La artista conversó con La Nación sobre el sencillo y sus expectativas.
La cantante paraguaya Ana Celina (26) del sello InOut Music/Nación Media este viernes se encuentra de estreno. La talentosa compositora plasmó la experiencia de una relación que no pudo ser en su nuevo sencillo titulado “Nene” y el single ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales.
Ana Celina, quien este año se presentó en el popular festival Asunciónico y que estos últimos meses compartió con sus fans canciones más movidas, para el mes de agosto apostó por un estilo diferente. Pues “Nene” sería una canción de estilo R&B, con una letra más introspectiva sobre el vínculo romántico que no se concretó.
La artista de InOutMusic cuenta una historia real en este nuevo sencillo, una experiencia que la hizo crecer personalmente y la ayudó a soltar. Con una letra profunda nos invita a pasar a su corazón y entender cómo se sintió con el “Nene” en cuestión. La estrella musical conversó con La Nación y brindó algunos detalles del tema, que no se duda será un hit.
-¿Por qué la nueva canción se titula “Nene” y cuál es la historia detrás de la canción?
-La canción se llama “Nene” porque es la forma cariñosa en la que le decía a esta persona, a la cual le escribí la canción. Trata de esos amores que son los correctos, pero que llegan quizás en el momento incorrecto, o sea, vos sentís que es la persona, pero finalmente no es el tiempo, no estás en la misma página, en el mismo proceso. Vos querés unas cosas, él todavía no está ahí y se torna un poco complicado las diferencias, por eso en la letra digo, que sé que no estábamos listos, y que yo estaba a 120, queriendo muchísimo y él todavía estaba en 80, que no está mal creo yo, no coincidir en los tiempos y lo que está mal es forzar en ser o en que se dé algo que todavía no está en esa madurez.
-¿Cuándo compusiste el tema y quién lo produjo?
-El tema ya lo escribí hace un año, lo tenía guardado porque quería que tenga su tiempo, su momento, quería estrenarlo con una historia, con un videoclip bien hecho, para mí cada canción debe tener su tiempo, porque siento que cada historia es diferente. Es un estilo más R’n’B con un toque de urbano. Quería lanzar primero los otros, “Para mí” y “Querernos”, que son más para arriba y dejar esta canción más reflexiva, más introspectiva, como para un momento donde se pueda apreciar y donde haya un tiempo, un espacio. Quiero darle todo el amor a esta canción, siento que transmite mucho sentimiento y el dejar ir, el entender que no está mal vivir en diferentes velocidades. La canción la produjo Luigi Manzoni.
El clip de “Nene” fue dirigido por Diegett
-¿Tenés un verso favorito de la canción?
-Me gustan muchos versos, por ejemplo “vos 80 y yo 120″, porque relata tal cual las diferencias de velocidades, y tal vez uno que no me esperaba pero que salió tal cual como sentía, “te diría que ahora soy más consciente, que el enojo no me hizo más fuerte”. Porque a veces terminamos ciertas relaciones con el enojo y pensamos que desde ahí podemos sanar o ser más fuertes, o que eso nos va a empoderar, pero en realidad nada de eso sirve, si vos no entendés el propósito de una persona en tu vida, o de una relación o de un vínculo, me gusta mucho esa frase porque engloba eso.
VULNERABILIDAD COMO FORTALEZA
-¿Qué pensás sobre mostrarte vulnerable por medio de tus letras?
-Para un artista siempre hay esa contradicción de que queremos una vida privada y normal y a la vez esa necesidad, esas ganas y deseo profundo de compartir lo que uno piensa, lo que uno siente, por más que sea un proceso difícil o doloroso, por más que sea algo de lo que no quieras hablar, el arte te llama y es una forma de desahogarte. Es una manera de conectar con otras personas que capaz no encuentran palabras o sonidos para decir lo que sienten y cuando vos lo haces dicen: “esto es lo que me pasaba”. Y creo que siempre tengo esa contradicción de mostrarme vulnerable y la vez que esa vulnerabilidad es mi fuerza, mi autenticidad, por lo cual podría o no destacarme, lo que me hace única finalmente. Para mí, la frase que siempre llevo como bandera es la que dijo el director de “Parásitos” cuando ganó el Oscar: “Lo más personal es lo más creativo” y siempre voy ahí, a veces buscamos la creatividad afuera y realmente cuando sos más específico con lo que pasó, con lo que tenemos adentro, lo que sacamos es más creativo y único.
