• Fotos: José Hernán Sarasola, Mauricio Rossanigo y Ricardo Battistino

Investigadores del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) informaron sobre un increíble viaje de dispersión realizado por un individuo juvenil de águila coronada nacido en el centro de la provincia de Santa Fe. El ejemplar, equipado con un transmisor satelital GPS, alcanzó a principios de junio pasado el territorio paraguayo. El biólogo especializado en zoología Diego Gallego García brindó detalles de este hallazgo y subrayó la importancia de la cooperación transfronteriza para la protección de especies amenazadas.

Ekilore (“girasol” en euskera, idioma originario del País Vasco), como fue nombrado por los investigadores al momento en que la equiparon con un emisor satelital en febrero de 2024, permaneció a partir de ese momento en su territorio natal durante más de un año.

Sin embargo, el pasado 9 de mayo esta joven hembra de águila coronada inició súbitamente un recorrido de más de 700 km desde la zona cercana a la localidad de San Cristóbal (Santa Fe), viajando a través de las provincias de Chaco y Formosa hasta cruzar el río Pilcomayo e ingresar al Paraguay el 3 de junio, completando todo el trayecto en menos de un mes, informaron desde el equipo responsable del trabajo, que es dirigido por el doctor José Hernán Sarasola, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y director del CECARA.

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“El águila coronada, también conocida como águila del Chaco, es una de las especies silvestres más amenazadas del sur de Sudamérica, con una población global estimada entre 800 y 2.500 individuos adultos. Se distribuye desde el centro-sur de Brasil, Paraguay y Bolivia hasta el norte de la Patagonia argentina, habitando especialmente ambientes áridos y semiáridos. Se la considera localmente extinta en Uruguay, donde no se han registrado individuos desde 1930. Las principales amenazas para sus poblaciones se relacionan con la actividad humana, siendo la persecución con armas de fuego, la electrocución en tendidos eléctricos y el ahogamiento en reservorios de agua los factores de mortalidad más importantes para la especie”, explicó Gallego García, quien es becario doctoral del CONICET.

Diego Gallego García, biólogo argentino especializado en zoología

LUZ DE ESPERANZA

El hallazgo realizado por los investigadores del CECARA sobre la gran capacidad de desplazamiento de estas aves, siendo la primera vez que se documenta un cruce transfronterizo de este tipo, abre una luz de esperanza para la conservación de la especie en Sudamérica. Dada la evidente capacidad de dispersión y de conectarse espacialmente entre poblaciones aisladas, sumadas a la aplicación de programas de conservación y medidas destinadas a reducir la mortalidad por causas antrópicas, es posible lograr la recolonización poblacional de áreas o regiones donde el águila coronada se encuentre localmente extinta, destacaron.

En este diálogo con El Gran Domingo de La Nación, Gallego García habla de las implicancias de este estudio, que pone de relieve la necesidad de trabajar mancomunadamente entre los países de la región para asegurar la conservación de una de las águilas más amenazadas de Sudamérica y del Gran Chaco.

–¿De qué especie y de dónde es originaria el águila que fue localizada en Paraguay?, ¿cuál es su hábitat?

–El águila coronada, también llamada águila del Chaco (Buteogallus coronatus), ocupa ambientes áridos y semiáridos del sur de Sudamérica, desde el centro-norte de Argentina hasta el sur de Brasil, pasando por Paraguay y Bolivia. En concreto, se la puede encontrar en ecorregiones como el Chaco, el Cerrado, el Espinal y el Desierto del Monte, entre otros.

CARACTERÍSTICAS

–¿Cuáles son algunas de sus características tales como el tamaño y alimentación?

–Es un águila de gran tamaño, de alrededor de 190 cm de envergadura alar, 90 cm de altura y 3,5 kg de peso. Los adultos tienen el plumaje de color gris ceniza y una banda blanca subterminal en la cola; los juveniles tienen el plumaje marrón oscuro por la parte dorsal y blanco a amarillento con motas oscuras en la parte ventral. Tanto adultos como juveniles tienen una prominente y característica corona, o copete, en la cabeza, formada por 4-5 plumas. En las zonas donde existe información sobre su dieta, se ha constatado que se alimenta principalmente de mamíferos como armadillos y zorrinos, y de reptiles como serpientes (algunas venenosas), lagartos y tortugas, si bien su dieta es variable a nivel regional.

–¿En qué zona fue localizado el ejemplar bajo estudio?

–El individuo atravesó el río Pilcomayo desde la provincia de Formosa, en el norte de Argentina. Los últimos datos satelitales mostraron a este juvenil de águila coronada en el departamento de Presidente Hayes, en una zona de transición entre las ecorregiones del Chaco húmedo y el Chaco seco.

El trayecto de más de 700 km desde Santa Fe hasta el Chaco paraguayo realizado por la joven hembra de águila coronada

IMPLICANCIAS

–¿Qué importancia reviste este hallazgo?

