“Se busca revitalizar estos espacios como símbolos de la identidad comunitaria, promoviendo la memoria histórica y el desarrollo económico y social”, destacaron los responsables del programa que tiene previsto restaurar y poner en valor en principio ocho sitios históricos. La idea es poder establecerlo como una política de Estado que ayude a recuperar el patrimonio en todo el país.

“Hay mucho entusiasmo en la comu­nidad, eso nos motiva espe­cialmente”, dice Cynthia Melgarejo, coordinadora general del Programa Salva­guarda Urgente del Patrimo­nio Cultural Material de la Secretaría Nacional de Cul­tura (SNC). Lo hace tras la presentación del programa en el Salón Municipal de Ybytymí, departamento de Paraguarí, donde se res­taurará la antigua estación de trenes, que data de 1887 y está en un parque de unas seis hectáreas.

Considera que el hecho es “importante porque cada uno de estos sitios refleja un vínculo profundo entre la memoria colectiva, la identidad comunitaria y la forma de vida de sus habi­tantes, fortalece la cohesión social y el sentido de perte­nencia. Además, represen­tan valores significativos para las comunidades loca­les y actualmente se encuen­tran en estado de abandono o subutilización, lo que pone en riesgo su conservación a largo plazo y disminuye su valor patrimonial”.

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PRIMERA FASE

En esta fase del programa se revitalizarán también las estaciones de Areguá (Central) y San Salvador (Guairá), “lo que nos ofrece una oportunidad única para impulsar un desarrollo sos­tenible que integre a las comunidades en el disfrute y protección de su patrimo­nio”.

Melgarejo puntualizó que “Ybytymí y San Salvador inician el proceso de ela­boración del protocolo de intervención y proyecto ejecutivo y se estima que ese trabajo culminará en tres meses, el proceso de llamado a licitación es de dos meses e inicio de obra se estima para los meses de junio o julio del corriente. El periodo de obra para Ybytymí es de ocho meses y el de San Salvador 10 meses”, explicó.

“En el caso de Areguá, se iniciará en el mes de abril y el proceso de llamado a licitación es de dos meses, por lo que el inicio de obra se estima para el mes de setiembre/octubre del corriente y la ejecución tiene una duración estimada de 10 meses”, recordó.

TAREAS, ACTIVIDADES Y USOS

Para la arquitecta Silvia Rey, “las estaciones, al igual que todo el sistema ferroviario que se conserva hasta el día de hoy, constituyen el testi­monio más representativo de la entrada del Paraguay a la era de la revolución indus­trial”.

Entiende que “hay tres motivos fundamentales para conservar y valorizar este patrimonio cultural: en primer lugar, es un deber moral el respeto al legado de nuestros antepasados y como fiduciarios obligados a transmitirlo a las futuras generaciones; en segundo lugar, al estar amparado por leyes, existe un deber civil del que todo ciuda­dano debería tener concien­cia; y en tercer lugar, aun­que no menos importante, el acceso al patrimonio cul­tural es un derecho funda­mental y su puesta en valor es la manera de lograr su dis­frute”, apunta explicando razones.

Una vez remozados los edi­ficios, se realizarán allí una serie de actividades. Así lo explica Melgarejo: “La defi­nición de los nuevos usos de estas estaciones forma parte del proceso de puesta en valor y se realiza en cola­boración con todos los acto­res, las comunidades, el municipio y Ferrocarriles del Paraguay (Fepasa). Esta metodología asegura que los espacios restaurados sean reapropiados y sostenibles, tanto cultural como econó­micamente. Entre las activi­dades contempladas podrían incluirse centros culturales, museos temáticos, espacios de encuentro comunitario y puntos para el desarrollo de actividades turísticas y económicas. El objetivo es que estos sitios restaurados se conviertan en escenarios vivos que conecten a las per­sonas con la memoria histó­rica y la riqueza cultural del país”, señala.

“Definir las actividades que albergará cada estación es parte del proyecto de inter­vención. En este sentido, se busca que las decisiones se tomen en conjunto con la comunidad, considerando las especificidades de cada sitio y como resultado de un proceso participativo. En líneas generales, estas actividades deberán estar relacionadas con una fun­ción social y programas afi­nes a la cultura y el carác­ter del lugar. También se contemplan otros tipos de usos, como los administra­tivos, de servicio, educati­vos, de ocio o turísticos, que contribuyan a la sostenibi­lidad cultural y económica de cada edificio”, añade.

FUNCIONALIDAD

Para Rey, “es fundamental incorporar funciones que formen parte del día a día del ciudadano. Esto busca dinamizar las estaciones como centros de intercam­bio entre los visitantes y los vecinos del lugar”.

Por otra parte, “los edificios deben integrar las necesida­des y requerimientos de la vida contemporánea que en su origen no fueron contem­plados. Esto incluye la acce­sibilidad universal, equipa­miento apropiado, sistemas de prevención contra incen­dios y las diferentes instala­ciones necesarias”.