La joven artista presentó su nuevo trabajo para su público
-¿Qué expectativas tienen tus fans sobre la canción?
-Creo que mis fans estuvieron esperando ya, porque yo lancé algunos adelantos, especialmente del coro y les gustó, les pareció un estilo diferente, más tranqui, combinando siempre los estilos urbanos. Lo que más escucho que dicen es que les gusta esa versatilidad, a mí la música me gusta en todos los sentidos, para mí la música no tiene forma, ni la encasillo.
-¿Qué podemos esperar para lo que resta del año de Ana Celina?
-Para lo que resta del año pueden seguir esperando canciones honestas, show y conexiones, también estoy buscando conexiones con otros artistas que amo y admiro y me encantaría colaborar y estamos en planes. Como siempre quiero seguir creciendo en el arte, quiero seguir madurando, quiero seguir aprendiendo de la música, porque a través de la música aprendo de mí también, creo que es un poco de ambos.
“La esencia de la música es la conexión entre el creador y el público”
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Fotos: Mariana Díaz
En este “Expresso” a puro canto y guitarreo, Augusto dos Santos recibe al cantante misionero Marcelo Gabriel, quien repasa el inicio de su carrera musical en los fogones en las estancias, pasando por sus primeros shows tras ganar popularidad en las redes y su etapa profesional en los espectáculos en vivo. En contraposición al panorama sombrío respecto a los riesgos que supone la inteligencia artificial para los derechos de autor, Marcelo Gabriel destaca las puertas que abre esta tecnología para hacer más asequibles los procesos de producción y grabación, así como los ingresos por las reproducciones a través de las plataformas.
–¿Cómo empieza lo de tu gen musical?
–Qué linda pregunta. Arranca en casa, yo traigo esto de mi papá, de su influencia. Siempre yo hago un comentario. Por más de que él haya oficialmente en la etapa que yo crecí dejado la música, la música nunca lo dejó a él porque él seguía tocando en casa. Agarraba el teclado, la guitarra, de repente un acordeón y eso me influye durante toda mi infancia hasta que un día yo no aguanto más y le digo “papá, necesito aprender”.
–Aprendiste con qué instrumento en principio.
–Mi primer instrumento fue el teclado. Papá me mostró el teclado y me dejó jugando con eso y ahí hice mis primeras armas.
–¿Cuál es la música que te formó en este camino?
–Al crecer en Misiones, en San Miguel básicamente hago mi vida, pero me relaciono con todas las otras ciudades. Y ahí hay esa conexión con el folclore litoraleño. Yo crecí entre chamamés, sambas. Me acuerdo que uno de mis mejores amigos, que se llamaba Iván, me mostraba los festivales de Jesús María. Nos juntamos en su casa a ver esos festivales. Nosotros éramos seguidores de los grandes, de Soledad Pastorutti, El Chaqueño, Quemil Yambay, Contrapunto, Generación, crecimos con ese tipo de mezcla.
–Misiones es una región extraordinaria, es la única región que tiene nombre y apellido, porque vos sos San Miguel Misiones, San Juan Misiones, San Ignacio Misiones, y el otro tema es que no solamente tiene que ver con el litoral probablemente, tiene que ver también con la cultura de estancias, donde hay mucho de eso de mezclar chamamé, chacarera y compañía.
–Es la famosa música de fogón, que se defiende con una guitarra. Imaginate que yo a estas alturas de mi carrera artística me doy cuenta de la importancia que tiene eso. El poder agarrar una gran canción, defenderla con una guitarra que suene en un ambiente así y que vos te vayas con esa canción en la cabeza. Es lo que te marca ese tipo de ambientes. Y después también te lleva a analizar que esos son los ingredientes que tiene que tener una gran canción.
PERSIGUIENDO UN SUEÑO
–Y encontraste entonces inspiración en ese contexto y después tu siguiente momento fue venir a aprender música más formal en Asunción, ¿verdad?
–En ese deseo que yo tenía de perseguir la música, como papá y mamá me veían, entonces ellos me dicen “tenés que ir a estudiar al conservatorio, no te quedes sin esa oportunidad”. Me mandan al Ateneo Paraguayo, hago cinco años del profesorado ahí. Yo salía de San Miguel a las tres de la madrugada, llegaba en el colectivo a las 7 de la mañana, tenía piano con Manuel Domínguez, a las 8 de la mañana teníamos clases de apreciación musical, estudiábamos toda la historia de la música, 10 de la mañana tenía otra materia y a las 11 práctica coral. Una cosa hermosa que me dio las oportunidades de estar ahí. Y también estudié guitarra clásica en la misma época con Violeta de Mestral, que es la que me da los dedos.
