• Paulo César López
  • paulo.lopez@nacionmedia.com
  • Fotos: Pánfilo Leguizamón

En este diálogo con El Gran Domingo de La Nación, el doctor en ciencias contables y consejero del Instituto de Previsión Social (IPS) Carlos Alberto Pereira Olmedo habla sobre su reciente libro, titulado “El camino hacia la libertad financiera”. Según refiere el autor, el material lo elaboró pensando en la manera de ayudar al público en general a organizar sus finanzas, promover el hábito del ahorro y brindar consejos para tomar buenas decisiones de inversión.

¿Qué fue lo que lo motivó a escribir este libro?

–Este es un libro que yo vengo escribiendo desde el 98. Yo estaba en una entidad y fue un momento en que el sistema entró en crisis. Entonces el Banco Central intervino esas entidades para mantener la estabilidad y la confianza en el sistema y de la noche a la mañana yo me quedé sin trabajo. Tenía 33 años, un hijo de 4 años y otro en camino. Y como consuelo tenía un estudio contable de auditoría que combinaba con la docencia para seguir adelante y reponerme de ese golpe. Cuatro años más tarde, otra crisis, en 2002, había golpeado de nuevo el sistema y en esa ocasión estuve al frente de una entidad bancaria que era el banco más grande del sistema en ese momento. Y apenas asumí el cargo de liquidador, me di cuenta del perjuicio que se causó a miles de ahorristas, entre ellos jubilados que habían perdido el ahorro de su vida. Eso me ha marcado mucho, me ha calado muy hondo. En esa época muy poca gente tenía conocimiento sobre cómo interpretar el balance de una entidad financiera.

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–¿Cómo le fueron marcando los cargos públicos que fue ocupando sucesivamente?

–Cuando ingreso a la función pública como presidente del Banco Nacional de Fomento, ahí terminé de entender el grave problema que causa en la gente la falta de educación financiera. Dije que algo tenemos que hacer porque nuestra educación académica no habla mucho del manejo del dinero, de la importancia del ahorro, de construir cada uno la jubilación para el futuro. Ahí me di cuenta de que mucha gente en el sector público se encontraba con exceso de endeudamiento, especialmente los maestros y policías. De esa forma hemos diseñado el producto de compra de deuda con el cual hemos rescatado de la usura a más de 6.000 personas aproximadamente. Y también pudimos ayudar a trabajadores del Mercado 4 que pagaban 10 % de interés por día. El banco empezó a otorgar crédito al 9,5 % anual. Imagínense que lo que pagaban en un día prácticamente terminaron pagándole al banco en un año. Esas fueron las motivaciones que he tenido como para diseñar estructuras que permitan que el acceso al crédito sea más fácil para una persona humilde.

–¿Cómo se crean las condiciones para facilitar el crédito a las personas con menos ingresos?

–Como banca pública hay que pensar en políticas contracíclicas, que significa hacer lo que el sector privado de repente no hace, para poder crear las condiciones suficientes para que las pequeñas y medianas empresas, así como los cuentapropistas, puedan tener un pequeño crédito que les permita ir avanzando en la actividad en la que ellos tienen algún potencial.

IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN FINANCIERA

–¿Cuál fue la principal enseñanza que le dio todo este proceso?

–Me di cuenta de que la educación financiera es algo pendiente que tenemos que empezar a pensar. La gente debe conocer mejor el manejo prudente del dinero, debe aprender a utilizar un presupuesto para controlar sus gastos y, por sobre todas las cosas, que tenga criterio de austeridad para que los gastos sean hechos con responsabilidad y con conciencia. Hace un año y ocho meses que estoy en el IPS como miembro del Consejo de Administración. Eso a mí me marcó también. Pude ver muy de cerca las verdaderas necesidades del jubilado, que también necesita una educación financiera para sobrellevar sus problemas y plantear alternativas a los diferentes tipos de inconvenientes con que ellos tropiezan.

–¿Cuáles son algunas de las recomendaciones que usted plantea en su libro?

