- Jorge Zárate
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Dos equipos de estudiantes paraguayos participaron recientemente de eventos mundiales que exigen un altísimo nivel de preparación académica, dejando bien alto la bandera paraguaya: la Olimpiada Mundial de Química, en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, y Olimpiada Internacional de Matemática, en Sunshine Coast, Australia.
“¡Fue sin duda la mejor experiencia de mi vida!”, dice Daftin Schenk, uno de los miembros del equipo nacional que intervino del 5 al 14 de julio en la Olimpiada Mundial de Química, IChO (International Chemistry Olympiad), en Dubai. “Estar rodeado de personas de más de 100 países en un mismo hotel, poder ir a hablar con cualquiera en cualquier idioma, es algo increíble”, apunta.
“Estuve aprendiendo con gente de otros países cómo ven ellos la química, cómo la viven, cómo la estudian lo que me dio más motivación para seguir estando en este mundo de la química, de la ciencia, del conocimiento”, agrega. “Es muy distinto cómo cada uno ve todo, fue superinteresante estar discutiendo sobre temas de química”, refiere.
Fabricio Marín cuenta que “lamentablemente no nos fue como esperábamos, fue como un golpe de realidad la brecha de nivel que hay en comparación con otros países, pero de todas maneras, fue una experiencia increíble, aprendimos bastante, pudimos socializar con personas brillantes de todo el mundo, sobre todo cuáles eran sus técnicas de estudio y cómo se prepararon para la competencia. Conocimos nuevas culturas aprendimos e hicimos muchos amigos”, reseña.
Para Ezequiel Rojas, “a pesar de aún no haber logrado una medalla, cada año Paraguay va mejorando su rendimiento en la IChO, y este año no fue una excepción”, apunta. “Para la preparación: para el examen teórico, estudiamos varios libros de la química mientras realizábamos problemas similares a los de la Olimpiada. Para la parte práctica, realizamos las prácticas que el comité recomienda manejar. Fueron problemas que nunca antes habíamos visto, pero siempre resultaron interesantes y divertidos de resolver”, comenta.
Pablo Sanabria considera: “Hicimos y dimos lo mejor de cada uno y espero realmente que algún día el país llegue a obtener alguna medalla o mención. Respecto a la experiencia, en mi opinión fue muy buena (diría que fue uno de los mejores momentos de mi vida) aprendimos mucho sobre la cultura y vida de los demás países, conocíamos muchas personas e hicimos varios amigos, además de conocer la belleza de los Emiratos Árabes Unidos y su gente”.
La evaluación es positiva también para Luján Simón, la tutora de laboratorio de la Competencia Nacional de Química: “Por sobre todo, volvemos con el compromiso de seguir promoviendo la ciencia en nuestro país”, apunta.
Luján, exganadora de la Competencia Nacional de Química y actual coordinadora de Olimpiadas Internacionales, cuenta que “en el examen práctico, los estudiantes debieron resolver problemas que abarcaban diversas ramas de la química, incluyendo la síntesis, la determinación de concentraciones y la caracterización de complejos y compuestos orgánicos. Para ello, utilizaron técnicas como cromatografía en capa fina (TLC), titulaciones complejométricas y espectrofotometría UV-Vis, entre muchas otras. Estas tareas no solo evaluaban conocimientos técnicos, sino que también fomentaban el pensamiento crítico, experimental y multidisciplinario. El examen tuvo una duración de cinco horas y se realizó de forma individual”, expone.
DURO EXAMEN
Pablo Sanabria explica que enfrentaron problemas complejos que se resolvían a la par de jóvenes talentos de todo el mundo: “El examen tanto práctico como teórico tenía una duración de 5 horas cada uno, en las cuales debíamos resolver los problemas y en algunos casos explicar nuestros procedimientos”.
De acuerdo a su experiencia y “hablando con los demás participantes, siento que como país debemos crecer más en educación, aquí en Paraguay tenemos potencial, solo que necesitamos más apoyo de parte de las diversas instituciones para poder destacarnos en esta y otras competencias académicas”, apunta.
Fabricio Marín entiende que se necesitaría más “respaldo del Gobierno. Me gustaría que a futuro las autoridades del Ministerio de Educación (MEC) tengan más consideración sobre estos temas que tienen relación con la ciencia e investigación, sabemos que existe un déficit en cuestiones de financiamiento o ayuda económica”, apunta.
“Tuvimos que autogestionarnos en varias situaciones para realizar esta representación. Paraguay tiene un potencial en estos temas y debe ser considerado como posible generador de futuros investigadores que aportarían al desarrollo del país”, señala.