–¿Qué te parece que tiene que mejorar en la escuela de música en Paraguay?
–Yo creo que lo académico tiene que enlazarse con la parte artística del vivo, de la música en vivo. Eso es lo que siempre le reclamé a la academia.
Marcelo Gabriel, cantautor y productor
–¿Cuáles fueron los referentes de tu vida que te marcaron?
–Yo escuchaba mucho cuando estudiaba en la Facultad de Derecho a la generación de Charly García, bandas como Serú Girán, donde estaban Pedro Aznar, Lebón y todo eso. Y eso me inspiró mucho. Y eran canciones. Yo siempre estuve muy cautivado por las grandes canciones. Y entonces me conectaba con la historia de ellos, yo me ponía a leer las biografías.
–¿Y te recibiste de abogado?
–Yo soy abogado por la UNA (Universidad Nacional de Asunción). No llegué a litigar. Tengo el título y todo eso, pero no ejercí, pero me dediqué a la música a partir de ahí.
UNA DEUDA SALDADA
–Háblame un poco de “Tengo tu mirada”, por favor.
–“Tengo tu mirada” conecta con lo que estábamos hablando. Era una deuda que yo tenía de escribir una canción para mi papá. Yo siempre tenía a mi papá en el sentimiento, pero me faltó siempre decirle “papá, te amo y te quiero mucho”. Hablábamos con lekaja, soñábamos juntos, hasta que salió esta canción que dice así... (momento musical).
–Maravilloso… Luego llega una etapa en tu vida en la que te convertiste en un personaje más público.
–Total. Yo creo que una de mis pasiones también siempre fue el ver para dónde va la cuestión. En esa época se abría internet. Y decía ¿por qué no canto y no subo esto? Después me venían los pedidos. Como veían esos videos, llegaban los pedidos. Eso me llevó a tocar a un montón de lugares. Mis primeros fans salían de esa dedicatoria y después te recomendaban otra vez.
–Luego llega la pandemia y nos arrebatan nuestra rutina. Probablemente vos mismo estabas en una etapa de crecimiento.
–Fue un momento complicado, porque nosotros veníamos tocando en eventos, habíamos tenido como una subida de shows en bodas recuerdo muy bien. Teníamos agendado todo el año, teníamos todo eso y cae. Nosotros milagrosamente nos encontramos en aquella época con Sol y dijimos “vamos a transmitir en vivo”. Yo recuerdo una siesta cuando estábamos arrancando la pandemia, conecto a Facebook y tenemos 600 personas. Y digo ¿qué tal si nos ponemos a cantar en vivo? Nos conectamos, le pusimos horario, viernes 22 horas y hacíamos un espacio que se llamaba “Viernes de peña”, donde no solo había gente de Paraguay, sino que se empezó a hacer una comunidad latina, gente de Venezuela, de toda Latinoamérica. Y tanto así que nosotros hicimos 178 ediciones de “Viernes de peña” a puro corazón, porque nos cambió la vida. Después de la pandemia toda la comunidad quería tenernos en la casa y no encontramos con las familias que no conocíamos, nos encontramos con fans, era un sentimiento hermoso.
–¿Y qué pasó después de la pandemia con la experiencia en internet?
–Creció el formato. Nosotros hemos arrancado entre dos, después teníamos ya una banda. Lo que nosotros hicimos fue ir todas las semanas a grabar al estudio y subir el video a YouTube, porque estaba explotando el canal. Entonces, teníamos el primer video que llegaba ya a 10 millones (de reproducciones).
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
–En algún momento dijiste que uno no puede volverse fan de una IA. ¿Qué te suscita esto que está pasando en este momento?
–Yo creo que la IA viene a cambiar y a revolucionar la música. Uno, viene a democratizar la producción. Antes el quid de la cuestión era llegar a un estudio. No es lo mismo grabar en tu zona con el pibe que aprendió ayer que grabar con el productor que está nominado al Grammy. ¿Qué viene a hacer la IA? Viene a cambiar el paradigma. Te viene a decir “vos tenés la posibilidad de escuchar cómo sonaría con una producción increíble y yo te voy a dar la idea por 5 % del valor que te saldría el productor”. Eso está ocurriendo ahora ya, está revolucionando todo porque la IA se alimenta de toda la base sonora que ya existe y te tira la referencia. Entonces, a mí me llevó ahora a acelerar mi proceso creativo, de tener una canción, de decir ¿cómo sonaría esto en el estudio? De ahí trabajar con mi músico, de decirle “tomá esto de referencia, quiero que vuele tu creatividad”, pero ya avanzamos mil veces más rápido. Y sobre los artistas de IA, yo creo que no hay creación sin creador. Si no hay esa cara visible, es difícil. La esencia de la música es la conexión entre el creador y el público.