Para la técnica, “es crucial analizar la realidad local al definir el programa fun­cional. Esto es un condi­cionante si el objetivo es alcanzar la sostenibili­dad en la conservación de las estaciones, al mismo tiempo que se dinamizan económicamente las comu­nidades”.

Ante la pregunta de si se integrarían salones anexos, auditorios, etc., explicó que “la necesidad de obras com­plementarias –o adición de obra nueva, como le llama­mos en el ámbito de la inter­vención arquitectónica– no se puede establecer a priori, ya que es resultado de cada proyecto de intervención. Cada una de las estaciones se constituye en espacios de memoria en sí mismas. Esto no quiere decir que tengan que funcionar como museos, pero los aspectos museoló­gicos son inherentes a estos edificios y siendo así el pro­yecto, independientemente del uso, deberá contemplar aspectos didácticos e inter­pretativos que permitan el disfrute del patrimonio”, reseña.

INSTITUCIONALIZAR LA SALVAGUARDA

Cynthia Melgarejo explicó que el Programa de Salva­guarda busca establecer un nuevo paradigma que prio­rice la participación comu­nitaria como eje central de los procesos.

Para ello, los objetivos prin­cipales se organizan en tres ejes: 1) Educación patrimo­nial y participación ciuda­dana mediante estrategias educativas, participativas y territoriales.

2) Promoción y difusión del patrimonio cultural forta­leciendo el sentido de per­tenencia y orgullo cultural, difundiendo los bienes patri­moniales a nivel local, nacio­nal e internacional.

3) Diseño de intervenciones en bienes muebles e inmue­bles, fomentando la preser­vación y recuperación de sitios históricos mediante intervenciones integrales basadas en protocolos téc­nicos y proyectos ejecutivos aprobados por autoridades competentes.

Ante la consulta de ¿qué hace falta para instalarlo con una continuidad para la recupe­ración de otros sitios emble­máticos?, Melgarejo sostuvo que “para extenderlo a otros sitios emblemáticos, es fun­damental que se institucio­nalice como una política de Estado, trascendiendo este periodo de gobierno. Esto requiere la descentraliza­ción de competencias y un rol más activo de los gobier­nos locales en la aplicación de normativas y la conser­vación del patrimonio cul­tural. En esta primera fase, con el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Pro­grama de Naciones Uni­das para el Desarrollo (PNUD), Itaipú Bina­cional y el Parque Tec­nológico de Itaipú, se está trabajando en la puesta en valor de ocho sitios, mientras que otros 10 se encuentran en análisis para ser incluidos en la segunda fase. La conti­nuidad también dependerá de la capacidad de generar un impacto visible en térmi­nos de beneficios sociales y económicos, fortaleciendo así el compromiso de todos los actores involucrados”.

CRITERIOS DE SELECCIÓN

  • La urgencia de salvaguarda: inmuebles en riesgo de deterioro irreversible si no se actúa de forma inmediata.
  • Relevancia histórica y cultural: sitios emblemá­ticos que representen hitos significativos de la historia y cultura paraguaya.
  • Impacto social: capacidad de generar beneficios tangibles en la identidad cultural y el desarrollo económico de las comunidades.
  • Prioridad territorial: ubicación en áreas estraté­gicas identificadas por el Gobierno Nacional.

El programa abarca los siguientes tipos de bienes materiales con valor patrimonial cultural:

  • Patrimonio cultural de interés religioso: incluye catedrales, templos, santuarios, capillas, oratorios y remanentes de este tipo de edificios, así como sus bienes integrados.
  • Edificios públicos de valor patrimonial cultural: comprende museos, bibliotecas, construcciones de instituciones públicas y estructuras con valor arquitectónico, histórico, social y cultural.
  • Sitios, hitos y centros históricos: incluye lugares, monumentos, edificios privados, estructuras, conjuntos urbanos y rurales con valor cultural, simbólico, histórico, social o arquitectónico significativo.

LOS OCHO PRIMEROS

El Gobierno con el respaldo de Itaipú desti­nará un total de USD 5 millones (equivalen­tes a G. 38.800.000.000) para la restauración de ocho sitios históricos en la primera etapa del programa. Estos fondos estarán destina­dos a la conservación de patrimonios ubica­dos en Asunción y en seis departamentos del país. La intervención se realizará en el marco del Decreto presidencial N.° 2464, firmado en setiembre del año pasado.

LOS SITIOS QUE SERÁN INTERVENIDOS EN ESTA PRIMERA FASE SON:

  • La Recova (Asunción)
  • Estación de tren de Ybytymí (Paraguarí)
  • Estación de tren de Areguá (Central)
  • Estación de tren de San Salvador (Guairá)
  • Templo Ñandejára Guasu de Piribebuy (Cordillera)
  • Templo San Buenaventura de Yaguarón (Paraguarí)
  • Templo Isla Umbú (Ñeembucú)
  • Casa de la Cultura de San Pedro del Ycua­mandyyú (San Pedro) En una segunda fase, se añadirán otros sitios emblemáticos como la Estación Central del Ferrocarril del Paraguay, la Catedral Metropo­litana de Asunción, el Palacio Patri y la casa de Serafina Dávalos.

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