–Como contador que soy de profesión y como docente soy muy pragmático en el momento de abordar problemas y plantear alternativas de solución. En ese contexto, he estructurado este libro con un enfoque muy práctico para explicar de manera muy simple cómo se maneja el dinero, cómo deberíamos manejar y administrar nuestros sueldos, por qué es importante ahorrar y sobre todo que la juventud tenga ese hábito de ahorrar desde el primer trabajo que puedan tener. La educación financiera es una habilidad fundamental que debe ser enseñada en la escuela y debe formar parte de la educación académica, ya que resulta esencial para la independencia financiera y para la toma de decisiones. Esto proporciona los conocimientos adicionales y nos dota de herramientas muy útiles como la contabilidad, la administración de riesgos y la gestión en las inversiones. La educación financiera debe estar presente desde la niñez. Desde chico el niño debe escuchar en la casa que se hable de dinero, que se hable de planificación, de orden, de disciplina.

–¿Usted proporciona en el material algunas opciones o consejos de inversión?

–Lo que muestro es cómo se maneja el dinero, cómo se encuentra el mundo hoy estructurado en materia de inversiones y ahí incluyo yo los nuevos y modernos con­ceptos como las criptomo­nedas o criptoactivos, que se conocen hoy como alternati­vas de resguardo del ahorro de las personas para invertir con una visión prospectiva, hacia adelante, y, por sobre todas las cosas, mirando el futuro ahora. Es decir, cómo invertir el dinero, cómo saber hasta dónde arries­gar cuando invertimos, cuá­les son las estrategias para seleccionar la mejor empresa en el momento de comprar acciones o el momento de venderlas, cómo se diseñan esas estrategias, qué es lo que debemos mirar al anali­zar un balance, un estado de resultado de ingresos y egre­sos, cuáles son los aspectos más relevantes del análisis técnico de los indicadores financieros, cómo se puede enfrentar una crisis. Tam­bién hablo de la inversión del momento, toda la historia del bitcoin y otras criptomone­das, la tecnología blockchain, cómo impacta respecto a lo público y privado, cómo se invierte en la bolsa de valo­res, cómo cambia el valor del dinero, etc.

PLANIFICACIÓN

–¿Cuál le parece a usted que es el aporte más importante de su obra?

–Yo creo que la planificación adecuada del momento de la jubilación. Ese es un aspecto que le va a servir a cualquier persona. Hago mención espe­cial a la importancia que representa la jubilación en la vida de una persona en las distintas facetas que deben ser tenidas en cuenta para ir construyendo el camino que se inicia desde el primer día que uno empieza a tra­bajar. Este libro pretende ser como una guía, como un elemento de consulta per­manente para poder com­prender cómo funcionan no solamente las finanzas perso­nales, sino también las finan­zas empresariales. El obje­tivo de haber escrito este libro es proporcionar una clara comprensión de cómo generar ingresos pasivos, de cómo manejar su dinero, su sueldo, cómo hacer para aho­rrar y para invertir. Y yo con­sidero que acá es clave la edu­cación financiera, que para mí tiene que ser para todas las edades, sean niños, jóvenes, adultos, adultos mayores.

–¿Cuál es el principal men­saje que le daría a la juven­tud que se está insertando en el mercado laboral?

–Que no desaprovechen su juventud ni su tiempo, que empiecen a ahorrar lo antes posible para construir su futuro. Y me viene a la memoria lo que decía Charlie Mun­ger, que era el socio de Warren Buffett, que para mí es el mejor inver­sionista que existe en el mundo y por algo es uno de los más ricos del mundo. A mí me gusta su estilo de conservadurismo analítico, evalúa mucho los balances de las empresas que compra y eso es lo que le ha permitido sub­sistir y progresar exponencialmente en las ganancias que tienen las empresas que él posee. Decía Charlie Mun­ger que hay que hacer que el dinero trabaje para uno y nunca interrumpir el inte­rés compuesto.

DIGNIFICACIÓN

–¿Cuál le parece que es el principal beneficio que puede aportar la educación financiera?

–Yo considero que no sola­mente se trata de construir futuro, no se trata solo de dinero y prosperidad, sino también de dignidad. Si la gente empieza temprano, podrá tener un dinero colo­cado en el tiempo con el cual va a construir su futuro y no depender de ningún subsidio ni de ninguna ayuda estatal, que siempre va a ser insufi­ciente para atender las nece­sidades básicas. A los padres que son jóvenes les pido que estén cerca de sus hijos, que hablen con ellos, que les orienten, que los apo­yen, que les brinden confianza y que les hablen de la disciplina. La dis­ciplina es la primera base que debe tener la libertad finan­ciera, esa capacidad de poder vivir sin preocupación por el dinero y que nos permita tener esa libertad de tomar decisiones que se alineen con nuestros valores y con nues­tros objetivos.