–No descarto que en 50 años más todo lo creado por el hombre sea una cuestión de nicho que va a costar más caro, pero por el momento cuesta un poco adaptarse a ver un cantante que en realidad no existe y que canta canciones que sí existen.
–Encima estamos teniendo una revolución en dos ámbitos, en el ámbito de video y de música. Y los dos se mezclan y vos no sabés cuál es real. Yo coincido contigo. Yo creo que vamos a llegar a la experiencia y la IA va a ser baratija y lo caro va a ser la experiencia humana, el que pueda llevar la experiencia humana y al contacto real. O sea, la canción puede sonar increíble en el estudio, pero si no la podés defender en vivo, te quedaste hasta ahí. Ahora vos podés crear una canción en fracción de segundos, pero también cómo llevar esa canción al mundo vivo va a ser el gran tema.
Marcelo Gabriel, cantautor y productor musical
UN OFICIO A TIEMPO COMPLETO
–Quería preguntarte ¿cómo ves el negocio de la música y si es posible vivir de ella?
–Yo recuerdo bien que le dije a papá “estoy ganando la plata en esto”. Me acuerdo de cuando arrancaba, le dije que tengo la intuición de que acá hay algo que es grande. Tanto así que me encuentro un día con una frase de Quincy Jones que dice ¿cuál es el producto que está colocado en todos lados y sonando al mismo tiempo? La música, en el súper hay música, al acostarse hay música, está en todos lados. Entonces, yo ahí digo “es cierto, la música está en todos lados”. Tengo que aprender de este negocio. Ahí aprendo todo el negocio de la distribución digital, de los derechos, de lo que son los derechos del autor, de los negocios de publishing. Me puse a estudiar, hice todo un curso ahí. Entonces dije “bueno, si quiero vivir de esto, tengo que entenderlo al 100 % y desarrollarme”. Ahí es que yo aprendo a desarrollar el catálogo, me doy cuenta de que estamos en el mejor momento de la música.
–¿Por qué?
–Porque digitalmente el control de la música es mucho más eficiente que antes. Antes tenía que hacerse por monitoreos de repertorio de dónde sonaba. Ahora si vos escuchás mi música, un fragmento, me llega a mí el centavo de dólar. Significa que me escuchan allá en Tanzania y me va a llegar el centavo de dólar. Entonces vos recogés de todos lados y ese es el negocio. El mundo digital cambió todo. Entonces, ahí yo empecé a vivir en la música, también de decir “esto que construí en el tiempo de las grabaciones que hice, lo que yo invertí ahí, me tiene un retorno en el mundo digital” y por eso también te da la gana y la pauta de desarrollarte como artista. Porque es una inversión increíble. Vos estás trabajando en grabar en estudio, en hacer audiovisual, toda una producción que te sale también. Entonces, la respuesta es sí, se puede vivir en la música.
La incesante vitalidad creativa de Lucy Yegros, Aretè
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Luis Vera (*)
Fotos: Gentileza
En la Casa Bicentenario de las Artes Visuales Ignacio Núñez Soler, del CCR El Cabildo, con el apoyo del Centro Cultural de España Juan de Salazar, permanecerá abierta hasta el próximo 5 de diciembre la muestra “Impermanencia”, de la artista Lucy Yegros, que encapsula toda una vida de investigación estética y compromiso ético.
Marcando el octogésimo quinto año de vida de la maestra Lucy Yegros, la exposición reúne transformaciones realizadas por Lucy sobre fotografías del arquitecto y fotógrafo alemán Joachim Zangemberg, a quien le rinde homenaje póstumo. Ella no interviene; ella transforma. Esta distinción semántica hecha por ella misma no es trivial; es la clave para comprender todo el proyecto.
No es un gesto que borra, sino el de una reinscripción; no de una conquista de la imagen, sino de un ritual de reencuentro. Desde el principio establece desde una relación no jerárquica y respetuosa con la obra de su amigo. Con un gesto que es a la vez diálogo y danza, sigue los surcos del mundo moderno para despertar en ellos los espíritus de la cosmología guaraní.
