El 12 de julio de 2015 el Bañado Norte de Asunción vivía una jornada histórica con la visita del papa Francisco a esta humilde zona ribereña de la ciudad. A poco de cumplirse una década de aquel momento icónico, algunas de las protagonistas de aquella jornada rememoran el milagro y la bendición que representó el paso por sus hogares del entonces máximo líder de la Iglesia católica.

  • Por Sara Valenzuela
  • Fotos: Matías Amarilla

La cancha que se encuentra frente a la capilla San Juan Bau­tista en el Bañado Norte se encontraba repleta de pobla­dores y foráneos que aguar­daban expectantes el arribo del papa Francisco, mien­tras a escasos metros el sumo pontífice realizaba dos paradas claves, en el hogar de doña Asunción y doña Francisca.

Por un estrecho pasillo llegaba el vicario de Cristo para ingresar a la casa de doña Asunción Giménez, una pobladora que horas antes ya le había preparado un desayuno al más puro estilo paraguayo: mbeju, cocido y mate.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Aquella mañana la pequeña casa de doña Asunción ama­neció repleta, puesto que conocidos y extraños que sufrían de alguna enferme­dad y ansiaban ser bende­cidos por el papa llegaron días antes a pedirle el favor de que puedan aguardar en su patio la llegada del santo padre.

“Cuando me dijeron que el papa vendría aquí, no creí… me parecía imposible que algo así pase, una persona tan importante como el papa en mi casa, pero des­pués dije ‘por qué no ven­dría a mi casita humilde, pero llena de amor’ y llegó hasta acá, compartió con nosotros y hasta tomó mi mate”, comentó doña Asun­ción en conversación con La Nación/Nación Media.

EMOCIÓN

Con gran entusiasmo y lágrimas en los ojos, doña Asunción revivía la emo­ción que sintió al ver al sumo pontífice llegar a su hogar, degustar el desa­yuno, pero por sobre todo compartir con calidez y amor con cada uno de los presentes, a la par de orar por la salud de ellos y sus familiares.

Aquel momento sin igual quedó guardado no solo en el recuerdo de los presentes, sino que fue plasmado en una fotografía que, tras diez años de haber sido tomada, se ha convertido en una de las posesiones más valio­sas con las que cuenta la familia.

Doña Asunción confesó que hasta el momento en que saludó al papa y él la arropó en un cálido abrazo, no pensó jamás en que algo así le podría ocu­rrir, ya que una vida llena de desafíos, pobreza e incerti­dumbre le había llevado a creer que una persona tan importante para el mundo no podía a su vez estar tan cerca de los pobres y ancia­nos, pero Francisco una vez más convirtió sus acciones en un milagro para los más desprotegidos.

Tras el fallecimiento del máximo líder de la Iglesia católica, recordar su paso por los estrechos pasillos del barrio otorga una idea clara del mensaje que pre­gonaba continuamente, donde los niños, los ancia­nos y los más desfavoreci­dos eran prioridad.

BENDICIÓN

A escasos metros de la casa de doña Asunción, ya se encontraba presta ña Francisca Ramírez, otra de las queridas abuelitas del barrio, quien actualmente tiene 97 años y espera poder llegar a los 100 años, como lo conversó con el papa.

“Yo no podía creer, yo soy muy católica, rezo todo el tiempo, todos los días sin falta. Cuando llegó, me abrazó y me bendijo. Habla­mos sobre que quería vivir 100 años y me dijo que así sería y hasta sonrió, pero lo más lindo fue cuando rezamos juntos. Recé con el papa y me regaló dos rosa­rios bendecidos”, reme­mora.

En medio del recuerdo de aquel día, que marcó indu­dablemente su vida, ña Francisca reflexionó sobre la importancia de ser buen cristiano, porque eso es lo que nos lleva a ser buenas personas, que se llevan bien con sus amigos, vecinos y conocidos.

En el dulce idioma guaraní, remarcó que quien hace el bien siempre es retribuido con cosas buenas y nunca sufre de maltratos por los demás, ya que uno cosecha lo que siembra y la recom­pensa se ve con los años bien vividos. De esto es, sin duda alguna, testimonio vivo.

“Yo siempre traté de ser buena persona con todos y estar en paz con Dios. Sé que gracias a eso tengo una buena vida y les pude dar una buena educación a mis 13 hijos, quienes me cui­dan y me quieren. Yo tengo todo lo que necesito y, sobre todo, salud. A mis 97 años puedo decir que casi no me enfermo y cuando lo hago, todos están conmigo y no me dejan hasta estar recu­perada”, comentó.

Doña Francisca Ramírez, de 97 años, otra de las queridas abuelitas del barrio, quien fue visitada por el papa
Norma Rojas, pobladora y una de las organizadoras de la recepción al papa

SEÑAL DE DIOS

Asimismo, destacó que aquella visita fue para ella una señal clara del amor de Dios para con su persona, puesto que muy pocas personas pueden vivir un momento íntimo con alguien como el papa Francisco y experimen­tar en primera persona la bondad y amabilidad que el mismo no solo pregonaba, sino que las volvía acciones.

