Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com
Hoy Toni Roberto nos invita a recordar pasajes del hockey en el Paraguay con motivo del fallecimiento de Jackie Di Tore Van Humbeeck, pionera en la creación del Deportivo Internacional junto con su padre, el Dr. Enzo Di Tore.
El viejo Mazda 323 del Dr. Enzo Di Tore Chartrán, el blanco e inmaculado edificio Río de Janeiro con entrada sobre la calle Mary Lyon, la desteñida fachada del Inter, el sonido de las aves y el enorme predio de la cancha se encienden en mi memoria ante la partida de Jackie Di Tore.
El oráculo de mis recuerdos me lleva en estas circunstancias a finales de 1978 del siglo XX, cuando tres hermanas Di Tore promueven la creación del equipo de hockey en el Inter, apoyadas por su padre, el Dr. Enzo Di Tore, un médico de los de antes y pionero del cooperativismo en el Paraguay. Este hecho fue crucial y derivó en la creación del Deportivo Internacional, cuyo primer presidente fue justamente este gran paraguayo cooperativista, autor del libro “Historia, doctrina y principios cooperativos”, editado por la Universidad Católica, compilado por José Samudio Falcón.
Al ver esta ochentosa foto, miro los rostros y recuerdo cada uno de ellos: Claudia Villalba, Eliane Cibils, Pili Paciello, las tres hermanas Vely, Jeannette Sosa, Alba Vera, Coral Insaurralde, entre otros. A cada una de ellas rememoro en el desván de mi memoria en la época de gloria del hockey del Deportivo Internacional, pentacampeón en 1986.
1975
Pero haciendo un poco de historia, debemos ir a mediados de los años setenta, a 1975, cuando habían llegado a Asunción las hermanas Inés y Carmen Briano, entre otras, desde la Argentina, trayendo, tal vez, los primeros palos de hockey al Paraguay. Desde ahí parte todo. “Un grupo de chicas empezó a jugar en los jardines de las casas, entre otras, Margarita Robinson, Cynthia Arce, Ati Troche, Beatriz Díaz de Espada, Margarita Kent, María Burt, Cristina Harrison”, nos cuenta Rocío Vely.
Los primeros tiempos fueron difíciles, ya que era complicado hacer equipos. Además del Curda y el Kent, que jugaron el primer y hoy ya legendario partido en marzo de 1978, se formaron el Olimpia y el Asunción. Pero la desintegración del equipo de Para 1 complicó la posibilidad de armar torneos. Las ganas de ayudar de Lilita Jacks hicieron que se forme el del San José, el cuarto equipo. Después llegarían el Old King, el Alemán, el Mbiguá, el Cristo Rey, el del Yacht y Golf Club, el Sajonia y el del Deportivo Internacional, que se inició en 1979 y es el que hoy convoca estos recuerdos por la partida de la jugadora Di Tore, histórica integrante de su plantel.
HINCHADAS DE BARRIO
Allá por 1983 ya estaban bien conformadas las barras de los distintos equipos. En el caso del Inter, de la manera más heterogénea, amigos de muchos barrios, la mayoría de Las Mercedes y Ciudad Nueva, compañeros de colegio y sus vecinos, entre ellos José I. González, los hermanos Knopfelmacher, Pablo Jara, Ana Martini, Marta Lafuente, Fátima Brizuela, don Carlos Mingo, que después fue dirigente, y por supuesto las madres y abuelas de las jugadoras, infaltables asistentes. Incluso en una ocasión, la abuela de las Vely, disgustada por la actuación de un árbitro, entró a la cancha a reprenderlo.
Los partidos de hockey de los años 80 eran todo un acontecimiento social de los sábados de tarde. La cancha del Internacional se vestía de fiesta de “rojo y blanco”, como decía uno de los estribillos de un cántico de la hinchada. Las anécdotas de aquellos fanáticos que vivíamos en una Asunción más lenta son numerosas, como el camino para llegar a la cancha del Curda, que era toda una odisea.
Siempre había lugar en el auto de alguien y era famoso el Corona automático blanco de las Vely, lleno hasta la valijera, quedándose empantanado en más de una ocasión en lo que en aquel entonces era la accidentada avenida Molas López, por donde se entraba a dicho club.
A veces las partidas se convierten en recuerdos que son vida, como es el caso de Jackie Di Tore Van Humbeeck, que no solo era jugadora, sino también aglutinadora y entusiasta de las reuniones y de los cocteles que se realizaban aún en las casas en aquellos años.
Hoy, de las tres hermanas Di Tore solo queda Carmen, médica residente en EE. UU., a la que cariñosamente le llamamos Carmelí, amiga de todos aquellos que llegábamos a ese rincón del barrio Las Mercedes de la ciudad de Asunción en aquellos ya lejanos años ochenta del siglo pasado.