- Jorge Zárate
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- Fotos: Archivo/Gentileza
La compatriota Ana Benítez, magíster en Culturología, graduada en el Instituto Estatal de Cultura de Krasnodar, Rusia, lleva adelante un especial proyecto de investigación que buscará concretar en este año del Centenario de la Guarania. Indaga sobre el celebrado paso de José Asunción Flores con el objetivo de “unir la historia en común e impulsar el diálogo cultural entre Paraguay y Rusia”.
“Se sabe con certeza que nuestro compositor llegó específicamente a Moscú, en reiteradas ocasiones, incluso sus obras más emblemáticas fueron grabadas e interpretadas en formato sinfónico por el Coro y Orquesta de la Radio y Televisión de toda la Unión y dirigidas por el renombrado director de orquesta Yuri Ahronovitch y también contó con la participación del director de coro Klavdiy Ptitsa”, apunta la paraguaya Ana Benítez, magíster en Culturología, graduada en el Instituto Estatal de Cultura de Krasnodar, Rusia.
“Estas canciones fueron interpretadas en lengua rusa, lo que las hace sonar de manera peculiar para nuestros oídos, pero mantiene claramente los colores y el alma de nuestras guaranias”, dice comentando la reconocida obra de José Asunción Flores.
“A pesar de todo esto, no se cuenta con mucha información sobre lo que fue la vida de nuestro protagonista en sus viajes a Moscú”, señala la investigadora que indaga en documentos de las décadas de 1950 y 1960 en las que Flores visitó aquellas tierras.
El hecho de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) impactó en algunos archivos, situación que complica un poco la tarea. Igual se rastrean momentos claves de la carrera del gran músico paraguayo como ser la grabación del poema sinfónico “María de la Paz”, en Moscú, en 1967, y las grabaciones de guaranias entre 1968 y 1969 con la colaboración de Yuri Ahronovitch.
Se registra también que en 1971 médicos rusos lo habían tratado en Moscú y concluyeron que no le quedaban más de cinco años de vida a tal punto que falleció al año siguiente en su departamento del centro de Buenos Aires a los 68 años, víctima del Mal de Chagas.
“En general son documentos sobre su trabajo como compositor, que dan cuenta del estatus y reconocimiento que recibió de parte de la Unión Soviética y también la importancia hacia su figura como un representante de la música Latinoamericana”, indica.
CRÍTICA FAVORABLE
“Sabemos que luego de la presentación de uno de los conciertos de las obras de José Asunción Flores en Moscú, en el año 1969, una crítica señalaba que la música del Paraguay fue un “encuentro hacia lo desconocido, melodías que te llevan a algún lugar lejano, a algún rincón del continente latinoamericano”, cuenta Ana Benítez.
Sigue citando la crítica: “A pesar de no conocer en absoluto a los compositores de Paraguay, se da una natural alegría del público al descubrir ritmos y melodías inusuales, color orquestal y armónico, que hasta provocan nervios (esto expresado en ruso en buen sentido)”, apunta.
Agrega que en la música de Flores: “Se percibe la conexión con el folclore no solo en la temática, sino también en la estilística de sus obras, que también poseen un tono ligero, romántico elevado y a veces ditirámbico”. Al concluir aquel concierto, José Asunción elogió calurosamente a los intérpretes, oyentes y trabajadores de la radio. Sus palabras fueron: “Nuestro encuentro creativo debe fortalecer aún más los lazos fraternales entre los pueblos de la Unión Soviética y América Latina. Muchas gracias”.
Así, explica Ana, se puede ejemplificar cómo “es claro que el rol de José Asunción Flores para el desarrollo de la música paraguaya y su difusión fue claramente invaluable, su música fue positivamente recibida por el público soviético y Rusia le permitió hacerla llegar a varios lugares del mundo a partir de aquellas importantes grabaciones”, recuerda.
PROYECTO CONJUNTO
Benítez lleva adelante este proyecto “en conjunto y coautoría con la Embajada de Paraguay ante la Federación Rusa, representada por Víctor Hugo Peña Bareiro y según comentó, “se está realizando desde hace más de un año, un intenso trabajo de búsqueda y recopilación de informaciones que serán difundidos públicamente una vez concluida la investigación”.
“Se ha convertido en una travesía única porque nació en el sueño, de hace unos 10 años atrás de poder interpretar esas músicas grabadas en la Unión Soviética y entender cómo el maestro José Asunción Flores había llegado tan lejos con nuestra música, pero para eso se tenía que “viajar hasta Rusia y hablar en ruso”, apunta Ana, que también es cantante y actriz.
Como dato curioso, decidió ir a estudiar a Rusia tras participar en el Festival Mundial de la Juventud en Sochi en 2017. “Por suerte lo pude encarar de manera muy satisfactoria, ya que la mayoría de los materiales están en la lengua rusa, y hoy puedo leerlas y traducirlas yo misma, además de relacionarme con varias personas rusas que colaboran con nosotros así que creo que llegaremos a buen puerto”, concluye.