–El hallazgo es excepcional y por ello suscita muchas preguntas. Las principales lecturas de este descubrimiento serían las siguientes: 1) El hecho de que un individuo juvenil se haya dispersado tan lejos de su territorio natal podría significar que los ambientes que ha ido encontrando por el camino no eran óptimos para su supervivencia. Esto tiene implicancias graves para una especie para la cual la pérdida y fragmentación de hábitat es una causa demostrada de extinción; 2) en una especie amenazada para la que quedan tan pocos individuos a nivel global, el potencial de dispersión descubierto en este individuo podría permitir que poblaciones aisladas del águila coronada conectaran entre sí de manera natural, favoreciendo el flujo genético y promoviendo la conservación de esta especie a largo plazo; 3) el cruce de fronteras políticas de una especie en peligro de extinción debería ser motivo suficiente para favorecer la implementación de medidas de conservación a nivel internacional para el águila coronada.

–¿Le parece que este descubrimiento podría ayudar a mejorar la cooperación regional para la protección de especies amenazadas y la fauna en su conjunto?

–Ekilore franqueó una frontera política humana, lo cual a nivel biológico probablemente no signifique demasiado para ella, dado que la ecorregión y los paisajes a uno y otro lado del borde serían a priori similares. Sin embargo, el hallazgo debería animar a las administraciones provinciales y nacionales a tomar medidas coordinadas para promover la conservación del águila coronada y de otras especies. En el contexto de emergencia en el que se encuentra el Gran Chaco Americano, se deberían implementar leyes que aseguraran la protección de los ecosistemas de la zona, incluyendo al águila coronada.

SERVICIOS ECOSISTÉMICOS

–¿Cuáles son los servicios ecosistémicos que proporciona esta especie?

–Al ser un depredador tope, su acción permite controlar las poblaciones de las especies que depreda. En este caso, es una de las pocas especies de estos ecosistemas que puede controlar la abundancia de víboras venenosas, para las cuales desarrolló unas adaptaciones únicas entre las que se puede mencionar una relativa resistencia a su veneno.

–¿Algún comentario final que desee añadir para cerrar la charla?

–En Paraguay no existe, a nuestro conocimiento, un plan específico para favorecer la conservación del águila coronada. Este descubrimiento podría ser el primer paso para llamar la atención de las instituciones ambientales y de la sociedad en general sobre el estado de conservación y amenazas de esta especie en peligro de extinción, así como de las posibles medidas de mitigación que se pueden llevar a cabo. Desde el CECARA, invitamos a autoridades ambientales, instituciones académicas, productores y trabajadores rurales y sociedad en general a ponerse en contacto con nosotros para poder colaborar en la conservación a largo plazo de esta emblemática especie.

LAS PRINCIPALES AMENAZAS QUE ENFRENTA EL ÁGUILA CORONADA

Las principales causas comprobadas de su extinción están directa o indirectamente relacionadas con la actividad humana.

1) La persecución directa o cacería ilegal: en la zona sur de su área de distribución global (centro de Argentina), al águila coronada se la perseguía mucho en el pasado por un supuesto conflicto con las actividades ganaderas ovinas y caprinas, con decenas de casos confirmados de disparos con armas de fuego. Los estudios científicos llevados a cabo por el CECARA demostraron que el águila coronada no se alimenta de ganado doméstico, lo cual permitió una mejor convivencia con los productores en la zona. Esta situación se está constatando en otras regiones actualmente y se viene trabajando mucho en conjunto con la comunidad local para evitar la persecución de esta ave rapaz.

2) La electrocución en postes de tendido eléctrico: como muchas aves rapaces, el águila coronada usa los postes de tendido eléctrico como percha en la cual descansar o desde la cual observar y esperar posibles presas. Sin embargo, la estructura, materiales y configuración de los pilares de los tendidos eléctricos entrañan un riesgo de electrocución para estas aves. Esta problemática de conservación afecta a miles de aves en todo el mundo.

3) Ahogamiento en tanques australianos o reservorios de agua: estas infraestructuras almacenan el agua en campos con actividad ganadera, sobre todo en regiones áridas y semiáridas. Al estar diseñadas a cielo abierto, son piletas de las cuales los animales no pueden salir cuando entran a beber agua y mueren ahogados. Cientos de miles de aves (y otros grupos de animales) se ahogan cada año en estas infraestructuras.

Investigadores del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA)

4) Pérdida y fragmentación de hábitat: el avance de la frontera agrícola y la deforestación en general están provocando una disminución en el hábitat disponible para la especie, que necesita de los árboles para construir sus nidos, y que requiere de una diversidad y abundancia de especies presa para sobrevivir.

5) Envenenamiento por cebos tóxicos. Si bien es una causa con baja incidencia en la especie por el momento, se ha documentado que la aplicación de cebos tóxicos para control de especies potencialmente problemáticas para las actividades humanas (por ejemplo, el puma) puede ser letal para otras especies que se alimentan de animales muertos, como es el caso de los cóndores y los zopilotes. Esto también afecta al águila coronada, que eventualmente puede alimentarse de carroñas.

Para saber más sobre la iniciativa que están llevando a cabo, el investigador invitó al público en general a seguir los avances del trabajo en las redes sociales del equipo.

Facebook: CECARA-UNLPam

Instagram: cecara_unlpam / proyectoaguilachaco

X: @CECARA_ARG

Web: www.cecara.com.ar

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