• Karina Ríos
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  • Fotos: Archivo

El Día del Ejército Paraguayo se recordó el pasado 24 de julio, fecha instaurada en conmemoración al natalicio del Mariscal Francisco Solano López. El origen de esta institución se remonta a 1813.

El 24 de julio pasado se conmemoró el Día del Ejército Paraguayo, fecha instaurada en honor al natalicio del Mariscal Francisco Solano López. La fecha fue electa según el decreto promulgado el 16 de setiembre de 1964 por el entonces presidente Alfredo Stroessner.

“El Ejército paraguayo, forjador de juntas, cónsules, dictadores y presidentes, tuvo su génesis en el Reglamento de Gobierno aprobado en el Segundo Congreso General de 1813”, según relata el historiador Ángel Piccinini, en entrevista con La Nación/Nación Media.

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Este reglamento fue redactado por primera vez por paraguayos, en su artículo 7 reorganizó y dividió las fuerzas militares entre los dos cónsules, asegurando que ambos compartieran igual poder.

Explicó que las primeras expediciones militares se realizaron en el actual territorio de Misiones, Argentina, durante el gobierno del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia, entre 1811 y 1834. Las primeras incursiones tuvieron éxitos y fracasos, pero permitieron aliviar el aislamiento comercial.

“En 1845, Carlos Antonio López selló una alianza con la provincia de Corrientes, el 11 de noviembre, y envió 2.040 soldados al mando de Francisco Solano López para apoyar la campaña contra el gobernador de Buenos Aires. Esta iniciativa respondió a la intransigente postura de Juan Manuel de Rosas, quien se negaba a reconocer la independencia paraguaya”, apuntó el historiador.

REBELIÓN Y DESERCIÓN

Piccinini indicó que el Ejército paraguayo llegó a Corrientes pobremente equipado, con graves déficits de vestuario, armamento y abastecimientos básicos, transportado en 16 barcos provistos por los correntinos.

“Federico de la Barra, testigo de la época, describió al grueso de la tropa como una ‘aglomeración vigorosa y lozana… sin educación táctica ni disciplinaria’, más parecida a estudiantes bulliciosos que a un ejército regular. A ello se sumaban el agotamiento por el calor extremo y la sed, obligando al ejército a avanzar a marchas forzadas”, relató. Agregó que estas condiciones derivaron en un foco de rebelión interna y algunos casos de deserción hacia febrero de 1846.

“Tres escuadrones de caballería intentaron arrastrar a la infantería con el objetivo de tomar el parque de artillería y marchar hacia Asunción. López reaccionó con rapidez y dureza: capturó al cabo mensajero, formó a la tropa al amanecer y mandó fusilar públicamente a los cuatro cabos instigadores. Así logró restablecer la disciplina”, manifestó.

ANIVERSARIO

El historiador indicó que Francisco Solano López fue, aparentemente, un buen diplomático. “Como plenipotenciario logró importantes acuerdos en Europa, facilitó la efímera unificación argentina en 1859 sin claudicar y logró contener la expedición brasileña de 1855 –compuesta por 20 cañoneras, 130 piezas de artillería, 2.061 tripulantes y 3.000 soldados de desembarco al mando del almirante Pedro Ferreira de Oliveira– mediante más de 45 días de negociaciones”, acotó.

Pero agregó que durante la guerra de la Triple Alianza, bastaba con que se le solicitara su renuncia al Gobierno y su exilio para terminar el conflicto. La negativa del mariscal llevó a la desaparición total del Ejército paraguayo en la batalla de Itá Ybaté y a la casi extinción del género masculino paraguayo.

“La elección del 24 de julio obedece más a razones políticas y simbólicas que a méritos militares. Esto relega a los héroes del Chaco a un segundo plano. Conmemorar una fecha vinculada a las victorias chaqueñas, justo al cumplirse 100 años de la campaña que otorgó al Ejército sus más altos laureles y artífices de la mayor expansión territorial paraguaya sobre lo que controlaba legítimamente”.

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