El actor Javier Enciso vuelve al circuito del cine, esta vez en un papel secundario en el filme independiente de tinte religioso escrito y dirigido por el padre Pablino Villalba. Tras conflictos personales que lo alejaron de las pantallas y lo llevaron a subsistir en situación de calle, el actor habló con La Nación/Nación Media sobre este proyecto, así como el presente y futuro tanto de su vida personal como profesional.

  • Por Jimmi Peralta
  • Fotos Néstor Soto / Gentileza

Durante la década pasada el cine nacio­nal vivió sin dudas su mejor momento histórico. El crecimiento exponencial de las producciones y el alcance internacional de los trabajos convocaron al país a las salas y permitió que los fotogramas made in Paraguay se proyec­ten en salas comerciales de distintas partes del mundo.

La configuración para el surgi­miento de la industria del cine local, por ahora latente, per­mitió desde 2010 en adelante el destaque técnico, comer­cial y artístico. En esta última línea, varios actores paragua­yos lograron anotarse en los créditos internacionales.

El cine paraguayo ahora habla en paraguayo y eso se volvió de exportación. En 2014 se estrenó “Luna de cigarras”, un thriller de acción que permitió conocer al actor Javier Enciso, quien dando vida a Gatillo se destacó en la pantalla grande.

Tras reconocimientos dentro de producciones internacio­nales, su vida se sumergió en conflictos personales que lo llevaron a subsistir en situa­ción de calle. Hoy Javier está de vuelta, forma parte del elenco del filme “Karape’i”, produc­ción independiente de perfil religioso escrita y dirigida por el padre Pablino Villalba.

“Para mí el cine en Paraguay representa una tierra muy fértil donde lo que siembres dará frutos. Encuentro la oportunidad de generar la apertura de mercados dirigidos a públicos específicos que se encuentran cautivos y son ávidos consumidores que acceden sin dudar a productos que llenan sus expectativas”.

–¿Cómo llegaste al último proyecto en el que traba­jaste y cómo fue la expe­riencia?

–La producción del largo­metraje llegó a mí por redes sociales, que es un gran faci­litador. Hoy día es imposible encontrar dificultades para comunicarse. A quien nece­sitás, lo encontrás. Luego de las reuniones de rigor, logra­mos un justo equilibrio entre las partes. Ponerse de acuerdo en positivo para lograr llevar adelante un proyecto es la parte fácil.

EL PERSONAJE

–¿Podrías contarnos un poco sobre el papel y la historia que presenta este nuevo trabajo?

–Es un papel secundario representando el rol del pro­fesor de artes marciales de la protagonista. Las acciones de mi personaje justifican el des­enlace de la trama. El conte­nido es bastante interesante. Cuenta la historia de Danna, una niña que decide escapar de su casa debido a las inten­sas peleas entre sus padres. Deambulando a su suerte por las calles, se encuentra con don Abedul, un recicla­dor que gentilmente le ofrece abrigo, cuidado y contención ante la difícil situación en que se encuentra la inocente. En medio de la cotidianeidad de la vida en calidad de indi­gente, un grupo de crimina­les intenta aprovecharse de ambos.

–¿Cómo abordaste el tra­bajo que te tocó en este pro­yecto?

–Y el desafío representó pri­mero que nada en descue­rearme bastante para lograr la condición física de un pro­fesor de artes marciales, específicamente taekwondo. Encontrarme con la disci­plina del tatami, lograr sos­tener la postura de la ideología marcialista, que te lleva a entender la terminología que los comunica. Son muchas reglas, además de sumarle la carga emocio­nal que representa el cariño y la atención que otorga un docente a su alumna desta­cada. Es lo genial del arte y esa cualidad de otorgar desa­fíos interesantes en todos sus aspectos. Me ayudó bas­tante, estaba muy ocioso en casa. Como diría Les Luthiers, “el ocio es la madre de todos los vicios y como a toda madre hay que respetarla”.

–¿Qué implica para vos esta vuelta a la labor actoral, en particular dentro de este proyecto?

–Principal­mente repre­senta concre­tar proyectos cinematográficos independientes, de bajo presupuesto, generados con recursos humanos situados fuera del circuito de grandes realizadores, una suerte de cine clase B. Para mí el cine en Paraguay repre­senta una tierra muy fértil donde lo que siembres dará frutos. Encuentro la oportu­nidad de generar la apertura de mercados dirigidos a públi­cos específicos que se encuen­tran cautivos y son ávidos consumidores que acceden sin dudar a productos que llenan sus expectativas.

UN DESAFÍO

–¿Cuál es el público al que apunta “Karape’i”?