Es una serie que encapsula toda una vida de investigación estética y compromiso ético. En un momento de merecido homenaje a su vasta trayectoria, que incluye participaciones en las bienales de Venecia y Sao Paulo, Lucy no ofrece una retrospectiva, sino un audaz paso hacia adelante, un gesto de su incesante vitalidad creativa.
Las fotografías de Joachim, que registran las marcas y líneas de la intervención en un edificio, representan un rastro de la modernidad occidental: racional y estructural. Sobre ellos, el acto de seguir los trazos y pintar esos surcos entra en un diálogo con las líneas existentes, tratándolas no como un lienzo en blanco, sino como un interlocutor. Esta capacidad para percibir el potencial latente en cualquier forma es una constante en su práctica artística. En una vieja pala, un pedazo de madera, tejidos u otros restos, la artista desarrolla su inmensa creatividad.
Su arte no se puede separar de su inmensa alegría y su generosidad desbordante. Porque para ella crear no es un acto solitario, sino la forma más elevada de festejar la vida y de tejer comunidad. En estas obras, como en su propia existencia, Lucy nos muestra que la belleza más profunda es, y siempre ha sido, un modo de ser en el mundo.
ARETÈ: MÁS ALLÁ DE UN NOMBRE
Aunque es una palabra guaraní, Lucy lo escribe con el acento grave francés, como declaración de su libertad creadora. Desde 1990, en la exposición en el Museo de Arte de Sao Paulo, firmó sus obras como Aretè, que es polisémica y rica en connotaciones. Contiene la raíz “ára” (tiempo) y el sufijo “ete” (verdadero), sugiriendo la idea de un “tiempo verdadero” o “fiesta sagrada”, en la cultura guaraní occidental.
La clave para interpretar la praxis de Yegros como arete nos la proporciona el antropólogo paraguayo José Antonio Gómez Perasso, quien escribió una de las presentaciones más lúcidas de su obra. Él afirma: “Sobre diversos soportes, Lucy Yegros, como en invitación a la danza ritual, nos lleva de la mano a su mundo, a la búsqueda de un tiempo en el que el hombre era rico; rico porque era capaz de comunicarse con la naturaleza toda; rico porque era capaz de soñar… Lucy firma ‘Aretè’, apelativo que en el vocabulario ghiriguano-guaraní designa al rito de ‘reencuentro’ con los antepasados”.
En esta celebración, ritual y conexión con un tiempo primordial, Aretè no es un sustantivo estático, sino un verbo, una acción permanente de conexión con el mundo.
El concepto de arete como “tiempo verdadero” sugiere que la obra de Lucy Yegros opera fuera de la concepción lineal y progresiva del tiempo occidental.
Volviendo al “encuentro”, un aspecto crucial es que Lucy no pertenece a un grupo específico de artistas, está incluida en todos. Esta aparente paradoja es, en realidad, la clave de su virtud e influencia. Los movimientos y colectivos artísticos a menudo se definen por programas estéticos estrictos y por exclusión.
Lucy, en cambio, opera con una libertad soberana que le permite conectar con todos los sectores de la comunidad artística. Esta posición social es una verdadera manifestación de su filosofía del encuentro.
ESPÍRITU MEMETE
En el Paraguay, este término celebra a quien se pone frente a la vida con el mejor de los ánimos y esperanzas, a quien se involucra, participa y se entrega con una energía vital contagiosa. Es la encarnación de lo que la propia Lucy Yegros afirma sobre nuestra esencia: que somos “espíritus alegres”. Este espíritu no es pasivo; es una fuerza activa que impulsa su generosidad, su capacidad para conectar con todos y su negativa a ser encasillada. Es el motor del espíritu memete de su tekoporã, la prueba de que el buen vivir no es solo un estado de armonía, sino una práctica gozosa y valiente de creación constante.
SOBRE LUCY YEGROS
“Nací en Asunción el 26 de octubre de 1940 y renací en Villarrica ese mismo día”, expresa la artista, reafirmando su vínculo con la tierra y su espíritu de transformación constante.
Artista visual de múltiples lenguajes, investigadora de las formas primigenias, combina instalación de objetos, literatura y performance. Estudió en varios talleres de arte de Sudamérica, Europa, Estados Unidos y Japón.