Una investigación premiada
La magíster en Culturología Ana Benítez está incursionando en el ámbito de la investigación científica y ha publicado en revistas académicas rusas. Su artículo “La Identidad Latinoamericana” fue premiado en el año 2024, por la “actualización del concepto de la Identidad Nacional”. Días pasados ha publicado otro artículo científico titulado “La diáspora rusa en Latino América: la cuestión del diálogo cultural”, ambos bajo la tutoría del PhD en Historia Dmitriy I. Gangur, del Instituto de Cultura del Estado de Krasnodar.
“El problema universal de la identidad latinoamericana, ante todo, es entender que está construida sobre múltiples identidades que están en constante desarrollo y transformación. Están en continua construcción y deconstrucción”, describe Benítez sobre su interés académico en ese elemento cultural.
También da clases ya que “los alumnos de maestría tenemos que enseñar sí o sí a los últimos cursos de la licenciatura. A mí me tocó enseñar la materia Cultura comparativa, donde estudiamos diversos tipos de culturas: latinoamericana, africana, occidental, asiática, etc. Tenemos que desarrollar todos los aspectos de cada cultura: lengua, religión, historia, vestuarios tradicionales, música, danza, gastronomía, etc.”, comenta.
Las clases van acompañadas con fotos y videos. “El sistema es una semana el profesor desarrolla una clase, por ejemplo: Cultura Latinoaméricana, en la que se tiene que mencionar aspectos generales. En la siguiente clase, los alumnos deben desarrollar profundizando ya cada país, por ejemplo, uno hablará de Paraguay, otro de México, Brasil, etc. Y así vamos mirando las diferentes regiones del mundo. En Rusia, se desarrollan los contenidos de manera conjunta profesor-alumno”, recuerda.
EL PRIMER PARAGUAYO EN TENER UN MONOLITO
En ocasión de la conmemoración de la independencia paraguaya, el pasado 14 de mayo se hizo un acto en Moscú. En él, el maestro José Asunción Flores fue homenajeado con un monolito, convirtiéndose en el primer paraguayo en tener un monumento conmemorativo en Rusia. La inauguración tuvo lugar en la Biblioteca de Literatura Extranjera M.I. Rudomino.
En la ocasión Ana Benítez tuvo un rol especial: “Pudimos homenajear al maestro cantando su misteriosa Guyraû; su romántica y sentida guarania ‘Nde rendape aju’ y su polca kyre’y ‘Gallito cantor’, con el dúo paraguayo-ruso que integramos con la pianista Eugenia Shinkareva”, cuenta. “¡Fue una verdadera fiesta!”, dice señalando que “fue emotivo e histórico, ya que su legado está más vivo que nunca, lo que nos enorgullece y fortalece”.
Benítez siente que “las obras de Flores son musicales y cósmicas. Tengo una búsqueda personal en cuanto a la interpretación vocal de sus obras, que si bien se prestan perfectamente para cantarlas con una técnica lírica me gustaría hacerlo de una manera más a mi estilo, más libre de la técnica pero sin perder la calidad del sonido. Sigo buscando como conectar con ella, pero lo que he descubierto es que la guarania en sí misma es como un ser místico, emociona explorar a través de ella, ofrece demasiados recursos interpretativos y gusta bastante al oído ruso. Es muy lírica y recuerda a los romances rusos. Intenté reproducir estas canciones en un estilo similar, y el resultado fue maravilloso”.
Sigue señalando que “con Yenia (Eugenia) emprendimos un viaje fantástico, ella no conocía absolutamente nada de la música paraguaya y hoy la ama profundamente y le encanta tocarla, incluso su hijo Fiodor, de 9 años, canta con fervor el kiriki (‘Gallito cantor’). Elegimos el Guyraû porque es bastante misterioso, dramático y conecta con nuestras raíces ancestrales, el arreglo musical lo hizo Natalia Basenko. ‘Nde rendape aju’ lo elegimos porque quería cantar una estrofa en ruso a partir de la versión soviética que existe de ella, entonces lo adaptamos, quedó bastante bien, porque al público le gustó mucho, empieza en guaraní y termina en ruso, también para mí es como un símbolo del viaje de esa canción que salió de Paraguay en guaraní y cuando llegó a Moscú con José Asunción Flores la adaptaron al ruso. Y por supuesto, no podía faltar el emblemático ‘Gallito cantor’, que era bastante escuchada en la época soviética y hasta la fecha algunas personas la recuerdan con mucha nostalgia porque era la cortina de Radio Moscú para Latinoamérica”, comenta la investigadora.
“Siempre soñé con cantarla, la escuché con letra por primera vez en la voz de Pachín Centurión y me enamoré de ella. Entonces, cuando se dio la oportunidad pedí que me la escribieran para piano y voz, y lo hizo en Paraguay el maestro Carlos Lombardo. La pianista Yenia cuando la empezó a tocar enloqueció un poco por la dificultad pero también por los matices y colores de la canción. El ‘Gallito cantor’ es una música que nos llama a despertar como país y a abrazar la esperanza”, apunta. Por su parte, la pianista comentó que “la música de Flores es una experiencia única y un gran descubrimiento para mí. Vibrante, distintiva, muy bella y compleja. Es un honor para mí interpretar estas obras en piano”.