–“Karape’i” reivindica valores humanos direc­tamente relacionados al punto de vista de quienes profesan la fe católica. Es un desafío superinteresante ajustarse a los requisitos que impone un argumento en el que la delincuencia o la superficialidad no son los protagonistas. Por otro lado, la difusión y venta de las pro­yecciones se des­envuel­ven sobre una estruc­tura para­lela al circuito comer­cial, obse­quiando una base de datos que enriquece la experiencia y un horizonte próspero. En lo personal me encuentro feliz de encon­trar un grupo humano que facilita la realización de contenidos y otorga una oportunidad a los consejos que aportan mi experiencia.

–¿Cómo llegás al mundo de cine y en la actuación en particular?

–Me veo obligado a men­cionar a un amigo de años, Marcelo Antúnez, quien en 2002 me dio la oportuni­dad de formar parte de “La tarde de Venus” en Radio Venus, conformado por un increíble equipo: Marcelo a la cabeza, Ariel León, Romeo Ortigoza, Gustavo Cabañas, José Ayala, yo y en contro­les el gran Juanito Arias. La rompíamos. El programa era muy escuchado. Mediante esto y el prestigio de la radio estábamos expuestos en una de las mejores vidrieras de los medios. Comencé como todo el mundo haciendo publicida­des y terminé en Netflix, 20 Century Fox y varias otras plataformas. Marcelo es una persona que carga con el don de ver a sus semejantes y otorgarles una oportunidad genuina. Es un capo.

–Sabiendo lo difícil de la escena local, hiciste mucho.

–Para lo único que sirve el ego es para afirmarte a vos mismo “vos podés” y después lo descartás. Me sigo sorpren­diendo de hasta dónde llegué en la vida, en todos sus aspec­tos. Es grato darte cuenta de que ante la adversidad nece­sitás constancia y disciplina o al final todo es nada.

EL ARTE Y LA VIDA

–¿Actualmente proyec­tás la actuación como algo central en tu vida, sea en lo laboral o en lo personal?

–Me identifico con lo decla­rado por Orson Welles, crea­dor del cine moderno, que en una entrevista realizada en París dice que no considera que el arte sea lo más impor­tante y que prefiere cual­quier otra forma de lealtad en la vida en lugar del arte. Welles no adscribe a la con­cepción romántica que sitúa a los artistas por encima de todos los demás. Él no se consideraba un artista pro­fesional, sino un aventurero. Entre el arte y la vida antepo­nía la vida porque sin vida no hay arte.

–¿Qué representó para vos darle vida a aquel perso­naje Gatillo en “Luna de cigarras”?

–Por sobre todo reconozco la oportunidad de poder llenar las expectativas de un director como Jorge Díaz de Bedoya. Su jerarquía como artista es indiscutible y el desafío de ser el protagonista de su idea es una responsabilidad que tiene una carga considerable. Lograr en el público el recono­cimiento de este esfuerzo te llena el espíritu con la satisfac­ción de haberlo logrado.

–Pasaste turbulencias en los últimos años y ahora estás de vuelta al ruedo. ¿Te gustaría decir algo sobre eso?

–Si se me permite, me gus­taría agradecer a todas las personas que me dieron una mano desinteresada ante situaciones difíciles. Este café donde nos encontramos para la entrevista pertenece al genial Gianluca Berto­lazi, quien junto a Sebastian, Jefferson, Candido, Susi, Aida y Lorenza simplemente me ofrecieron su cariño sin pedir nada a cambio. Y, por supuesto, a mi madre. No sé qué sería de mi vida sin la fabulosa mamá que me regaló la oportunidad de vivir.

FICHA DE LA PELÍCULA

Nombre: “Karape’i”

Guion y dirección: Padre Pablino Villalba

Coproductor: Rubén Paniagua

Producción ejecutiva: Lourdes González

Reparto: Danna Resquín, Carlos Benítez, Javier Enciso Morel, Hugo Espinoza, César Romero García, Patricia Irrazábal, Fátima Villalba, Lesly Ortigoza, Yimmy Duarte, Profe. Miguel Ángel Ayala.

Sinopsis: Un señor de mediana estatura, de un metro cincuenta, conoce a una nena de 11 años que es cinturón negro de taekwondo. Juntos empiezan a tener aventuras y encuentran respuestas ayu­dándose entre sí.

“Para lo único que sirve el ego es para afirmarte a vos mismo ‘vos podés’ y después lo descartás. Me sigo sorprendiendo de hasta dónde llegué en la vida, en todos sus aspectos. Es grato darte cuenta de que ante la adversidad necesitás constancia y disciplina o al final todo es nada”.

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