Schenk analiza los exámenes: “Para mí fue sorprendente porque yo casi no tengo preparación de laboratorio y fue supercompleto. Pude deducir qué tenía que hacer, entender lo que estaba ocurriendo. Mi parte favorita fue un experimento de determinación de desconocidos, un análisis cualitativo mediante experimentos, un montón de reacciones y para mí fue superincreíble, fue el que mejor me salió, también porque me encanta todo lo que es la parte orgánica de la química”.
Dice que en el teórico se le pasaron “volando” las 5 horas de tiempo: “Estoy muy motivado para el próximo año para volver a participar y conseguir algo, porque es posible, por más de que seamos un país que no tiene los mismos estándares de educación, se le mete mucha pasión”.
Para la coordinadora Luján, “llevar un equipo completo a esta olimpiada representa un logro significativo para nosotros, fruto de un gran esfuerzo tanto en lo económico como en lo académico. Contar con una delegación completa no solo refleja el compromiso y la preparación de los estudiantes, sino también de sus familias y las personas que hicieron eso posible. Es una señal de que estamos avanzando y nos inspira a seguir trabajando para llegar cada vez más lejos en futuras ediciones de la olimpiadas”.
MENCIÓN DE HONOR EN MATEMÁTICAS
La Olimpiada Internacional de Matemática (IMO, su sigla en inglés) consiste en una competencia de dos jornadas, con pruebas de cuatro horas y media cada día, en las que los participantes deben resolver seis problemas matemáticos de alta dificultad.
Por su nivel académico y el rigor de la evaluación, es reconocido como el Mundial de las Matemáticas, y representa una oportunidad única para que los jóvenes compartan con pares de todo el mundo en un entorno de excelencia científica.
Paraguay participa regularmente desde 1997, y ha obtenido hasta la fecha 1 medalla de plata, 11 medallas de bronce y 29 menciones de honor, logros que reflejan el compromiso y la calidad del proceso formativo liderado por la Organización Multidisciplinaria de Apoyo a Profesores y Alumnos (OMAPA).
En ese marco celebraron que “el estudiante Éver Moisés Ortega Portillo haya obtenido una Mención de Honor, uno de los reconocimientos más importantes que se otorgan en esta exigente competencia internacional”, indica Jorge Torres Amarilla de la OMAPA.
Lo hizo recordando que una Mención de Honor “se concede a los participantes que, si bien no han alcanzado medallas de oro, plata o bronce, han demostrado una habilidad sobresaliente al resolver problemas de alta complejidad de manera perfecta. En esta edición, Éver logró resolver dos problemas de manera perfecta, presentando soluciones completas, correctas y rigurosamente justificadas, que evidencian un profundo entendimiento de los desafíos planteados”, reseña Torres.
UNA EXPERIENCIA EXTRAORDINARIA
La delegación paraguaya que participó en la Olimpiada Internacional de Matemática (IMO) 2025 estuvo conformada por Stefany Fiorella Velázquez Ferreira (PAR 1), Fernando Daniel López Bobadilla (PAR 2), Alejandro Manuel Almaraz Aquino (PAR 3) y Éver Moisés Ortega Portillo (PAR 4), seleccionados por su destacado desempeño en el Programa Jóvenes Talentos de OMAPA. Acompañaron al equipo la ingeniera Carmen Sánchez, como líder de delegación, y Édgar Elizeche, como tutor. Aquí el diálogo del equipo con Nación Media:
–¿Qué pueden destacar de la experiencia de la Olimpiada Mundial de Matemáticas?
–Haber tenido la oportunidad de poder compartir con personas de diferentes países y culturas, conocer en persona a olímpicos, exolímpicos y profesionales del área de matemáticas y conectar con estas personas durante la semana de la competencia.
–¿Qué nos pueden contar de su paso por Australia, qué les llamó más la atención?
–Australia es un país muy lindo y con mucha diversidad, durante la olimpiada pudimos visitar un parque de diversiones y el zoológico. Lo que más nos llamó la atención fueron los distintos animales que pudimos ver en la visita, como los canguros, los koalas y las suricatas.
–¿Qué elementos de preparación creés que podrían ser útiles para las olimpiadas de matemáticas?
–Existen en internet muchos materiales teóricos y prácticos para resolver problemas de olimpiada, pero lo más importante siempre es ser constante, dedicarle el tiempo suficiente y esforzarse por alcanzar la meta.
–¿Por qué alentarías a los jóvenes paraguayos a intensificar el estudio de las matemáticas?
