• Jorge Zárate
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  • Fotos: Mariana Díaz / Gentileza

Capibaras, ñandutíes y banderas paraguayas decoran las arpas de los niños que gracias a este revolucionario método pueden acercarse de manera más amable al entrañable instrumento nacional. Aquí una entrevista con su creador, el arpista y docente Éver Zaracho, que asegura que pueden abordarlo criaturas desde los 3 años.

Se dio cuenta de que el tamaño del instrumento conspiraba contra el buen aprendizaje en los niños. “Eso complicaba todo, la posición les daba incomodidad y no podían mantenerse en clase”, cuenta Éver Zaracho, arpista, docente, alma mater del proyecto Arpas de Papel.

“A raíz de todo esto me puse un poco a investigar qué era lo que se podía hacer y cómo se podía conseguir que los niños tengan primeramente un instrumento más adecuado para su tamaño, en segundo paso un instrumento que no sea muy caro como el tradicional y tercero que tengan un método adaptado a lo que ellos puedan estudiar de forma dinámica y divertida porque recordemos que los chicos necesitan un programa lúdico diferente al tradicional para que puedan llevar adelante una enseñanza acorde a la edad”, comenta. Aquí su diálogo con Nación Media:

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–El tema de poder adaptar el tamaño a los niños parece ser un elemento alentador en el aprendizaje, ¿es así? ¿Qué otras cosas destacás del formato?

–Cambia totalmente el paradigma del aprendizaje y enseñanza porque los chicos pueden derribar dos barreras: Primeramente, la posición, la postura, el tamaño del instrumento; y por otra parte, lo que tiene que ver el precio, el costo del instrumento.

El proyecto se va expandiendo y ya se están iniciando experiencias en el interior del país
El arpista y docente Éver Zaracho

Los papás de buenas a primeras deben comprar un instrumento que te cuesta 2 o 3 millones de guaraníes, les cuesta mucho. También tienen un poco de miedo de comprar un instrumento que el niño puede dejar por otro o dejar de estudiar directamente. Con el Arpa de Papel utilizamos cartón para la caja una plantilla de madera muy básica, las cuerdas y la clavija, así se ahorra mucho el costo de un arpa.

–Vimos que los niños pueden participar en la construcción del instrumento. ¿Qué retornos te da esta posibilidad?

–Es importantísimo porque ellos ya directamente empiezan a construir y a decorar su instrumento, a ver cómo se va ensamblando, participan del proceso del pegado, del decorado, de pintar, de personalizar, esto ya hace que tenga un sentido de pertenencia desde el principio.

–¿Y eso en qué ayuda?

–Que justamente en la educación nos manejamos mucho con la motivación que es clave para que podamos encontrar en los chicos esas ganas de estudiar, de hacer las lecciones y más todavía en esta etapa donde ellos son pequeños, ahora porque nos manejamos por educación lúdica, o sea, estudiar la música a través del juego y esto colabora muchísimo para que puedan tener un una especie de aliento desde el principio y motivación con la pertenencia de sus instrumentos.

–Contabas que hay poca deserción entre los alumnos. ¿Qué es lo que más entusiasma del arpa?

–A mí también me sorprendió, porque tengo experiencia en los demás instrumentos en donde los chicos aprenden de muy temprano y es natural que se dé un declive hacia el final del año en la cantidad de alumnos.

Ahora con el Arpa de Papel iba pasando el tiempo y los alumnos no dejaban por el camino, no dejaban de estudiar y los papás siempre buscaban la manera de adaptarse y eso me impresionó bastante y me alentó en el sentido de que pude constatar que el método funciona. Creo que permite estudiar desde los 3 años de edad y no se da en ninguna otra parte del país y los chicos se sienten cómodos con él. Hay una dinámica bien divertida dentro de las clases, con la enseñanza lúdica aplicando a través del juego para el aprendizaje. Todo esto hace que puedan desarrollarse en libertad e ir aprendiendo música sin forzar absolutamente nada.

El Arpa de Papel es en base a cartón para la caja, una plantilla de madera muy básica, las cuerdas y la clavija, así se ahorra mucho el costo

–En cuanto te ayudó la empresa Envaco, contanos, ¿cómo fue para que se involucre?

–Me dio un soporte y un aliento muy importante para este proyecto. El último eslabón o problema a resolver justamente fue donde mando a fabricar los cartones porque si bien ya tenía el método; el diseño; los alumnos; los repertorios, me faltaba lo más importante, la parte concreta, la parte visual, la parte palpable del proyecto y no se podía lograr de manera efectiva, de manera linda, de manera visual, de manera llamativa, si es que no se hacía por medio de alguien de una empresa.

Por suerte Envaco me apoyó. Les envié un correo, después los llamé, no se entendía el proyecto, no les convencía. Es un poco difícil para una industria grande tener que tal vez prestar atención o dar un cuidado especial a alguien que lleva un proyecto de manera personal que no es grande, que es pequeño, que es para un número reducido de alumnos.

