- Rodrigo Cardozo Samaniego
La Villa Real de Nuestra Señora de la Concepción de Costa Arriba fue fundada el 25 de mayo de 1773 por orden del entonces gobernador del Paraguay, Agustín Fernando de Pinedo. La creación de este núcleo poblacional se dio por motivos militares y estratégicos como parte de un plan más amplio para contener los ataques de los indios no reducidos y el avance de los portugueses desde el Brasil.
La zona elegida debía ser entre los ríos Ypané y Aquidabán, a orillas del río Paraguay, en un puerto natural protegido y con abundantes recursos como madera y agua. La elección del sitio –por orden de Pinedo– la realizó el capitán Pedro Castiñanes y la ubicación fue a cuatro leguas al norte de la boca del río Ypané, en la margen derecha del arroyo Saladillo. Además de su valor defensivo, ofrecía posibilidades para el desarrollo económico y logístico de la región.
Tras la fundación, el 1 de junio de 1773 De Pinedo informó al Cabildo de Asunción sobre la instalación de la nueva villa, detallando las obras realizadas y la organización del espacio urbano.
El proceso incluyó varias comunicaciones clave. En primer lugar, el 11 de agosto de 1773 De Pinedo escribe al rey de España informando sobre la fundación y su propósito de frenar a “las muchas naciones de indios bárbaros” y a los portugueses. Luego, el 13 de noviembre de 1773 envía el diseño (plano) de la nueva villa y describe su ubicación y fortificación. Por último, el 14 de agosto de 1773 el Cabildo de Asunción también escribe al rey respaldando la expedición y la fundación.
Estas cartas fueron evaluadas en la península por el Consejo de Hacienda sobre Indias. El marqués de Valdelirios, consejero del Rey, dictaminó favorablemente sobre la actuación del gobernador.
Finalmente, el rey Carlos III, mediante cédula real fechada en El Pardo el 21 de enero de 1777, aprobó la fundación, valorando el esfuerzo y lealtad de los pobladores.
EL ROL DE LOS FRANCISCANOS
En el contexto de la expulsión de los jesuitas (1767), los franciscanos asumieron el liderazgo misional en el norte del Paraguay. Entre ellos se destacó el fray Francisco Miguel Méndez Jofré, quien fundó en 1769 la reducción de Nuestra Señora del Refugio de Eguilechigò, situada en la falda del conocido cerro Pan de Azúcar.
El establecimiento del nuevo punto de avanzada como estacada logística y la nueva población fueron vistos como un apoyo a los misioneros, un freno a las incursiones indígenas y una barrera al avance portugués.
REORGANIZACIÓN
El ingeniero gallego Pedro Antonio Cerviño, cartógrafo y agrimensor del Virreinato del Río de la Plata, tuvo un papel crucial en la reorganización de la villa.
Cerviño visitó la región hacia finales del siglo XVIII, entre 1783 y 1795. Realizó levantamientos topográficos y una nueva planificación urbana, trasladando y reorganizando el trazado de la villa más al sur de su enclave original, en un sitio más apropiado que el inicialmente fundado por De Pinedo.
Su trabajo fue clave para asegurar la viabilidad permanente de la villa, que enfrentaba riesgos de abandono por los conflictos con los mbayás y la falta de recursos.
Durante su estadía en la Villa Real de la Concepción, Cerviño se encargó de sitiarla y trasladarla a otro punto más adecuado para su defensa de las constantes incursiones de los mbayás. Los trabajos de delimitación que venía realizando en 1789 los comenta en correspondencias al gobernador Joaquín de Alós.
Una de ellas dice lo siguiente: “Al día siguiente de mi llegada a esta villa, pasé a reconocer sus cercanías hacia el sur, con el fin de elegir el paraje más oportuno para hacer la fortificación que la defienda de los insultos que se tienen de los bárbaros mbayás, idea que se reduce a fortificar un cuadrado, con estacas y dos cubos uno al N.E. y otro al S.O., con los que se pondrán dos cañones, aquel para defender las avenidas de tierra y este las del río, con lo que quedará todo a cubierto”.
HITO FRONTERIZO
Cerviño dejó importantes documentos cartográficos y descripciones técnicas, que hoy se consideran piezas fundamentales para estudiar el desarrollo de las fronteras del Paraguay colonial.
Durante los primeros años, la Villa Real enfrentó hostilidades con la nación mbayá, lo que motivó escaramuzas armadas y una masacre en la boca del río Aquidabán. Posteriormente, se logró un tratado de paz con los mbayás, lo que facilitó una relativa estabilidad en la región.
En 1812 se estableció el Cabildo de la Villa Real, otorgándole autonomía administrativa. La presencia de autoridades civiles, además de las militares, fue un paso hacia una estructura más estable de gobierno local.
La Villa Real de la Concepción fue uno de los puntos de apoyo más importantes en la frontera norte del Paraguay colonial y desempeñó un papel clave durante las guerras de independencia. Además, fue base de operaciones para recuperar el Fuerte Borbón y constituye uno de los núcleos urbanos más antiguos del Paraguay moderno.