Con motivo de la presentación de “Relatos de barrio” en Buenos Aires, Toni Roberto revive un emocionante encuentro entre paraguayos, paraguayos de corazón y argentinos de raíces guaraníes en la capital porteña.

Cuando Jorge Srur leía el texto de su presentación de “Relatos de barrio” en la Feria del Libro de Buenos Aires, me emocionaba recordando también a otros extranjeros que se convirtieron en “un paraguayo más”.

Su mirada urbana y de rescate a una Asunción que ya fue me llevó exactamente a la visión de la española paraguaya Josefina Plá o del maestro brasileño Lívio Abramo, que desde finales de los años 50 nos hizo ver aquello que cotidianamente los habitantes de esta ciudad no observaban: la estructura urbana, la bahía, el río, algún rincón o simplemente la gente esperando el bus en alguna parada.

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DESDE SRUR HASTA LA SEÑORA DE LOS PLANOS

“Quiero recuperar las historias de la ciudad en que vivo, donde hoy siguen conviviendo hermosos techos de bajas casas con edificios en altura y la vegetación”, me decía –palabras más palabras menos– Srur en una de las primeras reuniones para empezar a pensar el libro.

Desde el primer momento, aquella vieja casa del 900 que fuera luego rediseñada en 1946 por Rodolfo Dvorak y que se convirtiera en una de dos plantas tenía mucho que contar y que dialogaba indefectiblemente con las otras casonas de su época para entender su propia historia.

Y que además se merecía un análisis urbano de la zona, que lo hizo rigurosamente Patricia Ygarza Cuquejo, basado en los planos de Federico De Gásperi, que generosamente nos proporcionó la señora de los planos: Margarita Durán Estragó.

Todo ello recordaba mientras, nada más y nada menos, el gerente regional del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe presentaba este trabajo de investigación de un tramo de la avenida Mariscal López de la Madre de Ciudades en el enorme predio de la Rural de Buenos Aires, convertida en aquella gran feria donde participan las más importantes editoriales argentinas y de muchos lugares del mundo.

LÁGRIMAS DE EMOCIÓN

Terminado el acto, se acerca una señorita que me dice: “Soy Paula Gómez Sánchez”, con el libro, un bolígrafo y un abrazo que nos llenó de lágrimas. Era la nieta de uno de los habitantes de aquella legendaria casa Louteiro de la vieja avenida Colombia, llena de historias de generaciones y convertida hoy en Casa de la Integración de CAF, cuya familia se había mudado en los años 50 a Buenos Aires.

A veces la fortuna no es el dinero que se puede acumular, son también esos pequeños momentos inolvidables que nos pueden tocar, sin querer o sin pretender nada más que contar aquellas historias que son nuestro propio espejo, que nos dan los regalos del alma.

CIUDADANÍA PARAGUAYA

Ahí en el mismo lugar, a la misma hora y en el mismo stand del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, también estaba refrendando el acto la embajadora Helena Felip, Susana Edjang, representante en Argentina del CAF, Marisol Nicoletti, una gran concurrencia porteña y Mora Godoy, la reconocida gran bailarina de tango, hija de paraguayos, que dijo algo corto, emocionante y conciso: “Embajadora Felip, yo quiero tener ciudadanía paraguaya”.

Así, entre tangos y guaranias, el recuerdo de aquellos extranjeros paraguayos en el predio de la Rural y grandes figuras argentinas. Después de dejar el espacio, voy caminando por las calles de Buenos Aires, dibujando balcones que bailan al ritmo de mis recuerdos de las líneas brasileñas de Lívio Abramo y las emociones argentinas de Jorge Srur al rescate de la memoria urbana de la capital paraguaya.

El gerente regional del Banco de Desarrollo de América del Sur y el Caribe, Jorge Srur, y la embajadora Helena Felip. Feria Internacional del Libro. Buenos Aires. 2025

Etiquetas: #obras#Relatos

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