A casi diez años de aque­lla visita, los pobladores recuerdan el trabajo que significó la organización de aquel evento, lo impre­sionados que se vieron ante la respuesta de sus vecinos al sumarse a las diferentes actividades que se debieron llevar a cabo para acondi­cionar el lugar donde reci­birían al sumo pontífice y, por sobre todo, aún tienen presente el momento en que pudieron verlo, escu­charlo y compartir con él la misa. “Nosotros sabíamos y sabemos que nuestro barrio es considerado como una zona baja o marginal, pero cuando nos dijeron que vendría y después cuando vimos que llegó, que de ver­dad estaba ahí, sentimos que todo el trabajo y que todo lo que hicimos valió la pena, y la realidad es que este es un barrio humilde, sí, pero lleno de personas trabajadoras que buscan salir adelante y eso fue lo que vio el papa”, relató Norma Rojas, pobladora y una de las organizadoras de la recepción al papa.

El pasillo recorrido por Francisco para llegar hasta el punto de encuentro con los bañadenses

CELEBRACIÓN

Rojas señaló que, en con­memoración de los 10 años de la visita del santo padre a nuestro país, desde su comuni­dad también están trabajando para realizar actos en su honor, como celebracio­nes religiosas y espa­cios de oración. La visita del papa a nuestro país, sin duda alguna, marcó un antes y un después para los paraguayos, quienes se vieron retri­buidos en su fe con una señal clara de amor por parte del líder católico, quien aprove­chó cada minuto de su esta­día para dejar marcadas pau­tas claras sobre lo valioso de nuestra sociedad, nuestros niños y nuestras mujeres.

La bendición dada por el santo padre en aquellas jor­nadas ajetreadas, pero lle­nas de amor, siempre será un bálsamo para los cora­zones de los fieles que oran por él, por su legado y el gran amor al prójimo que profesó durante su camino terrenal.

EL CÓNCLAVE

AFP

Los cardenales de la Iglesia católica decidieron que el 7 de mayo iniciarán las votaciones para seleccionar al sucesor del papa Fran­cisco, que heredará grandes desafíos como el combate a abusos sexuales dentro del clero.

Los llamados “príncipes de la Iglesia” se encerrarán desde ese día en la majestuosa Capilla Sixtina para elegir al nuevo líder espi­ritual de 1.400 millones de fieles, y no podrán salir hasta que la fumata blanca preceda el esperado “Habemus papam”.

Es un proceso que ha despertado fascinación desde hace siglos.

El cónclave que llevó a la elección de Francisco en 2013 tomó dos días, la misma duración del de su predecesor, Benedicto XVI, ocho años antes. El jesuita argentino falleció el pasado 21 de abril y el sábado 26 fue enterrado tras un solemne adiós en presencia de líderes internacionales y de 400.000 personas.

“Confío plenamente que el Espíritu Santo estará iluminando a los cardenales”, dijo Elena de Espino, una pensionada peruana de 65 años de visita en Roma.

Emilia Greco, italiana, también retirada, celebró por su parte “todas las puertas que el papa Francisco ha abierto a la espe­ranza, a los olvidados, a los pobres” y pidió al próximo pontífice “una Iglesia verdaderamente inclusiva”.

La fecha se definió en la quinta reunión cardenalicia desde la muerte del primer papa latinoamericano, que abordó “temas de particular relevancia para el futuro de la Iglesia” como “algunos de los desafíos que se ponen de relieve”. “La evangelización, la relación con otras confesiones, la cuestión de los abusos”, indicó el Vaticano en un comunicado. La avalancha de revelaciones sobre crímenes sexuales del clero fue uno de los retos más dolo­rosos de Francisco, que sancionó a prelados e hizo obligatorio denunciar cualquier hecho sospechoso.

Anne Barrett Doyle, de la ONG estadounidense Bishop Accoun­tability, aplaudió la importancia que los cardenales dieron al tema. La Iglesia “cuida de decenas de millones de niños” y “la obligación más sagrada del próximo papa debe ser protegerlos de los abusos”, dijo la codirectora de esta organización que docu­menta la violencia clerical.

Los cardenales participarán el 7 de mayo en una misa en la Basílica de San Pedro. Los menores de 80 años con derecho a voto pasarán luego a encerrarse para votar en un proceso secreto que puede durar varios días. No tendrán acceso a sus celulares, al internet, ni a la prensa. El 80 % de ellos fue desig­nado por Francisco, muchos vienen de zonas del mundo histó­ricamente marginadas por la Iglesia y muchos no se conocen.

“Nuestro deseo es encontrar a alguien que se parezca a Fran­cisco, que no sea el mismo pero en continuidad”, indicó a la prensa el purpurado argentino Ángel Sixto Rossi, de 66 años.

El estilo y las reformas impulsadas por Francisco desperta­ron no obstante críticas entre los sectores más conservadores, que apuestan ahora por un cambio más enfocado en la doctrina. El italiano Pietro Parolin aparece como uno de los “papables” favoritos a medida que crecen conflictos y crisis diplomáticas por el mundo. Este cardenal ejerció como secre­tario de Estado con Francisco tras ser nuncio en Venezuela.

La casa de apuestas británicas William Hill lo pone por delante del filipino Luis Antonio Tagle, seguido del cardenal ghanés Peter Turkson y del también italiano Matteo Zuppi.

El cónclave se popularizó aún más tras la galardonada película homó­nima de Edwar Berger, que juega con las tensiones entre facciones del Vaticano. “Es una oportunidad de mostrar al mundo que películas como ‘Cónclave’ y otras parecidas no son la realidad”, dijo el cardenal español Cristóbal López Romero al medio oficial Vatican News.

Déjanos tus comentarios en Voiz