–¿Podría decirnos cómo se llega a la libertad finan­ciera?

–Yo respondería simplemente creando un presupuesto de ingresos y gastos, ahorrando primero para invertir des­pués. Eso se hace con mucha paciencia y con mucha dis­ciplina, con ser perseve­rante. Por eso para mí nosotros tenemos que ir rompiendo paradigmas. Muchas veces resulta un tabú hablar de dinero en la casa. Hay hogares donde no se habla de dinero con los hijos.

TABÚ

–¿Por qué le parece que hablar de dinero es un tabú para muchos?

–Algunos piensan que tener dinero no es de bue­nas personas y los niños viven en un hogar donde no se habla de dinero, donde no se planifican los gas­tos. Entonces tienen una alta probabilidad de convertirse en adultos que no van a saber administrar su dinero adecuadamente y posiblemente enfrenta­rán problemas financie­ros. Por el contrario, si los padres conversan con los hijos y hablan del uso pru­dente y racional del dinero, planificando los ingresos y con base en eso hacer el presupuesto de los gastos para ordenar las finanzas de la familia, de esa manera los hijos van a poder crecer con una confianza sufi­ciente para que cuando lle­guen a adultos lo hagan con una estabilidad financiera. La situación financiera de una persona es un reflejo de sus propios hábitos y de cómo gestiona su dinero. De manera que este libro lo que pretende es ser una vía per­manente que le proporcione a la gente las herramientas y los conocimientos necesarios para poder planifi­car y preparar su jubilación de manera efectiva. Incluso puede servir para compar­tir con los hijos, con los nie­tos, porque en la medida en que los niños realicen repe­tidas acciones adecuadas relacionadas al manejo de dinero, ellos van a ir adqui­riendo el conocimiento sufi­ciente para saber el día de mañana cómo administrar su dinero.

–¿Desea dar un mensaje final para cerrar esta charla?

–Me quiero dirigir a las per­sonas que trabajan muchas horas, trabajan muy duro y no encuentran un espacio para ahorrar ni mucho menos para invertir. A ellos les digo que no se desanimen, no ten­gan miedo de fracasar, eso es parte del ahorro, el fracaso es parte del éxito y el éxito es un proceso. Como todo proceso, primero debemos estable­cer un objetivo, luego trazar un plan de acción para poder actuar en consecuencia. Tam­bién me refiero en el libro a quienes hoy tienen dinero y no saben dónde invertir. Muchos quieren invertir en el sector inmobiliario. Nuestra eco­nomía es pequeña, entonces de repente hay muchas inver­siones en un solo rubro y eso hace que a veces se desalien­ten las inversiones y que los rendimientos en vez de cre­cer tiendan a bajar. Entonces los inversionistas van a poder encontrar también que hay mecanismos de diversifica­ción en su dinero buscando hacer crecer sus patrimonios para poder alcanzar de alguna manera la libertad financiera y la prosperidad, que para mí es un estado de conciencia que significa mucho más que tener dinero y bienes materiales.

¿QUÉ ES EL INTERÉS COMPUESTO?

“La historia de un inversionista como Warren Buffett ilustra perfectamente cómo funciona el poder del inte­rés compuesto en el tiempo y cómo el tiempo se vuelve un aliado crucial en el mundo de la inversión. Por eso es importante iniciar la inversión a una edad temprana. Cuando uno es joven ya tiene que tener el hábito de ahorrar lo que pueda. Yo sugiero siempre que, aunque ganen el sueldo mínimo, el 10 % que aparten. Con el resto que hagan lo que tienen que hacer. Entonces, eso debe ser sagrado, de manera que puedan tener una base de inversión, que en el largo plazo esos pequeños ahorros puedan ser transfor­mados en una importante suma de dinero que va a dar tranquilidad e independencia financiera cuando llegue al momento del invierno, como se dice normalmente para los que ya están llegando a la jubilación. O sea, el mensaje claro es que cuanto antes comiencen a invertir, mejor. Así, el dinero podrá crecer y multiplicarse. La magia del interés compuesto requiere tiempo para mostrar su verdadero potencial. Incluso pequeñas contribuciones que se han hecho de manera constante pueden tener un significativo aumento a través del tiempo. En la parte de la jubilación también se puede notar el impacto que tiene el interés compuesto, especialmente en un contexto en el que el jubilado puede empezar a invertir en cierto tipo de instrumentos o acciones”.

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