Los niños pueden participar en la construcción del instrumento

Llevó más o menos un proceso de 6 a 8 meses para que ellos puedan acceder a hacerme el primer diseño, a lanzar el primer prototipo; después de vuelta otro año para modificar el prototipo inicial y bueno hoy por hoy tenemos ya las cajas en un troquelado que ellos diseñaron y que funciona de manera muy efectiva con los chicos, adaptado perfectamente a las medidas con base en la experiencia que fuimos recopilando y también con base en las recomendaciones que Envaco por el camino fue haciendo.

–¿En cuánto impacta la reducción del precio del instrumento en el éxito de este método?

–Prácticamente en un 50 %, porque la parte económica es una parte importante a tal punto que justamente jóvenes o adolescentes que querían empezar en instrumentos, pero no podían comprarlo, me comenzaron a llamar.

Ahora, de Caapucú me contactaron hace poco de una escuela de música donde tenían como 20 alumnos de arpa y en la escuela solamente tenían 2 instrumentos. Tenían que turnarse, armar un cronograma, prestarse el instrumento y estudiarlo. Hoy por hoy dio una ayuda para la gente en general para jóvenes que quieren empezar a estudiar. Da una opción de accesibilidad, que no deja afuera a nadie y ayuda a brindar el derecho humano del acceso a la vocación. Hoy, si este método se expande, podríamos duplicar o triplicar la cantidad de arpistas.

–¿Qué hace falta para concretar esta posibilidad?

–Imagínate que sin haber tenido muchas posibilidades de acceso a la educación en el arpa hoy tenemos maestros como Nicolás Caballero; Mariano González; Papi Galán o Marcelo Rojas por citar algunos de los arpistas que admiramos. Este método ayudará a multiplicar los virtuosos arpistas que tenemos. Esto porque tenemos un instrumento barato que permite estudiar con un método desde muy pequeño, una organización de las obras, de los conocimientos de las técnicas, de la pedagogía, de la didáctica, que le ayude a adquirir los conocimientos necesarios para que esté tocando el instrumento desde muy temprano. Estamos ante un cambio de paradigma de la educación.

Hay mucho interés en Chile, me escribieron desde Ecuador, Argentina, también desde México en donde se muestran interesados por el método, por ejemplo.

–Contanos del libro “Estudio del arpa paraguaya-Arpa de Papel” que lanzaste recientemente. ¿A qué apuntás con él?

–Es un libro en donde describe cuáles son las músicas que se trabajan, las canciones, habla un poco del nacimiento del método, da a conocer a los papás, a los profesores, a los educandos, cómo se fundamenta el método, de qué se trata y es básicamente un material didáctico de estudio en donde uno va a poder encontrar las obras, pero obviamente tiene que ir acompañado de capacitación, porque no es un estudio convencional.

–Vimos que llevaste el Arpa de Papel a la Argentina. ¿Conoció otros países, cómo va esta agenda de hacerla conocer en el mundo?

–Así es, nos fuimos a Formosa, en donde hay un movimiento de arpistas muy grande, son como 200 estudiantes, en donde también me manifestaron que estaban teniendo problemas con el costo del instrumento, era una barrera. Queremos ver si más adelante se puede dar eso de llevar el instrumento por el mundo, exportarlo.

Innovación favorable

“Creo que esto nos permite de vuelta ser vanguardistas en lo que tiene que ver el arpa popular”, dice Éver Zaracho, propulsor del Arpa de Papel.

Historia entonces que cuando nació el arpa paraguaya “en definitiva lo que nos destacó fue un Félix Pérez Cardozo con las composiciones, con el virtuosismo, las modificaciones que incluyó que le permitieron al arpa sobresalir”.

En este derrotero menciona a Papi Galán “que empezó a experimentar con el anillo del cromatismo que no tenían las otras arpas. Después vino Mariano González que empezó a utilizar el cabezal de otras arpas para el arpa paraguaya que permitió dar un paso más en el cromatismo; el repertorio, la sonoridad y prácticamente a partir de ahí no tuvimos más evoluciones”, expone. “Entiendo que el Arpa de Papel se inscribe en ese camino porque permite que los niños aprendan desde los 3 años con didáctica, pedagogía, y aparte de eso, un nuevo instrumento, pequeño hecho de cartón en donde los chicos participan del proceso”, destaca.

Sobre Éver Zaracho

Se desarrolla como docente, arreglador, instrumentista y compositor. Creador y desarrollador del método Arpa de Papel, declarado de interés cultural por la Cámara de Diputados. Es docente y da clases en el Conservatorio Nacional de Música donde también es jefe del área de instrumentos populares acústicos.

Estudió con grandes maestros como Adolfo Bernal (Papi Galán), Nicolasito Caballero y Sixto Corbalán y actualmente cursa la maestría en Musicología en la Universidad de las Artes de Argentina. Fundador de la Orquesta Académica de Niños (OANI) y director general de la Academia de Música de Villa Aurelia, coordinador del Taller de Música Pytyvo. Como arpista recorrió Latinoamérica y otros países en distintos continentes.

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