraguay en ese proyecto?
–Brasil busca posicionarse en el contexto de las relaciones sur-sur y en América Latina como el país que ejerce el liderazgo político y social. Sin embargo, para que este proceso llegue a buen puerto no puede continuar subalternizando a otros países. Debe corregir estas asimetrías existentes y tener con sus vecinos relaciones más horizontales y solidarias. Son estas contradicciones las que llevan a Brasil a comportamientos disímiles en algunos momentos: amigables en ciertas circunstancias, más tensas en otras.
IMPACTO REGIONAL
–¿Qué pasa cuando las relaciones son más cercanas?
–Cuando por una serie de convenios y acuerdos, la relación se estrecha en términos bilaterales, esto introduce un giro geopolítico en la región, pues Paraguay se “aleja” –aunque no se distancia– de la Argentina, introduciendo una nueva relación en la región. Es decir, para que Brasil ejerza una relación de liderazgo en la región debe solucionar problemas con sus vecinos, entre ellos Paraguay. En esta clave, la “solución” del Tratado de Itaipú debe ser encarada seriamente por este país. Este sería un acuerdo de doble vía. Paraguay también debe tener una política externa pensada en sus intereses.
–¿Cuáles serían algunas posibilidades para llegar a negociaciones más beneficiosas en un contexto global donde se hace gala del poder del más fuerte?
–Brasil publicó como política oficial de integración en octubre de 2023 “Rutas de integración sudamericana”, en el cual traza sus entendimientos y asume una acción respecto a los procesos de integración deseados por ese Estado. Paraguay no puede simplemente aceptar o tomar eso como obvio para en 30 o 50 años más tarde reclamar nuevas propuestas que en su momento no se han expresado. Nosotros también debemos pensar políticamente la región y cómo el país puede integrarse nacionalmente con beneficios para toda la población.