–Porque a través de las matemáticas se descubren muchas cosas, es también un complemento para otras ciencias como la física, por ejemplo, y es útil en todos los ámbitos.
Porque es realmente una muy linda experiencia la de participar en una olimpiada de matemáticas, no se trata solamente de hacer ejercicios de matemáticas, sino de resolver desafíos usando herramientas matemáticas. Animaría a otros jóvenes a comenzar con la olimpiada nacional, que comiencen a entrenar a partir de ahí, porque con suficiente esfuerzo y dedicación se puede llegar a las olimpiadas internacionales.
TRADICIÓN EN COMPETENCIAS MATEMÁTICAS
La Organización Multidisciplinaria de Apoyo a Profesores y Alumnos (OMAPA) promueve la participación de los jóvenes paraguayos en la Olimpiada Nacional Juvenil de Matemática.
Luego, invita a los estudiantes con mejores resultados a formar parte del Programa de Iniciación Científica con Énfasis en Matemática para Jóvenes Talentos, en el cual los participantes adquieren un entrenamiento especializado en olimpiadas de matemáticas y entre los mismos se selecciona nuevamente a los mejores para representar a Paraguay en las Olimpiadas Internacionales.
El Programa Jóvenes Talentos “es el único en su tipo en Paraguay, tiene alcance nacional y probada efectividad a nivel internacional, ya que muchos de los alumnos que recibieron esta capacitación se encuentran hoy día becados en renombradas universidades de diferentes países”, se indicó.
Entre ellos se encuentra Ángeles Cibils Bernardes, la primera mujer paraguaya admitida y egresada del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Para formar parte de Jóvenes Talentos es necesario que el estudiante haya sido convocado por estar entre los finalistas de la Olimpiada Nacional de Matemáticas. Esta competencia se realiza cada año entre estudiantes de colegios públicos, subvencionados y privados de todo el país; en total cada año participan alrededor de 90 mil estudiantes, de los cuales solo 750 llegan al tramo final.
UNA OPORTUNIDAD PARA LA QUÍMICA
Industrias como la petroquímica, farmacéutica, agroquímica, alimentaria, textil, cosmética y de materiales se basan en procesos químicos. “La química está presente en todo lo que nos rodea; sin ella, no hay desarrollo en áreas clave como biotecnología, nanotecnología, ciencia de materiales, farmacología o energías renovables”, expone Luján Simón, tutora de laboratorio de la Competencia Nacional de Química.
“La química es fundamental para el desarrollo de un país porque está en el núcleo de los avances científicos, tecnológicos, industriales y ambientales. No solo impulsa la ciencia, sino también la salud, la economía, el ambiente y la tecnológica. Por lo tanto, la química es un pilar para el desarrollo sostenible, la innovación y la mejora de la calidad de vida de las personas en cualquier país”, reseña.
Simón entiende que “la química va ganando cada vez más protagonismo a nivel nacional; sin embargo, Paraguay aún enfrenta varios desafíos que dificultan un avance sostenido en esta área.
Entre ellos se destacan el financiamiento insuficiente para la investigación, la infraestructura limitada y, sobre todo, la falta de apoyo económico y educativo en el ámbito científico. Superar estas barreras es fundamental para impulsar el desarrollo de la química y su contribución al progreso del país”, reseña.
Si bien, la Competencia Nacional de Química (CoNaQ) y la participación de Paraguay en la Olimpiada Internacional de Química han marcado un antes y un después en el interés por la formación científica de jóvenes, “se requiere un fortalecimiento de la educación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, su sigla en inglés) y aumentar el nivel de enseñanza en química en muchas instituciones educativas, porque aún estamos lejos de alcanzar una educación equiparable a la de otros países de la región”, indica.
El gran desafío pasa por “reducir la brecha en cuanto a conocimientos y preparación de los estudiantes, especialmente cuando se trata de una olimpiada a nivel mundial, donde los países competidores cuentan con sistemas educativos altamente desarrollados, caracterizados por una formación estructurada, avanzada y rigurosa”.
Simón cuenta que se trabaja cada año “para mejorar el rendimiento de nuestros estudiantes y extender la olimpiada nacional a más departamentos del país. Confiamos en que, a través de estas competencias, contribuimos al aumento del nivel educativo en química y otras ciencias. Creemos firmemente que la educación es un factor clave para el progreso de un país. Por ello, necesitamos más apoyo e iniciativas que fortalezcan la educación científica y siembren esperanza en una nueva generación de jóvenes que, con esfuerzo y pasión, lleven el nombre del Paraguay cada vez más lejos”.