Lucy Yegros, artista Visual
Lucy dedica su vida a la investigación y transformación de papeles, fibras vegetales y reciclaje de objetos, sin descuidar las técnicas clásicas de pintura. Su incursión en la orfebrería la realizó en el taller del maestro Michael Oliver, experiencia que aplica a la reinterpretación de diseños de joyería colonial, y en el desarrollo de objetos de su vestuario personal.
Ha publicado recientemente “Vida de gatos”, libro que reúne haikus e ilustraciones.
* Curador de la muestra y director de la Casa Bicentenario de las Artes Visuales Ignacio Núñez Soler
Esta tarde, a las 19:00, se habilitará la muestra “Impermanencia” en el marco de la celebración de los 85 años de la Maestra del Arte Lucy Yegros. El encuentro será en la Casa Bicentenario de las Artes Visuales Ignacio Núñez Soler, en Azara 845 c/ Tacuary, donde también habrá una feria de arte con obras de pequeño formato, artesanías, libros, danza, performance y música.
La exposición presenta transformaciones sobre fotografías de Joachim Zangenberg, arquitecto y fotógrafo de Munchen, Alemania, a quien Lucy rinde homenaje. Artista visual de múltiples lenguajes, investigadora de las formas primigenias, combina instalación de objetos, literatura y performance.
REGALO CON PROPÓSITO
En el contexto de la invitación abierta, la Maestra solicita como único obsequio alimentos no perecederos que serán entregados a comunidades indígenas a través del Grupo Sunu de Acción Cultural. Se puede, además, hacer donaciones en su nombre a la cuenta de esa organización, en el Banco Continental 66-532202-01. La fiesta seguirá mañana, domingo 26, desde las 19:00, en el Bar América (Dominicana 213).
El Museo Casa Kahlo abrió sus puertas hace apenas una semana en Ciudad de México de la mano de una sobrina nieta y dos sobrinas bisnietas de la artista. Foto: AFP
Frida Kahlo: nuevo museo muestra el lado íntimo y familiar de la artista
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Una Frida Kahlo amorosa, cálida y dueña de un humor chispeante se revela en los objetos y espacios de un nuevo museo que celebra la vida de esta artista mexicana, más allá del dolor y la crudeza de muchas de sus famosas pinturas.
El Museo Casa Kahlo abrió sus puertas hace apenas una semana en Ciudad de México de la mano de una sobrina nieta y dos sobrinas bisnietas de la artista como un homenaje íntimo a una tradición familiar marcada por el arte y la sensibilidad social.
Los afectos, la delicadeza de muy distintas expresiones artísticas y el amor por las tradiciones mexicanas se combinan en las memorias y piezas exhibidas, rebosantes del espíritu de una familia donde las mujeres han marcado la pauta.
“Es una Frida tía, es una Frida hija, es una Frida situada en la intimidad y seguridad de una familia”, explica Adán García Fajardo, director y parte del equipo fundador del Museo Casa Kahlo.
La muestra incluye nueve obras originales y un sinnúmero de objetos personales, además de fotografías tomadas por su padre, Guillermo Kahlo. Este acervo es complementado por vistosos elementos digitales multimedia.
“Al ver este museo sabes más sobre ella, como Frida, no como la artista, sino como la mujer que era (...). Siento que era un lugar muy suyo, donde podía ser ella misma”, dice Aranza Vázquez, estudiante de 19 años, tras culminar su recorrido.
Ubicado en el tradicional barrio de Coyoacán en el sur de Ciudad de México, el recinto ha vivido numerosas encarnaciones en la historia familiar de los Kahlo. Fue casa de sus padres, sede de animadas tertulias de familiares y amigos, taller para los jóvenes pintores de los que Frida fue maestra y hogar de su hermana Cristina, a quien llamaba “la otra mitad de mi vida”.
La estrecha relación con Cristina tiene un espacio importante dentro de la muestra, dado que la casa fue un refugio de “sororidad” para la pintora en momentos álgidos de su vida, tanto emocionales como relativos a su frágil salud.
“(Aquí) Frida se sentía segura, (...) venía a reposar del mundo de alguna manera, a distanciarse, a escuchar música, a crear, a escribir, a bocetar”, dice García Fajardo. En contraste con la Casa Azul, museo establecido en el que fuera hogar conyugal de Frida y el célebre muralista mexicano Diego Rivera, Casa Kahlo busca “desmonopolizar” su historia “construida desde visiones particulares y androcéntricas”, sostiene el director.